Jaime Otálora: "Cuando el Estado sepa de la calidad de nuestros bailarines, querrá apoyarnos"

Este sábado, 1 de diciembre, se presentará un híbrido de las siete obras que la compañía Bogotá Capital Dance ha presentado. La reunión de la pasión, la tenacidad y la disciplina de un grupo de bailarines que siguen creyendo en que en este país si se podrá vivir del arte.

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-Redacción Cultura
01 de diciembre de 2018 - 02:28 a. m.
“Romeo y Julieta en tiempos de guerra” o “Bolero”, son algunas de las obras que componen las dos funciones que se presentarán en el Teatro William Shakespeare.  / Cortesía Bogotá Capital Dance
“Romeo y Julieta en tiempos de guerra” o “Bolero”, son algunas de las obras que componen las dos funciones que se presentarán en el Teatro William Shakespeare. / Cortesía Bogotá Capital Dance
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Bogotá Capital Dance se inició hace cinco años. Jaime Otálora, director de la compañía, comenzó a bailar cuando tenía 18 años. Estudiaba economía en la Universidad del Valle y la danza se le cruzó. Se quedó con ella y abandonó las finanzas. Supo desde que comenzó que su desventaja era clara: la edad. Que los demás bailarines se habían iniciado desde los 10 años y que su esfuerzo tenía que ser igual de intenso a  sus sueños. Y aunque para los hombres no es igual de problemático comenzar a bailar tarde gracias a que su tono muscular se mantiene un poco más, su disciplina comenzó a ser obsesiva. Estudió técnicas, exploró, se la jugó. En una de sus clases, un profesor no llegó y él tuvo que reemplazarlo. “Ese día me di cuenta de que además de prepararme para bailar, también debía hacerlo para enseñar. Me encantó. La gente respondió y yo también”. Después de muchas clases, presentaciones, dolores, satisfacciones y, sobre todo, mucha pasión, fundó la compañía que este año cumple un quinquenio de tenacidad.

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Este sábado, 1 de diciembre, se presentará un híbrido de las siete obras que ha dirigido Otálora, quien actualmente además de la primera compañía en la que están los bailarines profesionales, lidera una segunda que entrena a los jóvenes que se preparan para ascender y en algún momento vivir de sus presentaciones; un sueño que parece más una utopía debido a la mínima atención que le da Colombia a la danza. Somos un país que a la cultura le da muy poca relevancia, y este mal lo sufren todas las disciplinas, pero la danza en un porcentaje mayor. En palabras de Otálora “la danza es el patito feo de las artes”.

De este modo preservar el arte y divulgarlo resulta complicado, pero Bogotá Capital Dance regala oxígeno y esperanza. Las dos compañías y la escuela tienen a la cabeza a un hombre fuerte con días que comienzan a las 4:30 a.m. y se terminan a las 12: 30 p.m. “No me quejo”, dice, cuando se le pregunta por cómo ha hecho para sostenerse en un lugar en el que poco se conoce y se consume danza. No espera ayudas del Estado ni se lamenta por la baja atención de la ciudad o del país. Sabe que cuando el nombre de sus obras, sus bailarines y su compañía comiencen a retumbar en los oídos de más colombianos, no tendrá que pedir la atención que sabe que merecen. Sus estudiantes bailan a diario. No descansan. Él tampoco. Tienen el mismo objetivo claro: superarse a diario. Bailar mejor. Ser impecables.

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“Quinquenio” se llama la función que podrá verse este sábado en el teatro William Shakespeare, en Bogotá. “Romeo y Julieta en tiempos de guerra” o “Bolero”, son algunas de las obras que componen las dos funciones (1:30 Y 7:00 p.m). La promesa y la invitación a las personas que compren la boleta es que se dejen sorprender por la calidad de los profesionales colombianos de esta compañía. Por el nivel que los ha reconocido con cuatro premios nacionales y dos internacionales. Por la cercanía con la que Otálora ha preparado a los bailarines: clases para latinos con cuerpos un poco más robustos que los habituales del ballet, personas que también conviven con el estrés del transporte público, que comen papa, yuca, y han crecido con las urgencias de un país al que aún le sangran las carreteras a causa de la guerra, la intolerancia y la corrupción. Ciudadanos que quieren bailar.

Por -Redacción Cultura

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