El Magazín Cultural

Jane Goodall, un legado para la conservación

El domingo 11 de marzo National Geographic estrenó el documental "Jane", dirigido por Brett Morgen. Jane Goodall estuvo dedicada al estudio más largo sobre el comportamiento de una especie: los chimpancés, con quienes compartimos el 98% de información genética.

Nancy Paola Moreno
14 de marzo de 2018 - 02:21 p. m.
Jane Goodall toca la mano de Flint (Hijo de la chimpancé Flo), el primer chimpancé nacido en Gombe desde su llegada. A tres semanas de la muerte de Flo, Flint entra en una profunda depresión y muere. / National Geographic Creative/ Hugo van Lawick
Jane Goodall toca la mano de Flint (Hijo de la chimpancé Flo), el primer chimpancé nacido en Gombe desde su llegada. A tres semanas de la muerte de Flo, Flint entra en una profunda depresión y muere. / National Geographic Creative/ Hugo van Lawick

"En conjunto, los chimpancés y los pájaros y los insectos, la desbordante vida de la jungla animada, forman un todo. Todo es parte del gran misterio. Y yo fui parte de eso también. Todo el tiempo, me acercaba más y más a los animales y la naturaleza y, como resultado, me acercaba más a mí misma y estaba más en sintonía con la fuerza espiritual que sentía alrededor”.
- Jane Goodall

Esta historia ocurre en las fastuosas selvas de Gombe, Tanzania. La convicción de abandonar Londres para explorar África siempre había rondado los momentos más íntimos en la vida de Jane Goodall. Primero, el antropólogo Louis Leakey reunió el dinero para financiar a tres mujeres exploradoras a fin de estudiar el comportamiento de los primates en libertad y saber un poco más de los ancestros de la especie humana. Luego, Dian Fossey estudió los gorilas de montaña, Biruté Galdikas, a los orangutanes, y Jane Goodall puso su foco y su alma en  los chimpancés.

Mientras Jane Goodall intentaba ganar la confianza de los chimpancés, el camarógrafo Hugo van Lawick retrataba cada momento. Ambos se enamoraron, tuvieron a Grub, su único hijo, pero años después el matrimonio se rompió.

Grub le ayudó a comprender la relación de protección y aprendizaje de las madres chimpancés con sus crías. “La película es en gran medida una historia de amor, pero la diferencia es que el amor no es entre un hombre y una mujer. El amor es entre una mujer y su trabajo y un hombre y su obra. La mayoría de la gente tiene esta idea romántica de que la relación más importante en la vida es con tu pareja, tu amante, tu esposa, pero para mucha gente con propósitos muy definidos, su principal relación es con su trabajo. Empecé a ver que la ruptura final de Jane y Hugo no fue una tragedia porque ambos persiguieron sus pasiones”, dice Brett Morgen, director del documental.

Entre sus últimas películas nominadas y seleccionadas en festivales de cine figuran Rolling Stones Crossfire Hurricane y Kurt Cobain: Montage of Heck. Todo su equipo revisó más de 100 horas de material inédito de National Geographic sobre Jane Goodall. “Para comenzar a dar sentido a este material, tuvimos que cerrar la producción durante ocho meses mientras reunimos las imágenes por escena, tiempo durante el cual pude leer el libro de Jane, In the Shadow of Man. Cuando leí el libro hubo un elemento de realismo mágico que me atrajo. Siempre he sido un gran admirador de Cien años de soledad y muchos de los grandes autores latinoamericanos. Entonces, este elemento de realismo mágico fue algo que realmente me llamó la atención”, termina de relatar el director de Jane.

En una de las escenas aparecen Flo, Fifi, Flint y David Greybeard comiendo una banana. Este último fue el primer chimpancé en acercarse a Jane Goodall. Cierta tarde, él tomó una ramita, dispuso de ella para extraer hormigas y la introdujo en su boca. Mientras David disfrutaba de aquel festín de hormigas, la etóloga conservaba el primer registro de este comportamiento. Los humanos no eran la única especie de la tierra que usaban y fabricaban herramientas, otros primates eran capaces de hacerlo.

Este primer descubrimiento reevaluó lo que definía la “superioridad” y singularidad de la especie humana sobre el resto de seres vivos en la tierra. Una pretensión que ha significado una profunda fractura entre la cultura y la naturaleza,  además de una concepción de desarrollo a espaldas de los ecosistemas del planeta. Por ello, el docente de la Universidad de los Andes, Andrés Link, durante el preestreno del documental Jane, resalta que “el desarrollo que hemos tenido es un desarrollo a corto plazo. Hemos dañado nuestras fuentes de agua, nuestros suelos, pero ya estamos empezando a ver las consecuencias. El desarrollo realmente viene en la medida en que podamos proteger esos ecosistemas desde una parte ética por las especies que viven ahí y por el derecho que tienen a permanecer, pero también desde una parte antropocéntrica en nuestros intereses como humanos en que dependemos de esos ecosistemas para tener bienestar y una vida digna en el futuro”, sostiene, y, haciendo una reflexión sobre el legado de Jane Goodall a las nuevas generaciones, enfatiza en que “todo conservacionista debe ser activista”.

Jane Goodall creó el Instituto que lleva su nombre en 1977. Desde que inició su investigación hasta hoy, el bienestar de los animales y el medio ambiente se convirtieron en sus principales banderas. A los 83 años es activista y viaja por todo el mundo para explicar la importancia de tomar medidas en beneficio de la conservación de todas las especies del planeta. "Pensé, tal como lo hiciera a menudo desde aquel entonces, qué increíble privilegio fue ser totalmente aceptada de ese modo por un animal salvaje, libre”, dice ella.

Jane es un registro audiovisual de National Geographic que invita a tomar conciencia sobre el mundo en que vivimos y cómo nos realizamos con él, lo que aportamos o no, lo que podemos aprender de otras especies y la importancia de construir un mundo mejor para los seres que habitan la Tierra. Paula Andrea García, directora de marketing de National Geographic Partners para Colombia y Ecuador, invita a los jóvenes a ser exploradores y aprovechar las líneas de apoyo económico que ofrece NatGeo a través de su página virtual. Porque, sin dudarlo, “el mundo necesita menos turistas y más exploradores”.

Por Nancy Paola Moreno

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