
El filólogo Reenán cree que Jesús tuvo una infancia común y corriente en Nazaret.
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Cae la tarde de un invierno moderado en Palestina. Aún los nardos aroman los caminos. En los que conducen a Belén hay bastante movimiento. A pie, en mulas y en carretas avanzan las familias de la tribu de David. Algunas acampan para reponer fuerzas y esperar el alba. Los hombres levantan las tiendas. Las mujeres preparan los lechos y las vituallas: higos secos, pan ázimo, dátiles y el vino rojo de los lagares del Jordán. Los mayores cuentan a los jóvenes la historia de la tribu, la azarosa peregrinación de Mesopotamia a Canaán, a Egipto, a...
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