
En su larga “noche de 12 años”, José Mujica pasó de la rabia a la indignación, del deseo de venganza a la resignación, y de ahí, a la locura, o eso fue lo que comentaron sus viejos compañeros en Tupamaros, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. Eran alucinaciones auditivas.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
En su larga “noche de 12 años”, José Mujica pasó de la rabia a la indignación, del deseo de venganza a la resignación, y de ahí, a la locura, o eso fue lo que comentaron sus viejos compañeros en Tupamaros, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. “Al Pepe se le voló. Estábamos todos ahí. El Pepe pensaba que le habían colocado un micrófono. O hablaba en sueños y (pensaba que) querían información. Eran alucinaciones auditivas”, le relataría Rosencof a Mauricio Rabufetti para su libro “José Mujica, La revolución tranquila”, muchos años...

Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.fernando.araujo.velez@gmail.com
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