El Magazín Cultural

Juan “Kraeppellin”: Un artista irreverente

Hasta el 27 de agosto estará expuesta, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, parte de la obra de este autor quien se ha convertido en el pionero del arte contemporáneo y del performance en Guadalajara (México). Entrada libre.

REDACCIÓN CULTURA
15 de agosto de 2017 - 09:02 p. m.
Cortesía: Fondo de Cultura Económica Filial Colombia
Cortesía: Fondo de Cultura Económica Filial Colombia

Después de un trabajo de curaduría de dos años realizado por Rubén Méndez, director de Museografía y Curaduría del Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara (México),  llega por primera vez a Colombia al Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá, una muestra de la obra de Juan “Kraeppellin”, la cual estuvo influenciada por Dadá.

Esta muestra, que recoge más de 60 obras,  hace parte del Centro de Investigación y Archivo Kraeppellin, creado en 2012 con el objetivo de conservar, catalogar y promover la investigación en torno a la obra del artista, que recoge más de 30 años de producción artística de Juan José Ávila Aceves, su nombre de pila.  

La importancia de su propuesta radica, en parte, en haber roto con algunos de los paradigmas estipulados entre 1970 y 1980, ya que no había interés por crear proyectos disidentes.  

La obra de “Kraeppellin” no ha sido clasificada hasta el momento bajo alguna influencia o movimiento artístico específico. Fue inspirada por Dadá, después de 50 años de ser conocida en el mundo, pero logró tal vigencia y vida que gracias a ello puso sobre la mesa, a través de collages, esculturas y pinturas, temas de género, el surrealismo y el rechazo a los esquemas.

“Es un personaje que por las características de su indumentaria, de su actitud frente al mundo, nunca pasó desapercibido del contexto artístico ni tampoco del contexto social. Es decir, a la gente le llamaba mucho la atención un personaje tan peculiar”, explica Méndez.

Cuenta además que la obra de “Keppellin” tiene relación con el artista colombiano Antonio Caro, quien estuvo enfocado más en el arte que en el comercio: “Encontramos cierta similitud en la forma de acercarse al mundo del arte. O sea, Ávila sentía cierto desapego por su obra, ya que él creía que esta debía ser del disfrute de todos y por lo regular no la vendía, en ese sentido como de rebeldía contra un sistema mercadológico. Ahí su similitud con el señor Caro: les interesa el arte más no ‘la estructura que lo sostiene’, que es lo comercial”.

Su forma de vestir y sus performances espontáneos fueron articulando su forma de pensar, influenciada por el psicoanálisis y una incesante búsqueda espiritual. Ávila murió de 61 años de edad en 2009.

Por REDACCIÓN CULTURA

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