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Promover y conservar la música en Colombia

El pasado 10 de noviembre, el Cartagena Festival de Música fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación por el Congreso de la República de Colombia, una distinción que llega tras 17 ediciones, donde la música académica es el centro de atención.

Sarah Gutiérrez
10 de diciembre de 2023 - 12:00 a. m.
Julia Salvi fue condecorada en 2019 como Commendatore dell’Ordine della Stella d’Italia, por su gestión cultural uniendo a Colombia e Italia.
Julia Salvi fue condecorada en 2019 como Commendatore dell’Ordine della Stella d’Italia, por su gestión cultural uniendo a Colombia e Italia.
Foto: Eder Rodríguez

“Escuchaba a Bach y a Pergolesi, pero cuando crecí empecé a entenderlos mejor”, comentó la fundadora del Cartagena Festival de Música, Julia Salvi, cuando se le preguntó acerca del primer acercamiento que tuvo con la música. No era algo de todos los días, en Semana Santa se escuchaban estos discos como una muestra de quietud y respeto. El resto de año, en la radio se escuchaban los boleros de Los Panchos o las baladas en inglés de Nat King Cole, recordó en el pódcast La música se habla, del Banco de la República.

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Desde que era muy joven, Julia Salvi identificó en ella su vocación en la vida: servir a la comunidad. Como ella ha mencionado, “creo que nací con esa motivación, desde muy temprana edad la he tenido”, y encontró en la música la manera de contribuir a la sociedad.

Realizó sus estudios en Europa, y maravillada por las historias que leía en los libros, decidió aventurarse al Viejo Continente en busca de vivir grandes experiencias que solo había divisado en su imaginación. Allí conoció a su esposo, el italiano Víctor Salvi, fundador de la fábrica de arpas Salvi Harps, un amante empedernido de la cultura y de la música, que conquistó su corazón con las nuevas visiones que le ofreció sobre el mundo a través de las artes. Encontró en él siempre admiración e inspiración, “nos complementamos, él soñaba y yo hacía realidad sus sueños”, recordó en el pódcast.

Esta experiencia, afirma, fue enriquecedora, iba más allá de lo que se imaginaba y le permitió encontrarse con una visión del mundo que quiso extrapolar a Colombia, en busca de promover y difundir, en igualdad de condiciones, la música académica para todo el mundo, permitiendo que el país se ubicara en el mapa internacional de esta escena musical.

“Cuando creamos el Cartagena Festival de Música no existían otros festivales internacionales de música clásica en Colombia como el que soñábamos. El que se aproximaba era el de Popayán, pero lamentablemente lo sucedido con el terremoto en 1983 cambió su rumbo maravilloso en que venía desarrollando su historia. La idea se originó en aportar al país un gran evento de música clásica que pudiera insertarse plenamente en el circuito internacional. No solamente para Colombia, sino que nos conectara con el resto del mundo”.

En 2000 crearon la Fundación Salvi, una institución sin ánimo de lucro dedicada a difundir, promover y desarrollar la cultura musical del país y, en un sentido más amplio, de América Latina, como excusa para crear el Cartagena Festival de Música seis años después. La Ciudad Amurallada fue escogida como el destino ideal para llevar a cabo el festival por su apertura internacional y por ser, de acuerdo con Salvi, “una ciudad con historia, con tradición y evocadora, que cuando caminas sus calles te puedes imaginar cómo vivía la gente y te relaciona con los países del viejo mundo, donde esos festivales se realizan”.

Desde entonces, hace 17 años, se viene celebrando cada mes de enero este encuentro entre culturas que en cada edición explora un aspecto particular, con el fin de educar a los asistentes sobre este tipo de música, además de convertirse en una ventana para que los jóvenes en Colombia se den a conocer en el exterior y enriquecer su formación con músicos profesionales.

Desde la Fundación Salvi, varios músicos jóvenes se han visto beneficiados por el programa “Jóvenes Talentos”, que por su amplia trayectoria artística y excelencia musical son seleccionados para actuar como artistas invitados del festival en una franja que lleva su nombre. El violonchelista Santiago Cañón, la violinista Laura Hoyos y la soprano Julieth Lozano fueron algunos de los talentos que han pasado por el proyecto y en la actualidad se han hecho su espacio dentro de la escena internacional.

Este año, el Cartagena Festival de Música fue conmemorado por el Congreso de la República como Patrimonio Cultural de la Nación, por medio de la Ley 2340 expedida el pasado 10 de noviembre, que la reconoce como actividad de formación musical, circulación de música, de acceso ciudadano a este género artístico y espacio de encuentro cultural. Para Salvi, “es una gran satisfacción por el trabajo realizado, y con él, por supuesto, la esperanza de que este reconocimiento ofrezca otras posibilidades para que el festival se consolide y crezca, y, en ese rumbo, aportar más a los músicos locales y nacionales”.

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Para la realización de esta decimoctava edición, del 5 al 14 de enero de 2024, el festival tendrá como temática principal “La sinfonía de la naturaleza”, un encuentro entre las obras de los principales compositores nórdicos, como Edvard Grieg y Jean Sibelius, y su relación con otros autores que exploran su trabajo con relación a su hábitat. Julia Salvi comenta: “Son el reflejo del contexto en el que crecieron y las circunstancias de su momento”. Cuenta con un homenaje a Luis Carlos Figueroa, Guillermo Uribe Holguín y Jorge Pinzón, quienes “retratan en sus sonetos nuestros paisajes tropicales”.

El compromiso de la gestora cultural también se ve reflejado en otras iniciativas educativas que se han hecho desde la Fundación Salvi, como el Ibagué Festival, la Orquesta Sinfónica de Cartagena, los Centro de Lutería e Instrumentos de Viento, la Cátedral Salvi de Arpa, el Banco de Instrumentos y la Serie de Conciertos Salvi. “Me siento comprometida a mirar hacia el futuro para establecer estos proyectos, no es solo crearlos, sino establecerlos para que sean un bien común, que el día de mañana que ya no esté en este maravilloso mundo, sentir que me fui con el deber cumplido”.

Sarah Gutiérrez

Por Sarah Gutiérrez

Periodista de entretenimiento. Interés por la música, la cultura, la música, los libros y el cine.sgutierrez@elespectador.com

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