El año pasado sacaron su último disco, “Panorama”. ¿Cuál ha sido el recibimiento de este trabajo?
Ha sido increíble, nos ha sorprendido mucho cómo la gente lo ha acogido. A mí me encanta leer los comentarios, ver qué está diciendo la gente, cómo reaccionan al disco y ha sido muy bonito ver que muchos han valorado nuestro regreso al pop. Me gusta ver que les emocionan los detalles, como la canción “Roomies”, que termina con los acordes de “Qué vida la mía”, o palabras que les recuerdan a temas anteriores, como “Noviembre sin ti” o “Yo quisiera”. He leído muchos comentarios diciendo que sienten que volvimos a nuestra esencia, y eso es algo muy especial para nosotros. Obviamente, también noto las críticas. Por ejemplo, algunos opinan que estaba de más que dijéramos groserías en algunos momentos del disco, pero está bien; al final, es parte del proceso.
¿Y cómo reciben esos comentarios? Ya son una banda con más de 20 años de trayectoria musical...
Definitivamente tomamos los comentarios de una manera distinta ahora, quizá porque ya no dependemos directamente del éxito de una canción en particular. Cuando comenzamos, afortunadamente, nos fue bien desde el primer sencillo, “Yo quisiera”, pero con el tiempo entendimos lo que era sentir que hacía falta un nuevo hit. Hoy en día, nuestra carrera no se sostiene únicamente por el impacto inmediato de un solo disco o una sola canción. Mantenerse en la industria es un reto, no solo por la relación interna dentro de la banda —afortunadamente, nosotros seguimos llevándonos excelente y por eso estamos juntos todavía—, sino también porque las modas van cambiando. Recuerdo cuando el género urbano y el reguetón explotaron; de repente, todo lo que antes era pop, incluyendo nuestra música, dejó de ser la moda. En ese momento tuvimos que tomar una decisión: sumarnos a ese sonido o mantenernos en nuestro camino. Optamos por probar y creemos que fue una buena elección para nosotros. Sin embargo, ahora nos ha gustado mantenernos dentro del pop y siempre con el reto de buscar cómo renovarnos.
¿Ha cambiado su relación con esas canciones que los volvieron famosos al principio?
Sé que muchos artistas tienen un rollo con sus primeras canciones e incluso llegan a decir: “La odio, no la quiero volver a oír, porque ya la canté mil veces”. Pero en mi caso no sucede así. Soy una persona bastante nostálgica y romanticona, por así decirlo, y esas canciones me evocan eso. Por supuesto, desde un punto de vista más técnico, hay temas que disfruto más tocar, porque me presentan un reto distinto como guitarrista. Pero más allá de eso, lo que realmente me motiva es ver la reacción del público. Es increíble ver cómo la gente sigue emocionándose cuando suenan los primeros acordes de “Noviembre sin ti” o de cualquier otra canción que haya marcado nuestra historia y eso me provoca agradecimiento. Y algo que me sorprende aún más es que no solo conectan con quienes crecieron con nuestra música —personas que, como yo, tenían 16 años en ese entonces y ahora tienen 37— sino también con nuevas generaciones. En nuestros conciertos veo niños de 11 años cantando esos temas con la misma emoción. No sé si fueron sus papás quienes les pusieron la música, pero es algo muy especial y por eso prefiero honrar esas canciones.
¿Cómo describiría su evolución como guitarrista en este grupo?
Creo que, como guitarrista, mi mayor evolución ha sido en la seguridad con la que toco. No diría que me he convertido en un guitarrista más virtuoso en el sentido técnico, porque nunca me obsesioné con dominar cada escala o con desarrollar una técnica compleja. Más bien, mi enfoque siempre ha estado en tocar con mejor tempo, en lograr que la guitarra suene más bonita y en perfeccionar ese arte. Hace unos días estuvimos en unas sesiones de composición, y en un momento me tocó grabar una guitarra. Al escuchar lo que había hecho, me sorprendió darme cuenta de cuánto he evolucionado desde nuestro primer disco. En aquel entonces, grabar en estudio me ponía nervioso; el simple hecho de ver el botón rojo encendido me generaba presión. Ahora lo hago con total seguridad, a mi estilo, y lo que escucho me gusta. Me siento orgulloso y en paz con lo que estoy haciendo. Por otro lado, también me he sumergido más en la composición, lo cual sigue siendo un proceso de cambio y evolución constante. Y, la verdad, lo estoy disfrutando muchísimo.
En ese sentido, ¿qué ha aprendido del proceso de composición?
Cuando lanzamos nuestro primer disco, apenas logré incluir una canción mía, Cómo me duele, que fue el track número 11. En ese entonces me ayudó mucho juntarme con gente que sabe más que yo, entonces trabajé con Kiko Cibrián y Manuel Ruiz, quienes escribieron la mayor parte del disco, y con el tiempo, me he dado cuenta de que en la música no hay reglas. Antes había una estructura más establecida en el pop que era: verso, precoro, coro, otro verso, precoro, coro, puente y cierre. Ahora, las tendencias han cambiado, y muchas canciones ya no siguen ese esquema. También he aprendido distintos enfoques para componer. Antes, mi proceso consistía en crear primero la melodía y, si me parecía bonita, escribir sobre ella una letra de amor. Luego conocí a personas que trabajaban de otra manera: se ponían un micrófono y cantaban lo primero que se les venía a la mente, sin preocuparse porque la melodía fuera perfecta, porque lo más importante era lo que querían decir. En resumen, este proceso me ha enseñado que en la música manda más el corazón que las reglas.
¿Qué significa para ustedes estar de vuelta en Colombia con esta gira?
La verdad es que estamos muy contentos, realmente emocionados de regresar a Colombia con este nuevo álbum. Es un país que siempre ha escuchado nuestra música y que hemos visitado desde nuestro primer disco. Si no me equivoco, hubo un período en el que dejamos de ir. No sé exactamente por qué, pero recuerdo que en una gira, por alguna razón, no pasamos por Colombia. Por eso, volver ahora es algo muy especial para nosotros. Nos encanta el país, su gente, su comida, y sentimos una gran afinidad con el público colombiano. Desde el primer día, nos impresionó el cariño que Colombia tiene por México. Recuerdo que nos hablaban de Vicente Fernández, de la música mexicana, y eso nos llamaba mucho la atención. Y nosotros, por nuestra parte, también admiramos muchísimo la música colombiana, porque han llevado también la música latina al mundo, y sentimos un profundo respeto por eso. Así que estamos muy emocionados por este concierto, por volver a estar cerca de nuestro público colombiano. Ojalá nos puedan acompañar, porque será un show increíble. Nosotros vamos a darlo todo en el escenario, pero sin duda será aún más especial si están ahí, cantando con nosotros.