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La ausencia de un gran editor

Nicanor Vélez dejó su natal Medellín en 1981 en busca de especializarse y dejar salir esas letras que tanto le asaltaban el alma.

Redacción Cultura

28 de diciembre de 2011 - 04:36 p. m.
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Estuvo en París, Luego en Madrid y finalmente se radicó en Barcelona, en donde encontró su destino, el que lo haría no sólo reconocido en la poesía colombiana, sino en el mundo editorial hispanoparlante.

Nicanor Vélez escribió tres poemarios: La memoria del tacto, La luz que parpadea y La vida que respira, recientemente publicado en editorial Pre-Textos, y mientras escribía sus versos construía un nombre como creador y editor de la colección de poesía de la editorial Galaxia Gutenberg. En ese sello, que dirigió desde 1997, fue el responsable de las obras completas de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, José Ángel Valente, Gérard de Nerval, Jaime Gil de Biedma, Federico García Lorca, Octavio Paz, Pablo Neruda y Rubén Darío. Pero no se agotó en su labor editorial. Son recordados sus artículos y ensayos sobre la obra de Pablo Neruda, Octavio Paz, Gonzalo Rojas, José Ángel Valente o sus compatriotas José Asunción Silva y Giovanni Quessep.

Su muerte inesperada a los 52 años deja un gran vacío en el mundo de las letras y España, su segunda casa, también lo llora y lo despide con sus versos como lo hizo el diario ABC: “Hasta siempre, Nicanor, sólo podemos quedarnos con tus versos, que a estas horas estarán brincando por los cielos de tu Medellín”.

Por Redacción Cultura

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