La casa del médico de Macondo iba a ser derrumbada

Gabriel García Márquez no había podido tranquilizar a su madre con la decisión de convertirse en escritor. El autor de Cien años de soledad vivía en Barranquilla, y su madre llegó hasta allá para pedirle que le ayudara a vender la casa de Aracataca. El viaje hasta el pueblo se dividió entre el silencio y la pregunta “¿Y qué le voy a decir a tu papá?” A lo que García Márquez le respondía que le tendría que decir la verdad: él había dejado la carrera de derecho para ser escritor, y esa era la única alternativa. Ni se rendiría ni estudiaría otra cosa. Cuando llegaron a Aracataca, antes de entrar a la casa que pretendían vender, su madre decidió hacer una parada en la botica del doctor Alfredo Barboza, quien después de enterarse de que “Gabito”, como le decía, quería ser escritor, fue capaz de tranquilizar a Luisa Santiaga, y fue quien también le reforzó el ímpetu a García Márquez, que en ese momento tenía 23 años y publicaba notas en el periódico El Heraldo. Aquella botica que quedaba a menos de 100 metros de la casa natal del escritor, según recientes alertas de habitantes del pueblo, sería derrumbada para construir un edificio.

Rafael Darío Jiménez, director de la Casa Museo García Márquez, denunció que la casa estaba siendo intervenida, transformada, y que, además, pretendían derribarla. Jiménez sostuvo en su denuncia que lo que se estaba haciendo con la que fue la botica del médico Barboza, además de ser una violación contra el patrimonio cultural de Aracataca y el país, era un delito. Para argumentar su postura usó el decreto 0048, en el que la casa natal de García Márquez quedó convertida en monumento nacional. En el documento se menciona, además de la casa, la estación del ferrocarril, el parque principal y la iglesia. Asimismo, en el artículo segundo del decreto se dictaminó que el ámbito cultural de la casa del escritor tampoco podría ser reparado, reconstruido, ni modificado sin permiso previo del Consejo de Monumentos Nacionales.

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El director de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura, Alberto Escovar Wilson-White, habló para El Espectador sobre si, a pesar de que la botica no se menciona en el decreto, quedaría protegida dentro de lo que se definió como “ámbito cultural”.

“La casa de García Márquez tiene una declaratoria puntual, pero el ministerio permanentemente tenía dificultades con esas declaratorias justamente por situaciones como esta. Cuando se hacen este tipo de documentos que pretenden proteger bienes de intereses culturales en el ámbito nacional, debe definirse qué se declara y un área alrededor de lo que se quiere declarar. A eso se le llama zona de influencia. En las declaratorias actuales eso se hace, pero antiguamente no se hacía. Simplemente se declaraba el bien específico y ahí es cuando nosotros entrabamos en discusiones como la de la botica. No hay claridad sobre lo que debe protegerse alrededor”, dijo Escovar.

¿Eso quiere decir que la botica no quedó protegida con el decreto?

En el año 2013 se redactó un decreto para aquellos inmuebles que no tuviesen definida, como la casa de Aracataca, el área de influencia. Según el documento se deben tomar 100 metros alrededor del predio. Si alguien quiere intervenir lo que esté comprendido en los 100 metros alrededor de lo que quedó declarado, es decir, el área de influencia que redondea el inmueble protegido, debe pedir autorización al Ministerio de Cultura.

La botica del médico Barboza quedó ubicada dentro de los 100 metros de influencia, es decir que el propietario que la intervino no podía hacerle cambios a la casa, ¿qué va a pasar entonces?

Nosotros ya le escribimos a la alcaldía de Aracataca. Tan pronto conocimos la denuncia le recordamos al alcalde ese decreto y la obligatoriedad que tuvo el propietario de pedir permiso previo para la intervención que hizo ante el ministerio de Cultura. La botica sí tiene protección, pero no por la declaratoria de la casa de García Márquez, sino por el decreto de 2013.

¿En qué estado está la casa?

La carta que le enviamos al alcalde es para que nos reporte el caso y podamos abrir una investigación. Quien tiene que contarnos qué sucedió es el alcalde. De todas formas nosotros enviaremos un funcionario del ministerio para que nos informe sobre la situación.

Efectivamente la botica está muy cerca de la que fue la casa del nobel. Él mismo lo aclaró cuando contó cómo llegó allá con su madre ese 19 de febrero de 1950 “Llevándome casi a rastras, entró (su madre) sin ninguna advertencia en la botica del doctor Alfredo Barboza, una casa de esquina a menos de cien pasos de la nuestra”.

El alcalde de Aracataca, Pedro Javier Sánchez Rueda, le dijo a este diario que a la casa la intervinieron un fin de semana sin ninguna licencia.

“Los dueños de la casa no pidieron permisos porque sabían que se los negaríamos. La administración municipal, a través de la secretaría de planeación, no puede dar la licencia para intervenir una estructura que está dentro del entorno cultural de la Casa Museo. El martes siguiente a ese fin de semana, cuando la administración municipal se dio cuenta, ofició a los propietarios para que pararan la intervención. Ellos se acercaron a la alcaldía y ya se está haciendo todo lo pertinente”, dijo el alcalde, que también aseguró que los cambios que le estaban realizando a la casa fueron suspendidos porque, entre otras cosas, saben los propietarios interpondrán un recurso que los defienda ya que, supuestamente, no fueron informados de que en esa casa no se podían hacer arreglos.

¿Sancionarán a los propietarios?

Sí, jurídica ya está en ese proceso para determinar cuáles podrían ser las sanciones o medidas que se tomarán.

¿Qué harán para que la casa no se siga deteriorando? ¿El municipio puede comprarla?

Esa casa es de un particular. Nos toca hacer gestión porque el municipio no tiene recursos para adquirirla. Hay que hablar con el departamento y la nación para revisar de qué manera podemos adquirirla y reconstruirla.

“La casa se localiza en el ámbito cultural de la población de Aracataca, contexto de la vida cotidiana del escritor y ´materia prima de su creación literaria´ como él mismo lo reconoce”, dice el decreto 0048 refiriéndose a su casa natal y a sus alrededores.

Además de las denuncias de los cataqueros y seguidores de la obra del nobel que se enteraron de la transformación que estaba sufriendo la antigua botica, se difundieron campañas para recolectar firmas que impidieran la demolición de la casa. Actualmente, Juan V. Fernández de la Gala, profesor de historia de la medicina en la Universidad de Cádiz, difunde una campaña en Change.org, en la que, además de pedir que se detenga la demolición, las personas firmen para que la dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura declare la casa como monumento nacional.

Hasta el momento, el estado y el destino de la antigua botica de Aracataca es incierto. Los hechos y el decreto de 2013 la protegen y su demolición y transformación ya fueron detenidas. Las investigaciones de la alcaldía municipal y el Ministerio de cultura serán entonces las responsables de recuperar y preservar el lugar en el que Gabriel García Márquez encontró un aliado para continuar con sus planes como escritor.