El Magazín Cultural

La depresión dibujada en un libro imprescindible

“Sin ser de noche todo se ve muy negro” es una revelación. Ana Mess, colombiana, encontró en la ilustración la mejor manera de hablar sobre su depresión.

Juan Carlos Rincón Escalante
14 de enero de 2018 - 02:00 a. m.
"Sin ser de noche todo se ve muy negro" es una experiencia para saborear cada página, encontrándole el sentido doloroso a cada detalle.  / Ilustración por Ana Mess.
"Sin ser de noche todo se ve muy negro" es una experiencia para saborear cada página, encontrándole el sentido doloroso a cada detalle. / Ilustración por Ana Mess.

Para escribir de Sin ser de noche todo se ve muy negro, ese tesoro honesto, crudo, profundamente empático, ilustrado y vuelto libro por Ana Mess, tengo que hablar de mi depresión. El problema es que ahí se me acaban las palabras.

Una de las mayores frustraciones de cargar con esta enfermedad, que me acompaña desde no sé exactamente cuándo y que parece empeorar con el paso del tiempo, es mi incapacidad de explicarla. O la del mundo de entenderla.

Sí, puedo hablar de “hechos” puntuales: el cansancio pese a haber dormido muchas horas; la ansiedad que me deja sin dormir durante semanas; el sentir que estoy sin estar, sin procesar el mundo a mi alrededor; el desespero incontrolable al que sólo puedo responder quedándome quieto y mirando un punto fijo, o el odio irracional a mi reflejo en el espejo. Pero esos son meros síntomas; no son la depresión, ni lo que significa para mí, ni cómo altera cada segundo de mi existencia. Y la gente que escucha eso siente lástima, o preocupación, e intentan comprender; pero a menos que hayan experimentado algo similar, su empatía sigue siendo ignorante. Lo que significa que siento que hay una barrera enorme entre ellos y yo, empeorando todo.

Por eso, Sin ser de noche todo se ve muy negro es una revelación. Mess, colombiana, encontró en la ilustración la mejor manera de hablar sobre su depresión. En una nota al final del libro cuenta que “me estaba convirtiendo lentamente en un ente que respiraba apenas, pasaba las noches en vilo barajando maneras de acabar con todo, de salir por la puerta de atrás”. Pero, dice, “la depresión que ha sido el infierno ha empezado a transformarse en un proyecto de vida”.

En ese acto de rebeldía contra la enfermedad, de pedirle a la oscuridad algo a cambio de acompañarla a todo momento, la autora encontró la inspiración para sus ilustraciones. En ellas, con una precisión envidiable, da una de las más elocuentes explicaciones de lo que es vivir con esa melancolía aplastante.

El libro, editado y vendido directamente por Mess, es un compendio de ilustraciones que nos abren la puerta a su mente y su vida con la depresión. El primer acierto es la franqueza: no hay en los trazos la menor chispa de arrogancia; su única ambición es mostrar sinceramente el mundo de nudos y ansiedad que lleva por dentro.

Ayuda, entonces, que los dibujos sean tan hermosos, pese a que aparentan ser muy simples. Sin ser de noche todo se ve muy negro es una experiencia para saborear cada página, encontrándole el sentido doloroso a cada detalle. Además, está contando una historia que se mueve entre la rabia, la decepción, la resignación, ocasionalmente la determinación y el desespero.

En un momento, Mess acompaña una ilustración con la frase “muy pobre para ser depresiva”. En otra se critica a ella misma: “No eres especial, sólo depresiva”. En una de mis ilustraciones favoritas por lo dulce y, al mismo tiempo, angustiante, escribe: “No hay espacio bajo la cama, ahora los monstruos duermen conmigo”. Es una viñeta que bien podría sentirse cómoda entre las creaciones de Maurice Sendak (Donde viven los monstruos).


Ilustración de Ana Mess

Como esos, el libro está lleno de mensajes complejos y contundentes.

Dicho eso, me parece que el mayor aporte de éste es el entendimiento. Transmite con una eficiencia admirable lo que es la depresión. Pese a que la enfermedad se manifiesta de mil maneras distintas en las personas, Sin ser de noche todo se ve muy negro ofrece un excelente punto de encuentro.

Si vive con una enfermedad similar, como yo, este es un libro que llega directo a las entrañas.

Si conoce a alguien con depresión, éste lo ayudará a entender un poco mejor.

Si simplemente tiene una curiosidad por la melancolía y la condición humana, la obra de Mess es imperdible. No da respuestas, porque no las hay; pero consigue llenar de contenido a la empatía por los demás.

Pueden contactar a Ana Mess en a.marianossa@gmail.com, o través de su Twitter, @Juskanamanof.

jkrincon@gmail.com, @jkrincon

Portada del libro

Por Juan Carlos Rincón Escalante

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