La semana pasada, un grupo de arqueólogos franceses e iraquíes desenterraron una escultura asiria que tiene más de 2.700 años de antigüedad. La pieza se encontraba en la ciudad de Khorsabad, en el norte de Irak, antes conocida como Dur-Sharrukin, y había sido descubierta hace más de tres décadas. En 1992 académicos de ese país la habían hallado, pero se quedó oculta debido a la situación de seguridad y ataques al patrimonio cultural en esa zona del mundo.
“En 2014, los residentes iraquíes cerca de Khorsabad ocultaron la escultura de ISIS mientras el grupo militante emprendía una campaña de destrucción arqueológica masiva. Las autoridades iraquíes excavaron oficialmente la obra por última vez en 1992 y luego volvieron a enterrar la escultura para mantenerla protegida. Unos 150 años antes, los arqueólogos franceses habían documentado el artefacto en una campaña de expediciones en la región”, asegura el medio especializado Hyperallergic.
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La escultura es un Lammasus, una pieza de deidades aladas a menudo representadas como leones o toros con rostros humanos. Estas piezas se colocaron en las puertas de los palacios en toda Asiria, como era llamada la región. En 1995, contrabandistas de antigüedades le cortaron la cabeza a la escultura para tratar de venderla, pero fue recuperada y actualmente se exhibe en el Museo Nacional Iraquí en Bagdad, capital del país.
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El arqueólogo iraquí y Ministro de Cultura Ahmed Fakak Al-Badrani dirigió la reciente excavación junto con el académico francés Pascal Butterlin. “Esta escultura se colocó en la entrada de la casa del rey Sargón II, quien asumió el poder en la región en 722 a. C”, le dijo este último al medio ya citado.
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