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“Madame Bovary” a juicio (Litigar para contar)

Gustav Flaubert jamás imaginaría que su obra maestra tendría que pasar una prueba judicial antes que una prueba literaria. Esta es la primera entrega de la serie “Litigar para contar”, en la que publicaremos narraciones de algunos juicios históricos.

Víctor Cabezas Albán- @victordcabezas
13 de diciembre de 2023 - 11:43 p. m.
Portada del libro "Madame Bovary", escrito por Gustave Flaubert.
Portada del libro "Madame Bovary", escrito por Gustave Flaubert.
Foto: Archivo Particular

Entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre de 1856, la revista Reveu de Paris publicó un seriado llamado Madame Bovary: Costumbres Provinciales. En aquella época, las obras literarias se publicaban en revistas periódicas. Las novelas llegaban por partes, elevando el nivel de tensión y la expectativa en los lectores al no poderlas leer de un solo tiro.

Situada en una Francia provincial – lejana al estereotipo de la París moderna y cosmopolita– la novela narra la historia de Emma Bovary, una mujer insatisfecha con las posibilidades de vida parroquial que le brinda su esposo. Entusiasmada por las novelas románticas que lee, Bovary anhela la pasión, la imprevisión y el desenfreno, frente a la pasividad y el aburrimiento de la vida conyugal ordinaria. Entre relaciones adúlteras, deudas e imprudencias, madame Bovary desafía una vida más libre.

En enero de 1857, tan pronto el seriado dejó de aparecer en el Reveu de Paris, el fiscal Ernest Pinard citó al escritor Gustav Flaubert y le pidió que bajara el tono a las escenas sexuales de la novela. Ante los ojos de hoy, esta no es ni escandalosa ni recargada de sexo, pero, para la época, hablar de una mujer adúltera, de sus aventuras y de los deseos de su cuerpo era prácticamente un acto revolucionario.

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Flaubert se negó a que la ley regulara a Madame Bovary y, por eso, fue llevado a juicio acusado de ofender la moralidad pública y religiosa que las publicaciones debían motivar y resguardar. El acto de publicar era un ejercicio de alto impacto para la sociedad y, en esa medida, quienes tenían la fortuna de amplificar su voz en el papel debían ser una suerte de centinelas de la verdad y la moral. Flaubert no lo era.

Jules Senard asumió la defensa. Para él, su cliente no glorificaba el adulterio, sino que lo ponía en escena y lo problematizaba. No buscaba esparcir el adulterio, sino sacar a relucir qué significaba y qué nos decía sobre la sociedad provincial. Luego, Jules Senard desarrolló un argumento poderoso: ¿podemos juzgar al arte?, ¿podemos someter a las escenas literarias al escrutinio de las leyes reales? No hay duda de que Flaubert había escrito una obra de ficción, o sea, una que nació de su poder creativo, de su imaginación, ¿eso podía juzgarse?

El fiscal Pinard sostenía que sí. Él postuló la tesis del crimen ideológico, del daño a la moral que las letras pueden generar. Y aun si fueran inaplicables las leyes estatales a la literatura, de todas formas, las normas de la moralidad y los valores cristianos rigen a todo lo terrenal, incluyendo la obra de Flaubert. Decía el fiscal: “la novela Madame Bovary revela un verdadero talento; pero la descripción de ciertas escenas sobrepasa todos los límites; si cerramos los ojos, Flaubert tendrá muchos imitadores, que irán aún más lejos en la misma dirección”.

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Los jueces desestimaron el caso y aceptaron la defensa de Flaubert. Aunque ciertas partes de la novela eran escandalosas, la obra no era corrupta ni obscena. Este juicio es una lección sobre el peso de las letras en la historia y la oportunidad con la que llegan las ideas poderosas. Precisamente lo que escandalizó al fiscal Pirnard es lo que hoy hace que Madame Bovary sea un clásico. Destruir esa realidad en la que a las mujeres se les imponían menos deseos y ambiciones que a los hombres llevó a Flaubert a juicio y, años después, ese cuestionamiento hizo que la obra fuese liberadora.

Por Víctor Cabezas Albán- @victordcabezas

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MHGLOPEZ(85314)19 de diciembre de 2023 - 01:59 p. m.
Siempre las mujeres coartadas, reducidas, limitadas....es mucho lo que se ha ganado.
Juan(02361)14 de diciembre de 2023 - 05:03 p. m.
Made Bovary un clásico de siempre. Buena iniciativa. Gracias
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