¿Qué le llamó la atención de José Manuel Caballero Bonald para escribir sobre su estancia en Bogotá?
Empecé a mirar en sus artículos, sus libros, me encontré muchos libros de él, sus novelas, su poesía y su prosa. Él tiene una prosa muy elegante y no es común, porque él utiliza un vocabulario muy refinado. Eso me llamó mucho la atención. Su agradecimiento con Colombia y su prosa. Y ahí empecé la investigación.
¿Qué recuerda del proceso de escritura de este libro?
El proceso de investigación de este libro, Muy agradecido, fue muy agradable. Fueron unos años muy agradables de sumergirme en su literatura y la de muchos escritores de su generación: la de los 50 española. Pero, sobre todo, volver a la Bogotá de los años 60. Entré mucho a páginas de periódicos y revistas, mirando cómo habían sido esos años y hablando con gente de mi edad y mayor que yo que vivieron esos años de 60.
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¿Cómo ha sido su trayectoria?
Soy periodista egresada de la Universidad de América. En ese momento (años 70) se llamaba Escuela de Periodismo. Luego hice unos semestres de Sociología en la Universidad Nacional, pero no terminé. Trabajé en la revista Semana de los años 80; fue una experiencia muy enriquecedora y la que me formó en el periodismo. Luego trabajé en el sector público. He colaborado en El Espectador, en la revista Número y en El Tiempo. Soy colaboradora habitual de las páginas de A Fondo. Hice parte de una asociación de críticos de cine, pero yo soy una crítica de cine empírica. Me encanta el cine.
¿Para usted cuál es la importancia del cine?
Creo que el cine es una de las artes más importantes, porque a través del cine aprendemos. El cine es, de alguna manera, la representación de lo que pasa en las sociedades, tanto en la cultura y las artes como en las relaciones humanas. Me parece que, así como la lectura es tan importante, el cine y la música son las artes que nos deben acompañar permanentemente.
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¿Y la poesía?
La poesía también, obviamente. Y la poesía de José Manuel Caballero Bonald es honda, profunda. Es una poesía, además, muy fácil de entender, porque hay poetas que son muy barrocos, y con una escritura críptica. La de José Manuel Caballero Bonald es limpia, es amable. Luego cuando uno escribe, en general, los grandes escritores aconsejan que uno debe leer mucha poesía, porque la poesía enriquece la manera de escribir, hace que la escritura sea más suelta.
¿Qué otros poetas disfruta leer?
Me gustan mucho César Vallejo y Guillén, y de aquí María Mercedes Carranza; hay una joven María Paz Guerrero que también es muy buena, pero yo leo más prosa, ensayo y relato que poesía, desafortunadamente.
¿Qué representa la literatura para usted?
La literatura es la entrada a un mundo inimaginable, porque tú con la literatura creces no solo como persona, sino como ser humano y es la entrada a mundos distintos. La literatura te da un panorama de la vida, del acontecer mundial y de tu región. Yo creo que la literatura es el alimento más importante que tenemos los seres humanos.
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¿Cómo han cambiado su percepción del mundo y de la vida los autores que mencionó?
Me han hecho más empática con el sufrimiento, con las alegrías de las personas, con el medio ambiente, con la geografía. Tú, a partir de la lectura, tienes una mirada muy distinta ya de la familia, de la política, de la ciudad. Me parece que te hace un ser humano más generoso, un mejor ser humano.
¿Cuáles fueron las reflexiones que le dejó su investigación sobre el paso de José Manuel Caballero por Colombia?
Me dio la posibilidad de conocer una etapa de una Colombia distinta, pero también de explorar tantos personajes sobre los que poco se sabe. Esa experiencia en el trabajo de indagar, investigar, hurgar sobre la vida de José Manuel Caballero Bonald me da la posibilidad de encontrar muchas vetas de investigación para seguir trabajando en temas, para rescatar obras, personas y obras y poderlas comunicar.