
"La montaña mágica" de Thomas Mann se convirtió en un clásico de la literatura alemana.
Foto: Archivo Particular
Una de las preguntas más manidas, repetida una y otra vez durante los años, es: ¿si estuviese en una isla desierta, qué libro desearía tener como compañía? La respuesta varía de boca en boca, de época en época; la mía —aunque nadie me ha preguntado— es unánime: La montaña mágica, publicada hace cien años, hacia noviembre de 1924.
La he leído una y otra vez. La primera ocasión lo hice sin pretensiones, más bien alentado por el insulso “deber” (con el perdón de Borges) de leer un clásico. Al terminarla, una suerte de sin sabor que se...
Por David Iregui
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