Salió a escena. Tomó dos fotos de un público que lo había esperado toda la vida. Luego guardó su cámara en un bolsillo y comenzó a tocar. Armando Chick Corea quería guardarse un recuerdo de Colombia y se llevó un collage de caras sonrientes por tener, por fin, a su ídolo en frente. Esa presentación se realizó en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango y tuvo que pasar más de una década para que el pianista norteamericano volviera a esta tierra en la que el jazz suena a fusión.
Ahora lo trae el Teatro Libre de Bogotá en una especie de preámbulo de su Festival de Jazz, que en septiembre cumplirá su edición número XXII. Corea llega como uno de los jazzistas más laureados de la escena contemporánea con el Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Jazz Instrumental, por su reciente disco Five Peace Band Live.
Tango, flamenco y algunas obras de corte clásico forman parte del haber de este músico que muchos consideran un verdadero monstruo del piano.
Composiciones suyas como ‘Children’s Songs’ resultan más cercanas a la música de cámara que al jazz... ¿Esa era su intención al componerlas?
Nunca pienso en las categorías de la música cuando la hago. Pueden llamarlo como quieran. Es divertido para los fanáticos y para los periodistas tratar de descifrar qué es. Dejo esa fría labor para ustedes. Pueden llamarlo como quieran, música azul, por ejemplo, y por mí está bien.
Usted ha hecho grabaciones a dúo con el vibrafonista Gary Burton, la pianista Hiromi Uehara y el cantante Bobby McFerrin, ¿cómo describe la interpretación en dueto? ¿Qué la hace especial frente a otros formatos?
El dueto es, obviamente, muy íntimo. Es tan íntimo como puede ser. Dos personas tocando juntas, es un gran espacio para que cada una ponga sus ideas, su sonido en la interpretación. Ahora, no importa si es un dueto o una banda, porque en últimas lo que importa es el espíritu y la energía que hay entre los intérpretes. Cuando he tocado con Hiromi o con Bobby existe una energía única, es imposible repetir la experiencia. El dueto es muy especial. Aunque igual me gusta hacer muchas cosas, no sólo duetos. Me agrada componer, tocar piano, tener diferentes proyectos en los que puedo imprimir diferentes emociones y música.
En los últimos años ha dejado ver su interés en la obra de Astor Piazzolla. ¿Qué le atrajo de su música?
Siempre he adorado el tango. Es una música con mucha energía. Recientemente he descubierto la música del profesor Piazzolla, Alberto Ginastera, y toda esa línea de música folclórica argentina me interesa mucho.
Durante muchos años usted fue el abanderado del jazz en su versión eléctrica, pero últimamente lo hemos escuchado en piano acústico… ¿a qué se debió ese cambio?
No lo sé. Principalmente porque, en uno de mis últimos proyectos, quise tener un sonido más íntimo y decidimos volver al piano acústico. Sin embargo, tengo algunos planes para el piano eléctrico el próximo año.
Antes se decía que ‘Spain’, una de sus composiciones más famosas, es un homenaje a su ancestro español… ¿es eso cierto o simplemente le atrae la cultura española?
Es un poco de ambos, aunque lo que prima es mi atracción hacia la cultura española en general, la cultura y la música latina que fluyen a través de todos los países hispanohablantes. En esa canción en particular la inspiración provino de la música del sur de España. Pero eso está mezclado con el espíritu de la música clásica española.
A propósito de España… ¿qué tal fue el reencuentro con los músicos que conformaron el sexteto de Paco de Lucía, en el trabajo ‘Rhumba Flamenco’?
Ese fue uno de mis proyectos favoritos, porque todos los participantes están imbuidos en la música flamenca y son, al mismo tiempo, amantes del jazz, y en general de toda la música. Entonces, eso me permitió trabajar en un estilo flamenco, por decirlo de alguna forma. Aprendí grandes cosas mientras trabajaba con ellos.
Es imposible no hacer referencia al grupo Return to Forever, ¿qué aprendió de esa experiencia?
Voy a tratar de poner en palabras mi aprendizaje. Particularmente, lo más satisfactorio es el contacto con grandes músicos como Stanley Clarke, con quien aún tengo una relación muy especial. Él fue mi suerte de compañero a través de todas las versiones del proyecto. No importa lo que hagamos juntos, siempre es especial. El año pasado tocamos 50 conciertos con una formación en trío, con instrumentos acústicos: Stanley en el bajo y Lenny White en la batería.
Cada álbum suyo es completamente distinto al anterior... ¿cuál cree usted que es la línea que los une a todos?
Nunca he estado muy interesado en crear un estilo, una forma particular de música. Más bien lo que siempre me ha llamado la atención es hacer cosas nuevas. No pienso en “mi sonido”. Cuando tengo un concepto que quiero perseguir, incluso con el acompañamiento de otros músicos, éste se vuelve mi paleta de colores y mi dirección. El mensaje viene de esta área. En últimas, sólo ejecuto mis proyectos y ya.
Después de tantos años en la escena del jazz, ¿cuál diría usted que ha sido su principal contribución al género?
Esa es otra pregunta que les dejo para que ustedes respondan. Creo que mi contribución es el hecho de que me gusta llevar arte y estética a la gente; es lo que hace sentir que mi vida es divertida y gratificante. Me gusta darle placer a la gente con mi música y eso me alienta para crear más y hacer cosas diferentes para que el público se sorprenda. Cuando veo a la gente sonriendo pienso que, tal vez, estoy haciendo algo bien.
Viene usted acompañado de dos músicos latinos (Eddie Gómez, contrabajo, y Antonio Sánchez, baterista)… ¿Qué tan diferente es la sensibilidad de ellos respecto del anterior trío con el que visitó Colombia (Jeff Ballard y Avishai Cohen)?
Todos los músicos son únicos, como si fueran un universo en sí mismo. Y, claro, es diferente. Hay mundos enteros de distancia. Para mí esta va a ser una combinación muy interesante, poder tocar con ambos al tiempo. Antonio Sánchez es un hombre más joven y Eddie Gómez y yo tenemos una larga relación, que data desde el principio de los sesenta cuando nos conocimos en Nueva York. La cultura musical de Eddie no es muy latina, es jazz, la verdad; su cultura familiar sí lo es más un poco, su familia es de Puerto Rico.
¿Recuerda algo especial de su anterior visita a Colombia hace más de diez años?
El clima era cálido y bastante húmedo. Lo otro que recuerdo era la vegetación, el verde, los árboles. Me impresionó mucho todo esto, especialmente en Medellín. Estoy ansiando mucho volver con mis amigos que sí hablan español y, quién sabe, de pronto aprendo algunas palabras más del idioma.
¿Qué proyectos tiene?
Tengo muchos. En principio voy a tener un encuentro nuevamente con Gary Burton para hacer unas grabaciones. El próximo verano, en Nueva York, tengo un proyecto en trío con el bajista Eddie Gómez y el baterista Paul Motian, aunque no me puedo olvidar de la grabación de algunas canciones con el guitarrista John Scofield. Y también tengo un proyecto maravilloso en el que intervienen dos de mis más grandes amigos del jazz: el saxofonista Kenny Garrett y el contrabajista Christian McBride.
Chick Corea Trío. Mayor 25. Teatro Jorge Eliécer Gaitán. www.tuboleta.com y 593 6300.