La música de los gitanos de Colombia

En su memoria guardan los largos viajes, las noches improvisadas y los caballos que tiraban de sus carretas en recorridos que no tenían límites. No olvidan los lugareños de cada paraje que buscaban encontrar el futuro y la suerte en sus palabras.

Hoy, muchos gitanos dejaron atrás el nomadismo que los caracterizó desde sus inicios en el norte de la India, para asentarse en diferentes lugares del mundo.

Sin embargo, sus creencias y la idiosincrasia, marcados por la suerte y la aventura, que han heredado gracias a la tradición oral, siguen intactas y su mayor interés es lograr que su cultura sea reconocida y valorada en el país. Según el censo de 2005, se estima que en Colombia hay 4.858 gitanos.

Su música es un pasaporte a esa larga tradición a la que se accede por  los sonidos del violín, el acordeón y la guitarra, acompañados por historias que relatan sus alegrías y sufrimientos y las danzas de las gitanas con  sus palmas continuas que no dejan de sonar mientas mueven la cintura.

Gracias a la gestión del Instituto de Patrimonio Cultural, en el marco del Plan Distrital de Desarrollo se han venido adelantando actividades con el fin de apoyar la participación activa de los gitanos en Bogotá.

El concierto de esta noche, en el que la música y al danza serán las protagonistas,  es  una presentación formal del sentir gitano, del pueblo rom como habitante activo de la ciudad, buscando  interactuar y promover sus creencias con el resto de colombianos.

Ame Le Rrom se conformó hace cinco años como resultado de una de las convocatorias de la Secretaría de Cultura. El grupo tiene aproximadamente 50 miembros entre músicos y bailarinas.

“Buscamos mostrar que somos parte de la diversidad étnica y cultural de este país, que hacemos parte de esta ciudad y de esta nacionalidad”. Así lo afirma Dalila Gómez, vocera del Proceso Organizativo del Pueblo rom de Colombia (Prorom), al referirse al evento. Prorom es una organización intermediaria entre el pueblo gitano y el gobierno, que empezó en 1999 y ha trabajado por el reconocimiento de los derechos colectivos e individuales de los gitanos.

Lejos de todo estereotipo  que  relaciona  a  los gitanos con el misterio y el engaño, Dalila Gómez asegura que se trata de una cultura sólida con una lengua, el romanés, un sistema jurídico y unas características propias de las que hay mucho que aprender.

Los históricos viajes no han permitido que desaparezca su identidad. Su interpretación de los fenómenos naturales, el valor que le dan a la solidaridad y a la libertad, la variedad de los sabores de su cocina y su  especial sentido por la estética, son sólo algunas de las características que reafirman la importancia de esta cultura milenaria que hoy busca acercarse a la ciudad a través de sus canciones.

En su memoria guardan los largos viajes, las noches improvisadas y los caballos que tiraban de sus carretas en recorridos que no tenían límites. No olvidan los lugareños de cada paraje que buscaban encontrar el futuro y la suerte en sus palabras.

Hoy, muchos gitanos dejaron atrás el nomadismo que los caracterizó desde sus inicios en el norte de la India, para asentarse en diferentes lugares del mundo.

Sin embargo, sus creencias y la idiosincrasia, marcados por la suerte y la aventura, que han heredado gracias a la tradición oral, siguen intactas y su mayor interés es lograr que su cultura sea reconocida y valorada en el país. Según el censo de 2005, se estima que en Colombia hay 4.858 gitanos.

Su música es un pasaporte a esa larga tradición a la que se accede por  los sonidos del violín, el acordeón y la guitarra, acompañados por historias que relatan sus alegrías y sufrimientos y las danzas de las gitanas con  sus palmas continuas que no dejan de sonar mientas mueven la cintura.

Gracias a la gestión del Instituto de Patrimonio Cultural, en el marco del Plan Distrital de Desarrollo se han venido adelantando actividades con el fin de apoyar la participación activa de los gitanos en Bogotá.

El concierto de esta noche, en el que la música y al danza serán las protagonistas,  es  una presentación formal del sentir gitano, del pueblo rom como habitante activo de la ciudad, buscando  interactuar y promover sus creencias con el resto de colombianos.

Ame Le Rrom se conformó hace cinco años como resultado de una de las convocatorias de la Secretaría de Cultura. El grupo tiene aproximadamente 50 miembros entre músicos y bailarinas.

“Buscamos mostrar que somos parte de la diversidad étnica y cultural de este país, que hacemos parte de esta ciudad y de esta nacionalidad”. Así lo afirma Dalila Gómez, vocera del Proceso Organizativo del Pueblo rom de Colombia (Prorom), al referirse al evento. Prorom es una organización intermediaria entre el pueblo gitano y el gobierno, que empezó en 1999 y ha trabajado por el reconocimiento de los derechos colectivos e individuales de los gitanos.

Lejos de todo estereotipo  que  relaciona  a  los gitanos con el misterio y el engaño, Dalila Gómez asegura que se trata de una cultura sólida con una lengua, el romanés, un sistema jurídico y unas características propias de las que hay mucho que aprender.

Los históricos viajes no han permitido que desaparezca su identidad. Su interpretación de los fenómenos naturales, el valor que le dan a la solidaridad y a la libertad, la variedad de los sabores de su cocina y su  especial sentido por la estética, son sólo algunas de las características que reafirman la importancia de esta cultura milenaria que hoy busca acercarse a la ciudad a través de sus canciones.