“La música es un puente de comunicación”: Andrés Gutiérrez

Systema Solar nació en 2006. ¿Qué ha cambiado en casi 20 años de carrera?

A lo largo de todos estos años se ha visto una evolución a nivel personal y grupal muy grande. Creo que es importante que sean las experiencias las que no ubiquen a una banda o artista en el mismo punto en el que se encontraba hace tanto tiempo, porque uno es un catalizador de todas esas vivencias positivas y negativas que ayudan a que uno vaya mutando y buscando nuevos horizontes y nuevas formas de expresar el arte. Hemos trabajado con muchas personas que nos han hecho crecer bastante. Las giras, los discos que hemos sacado nos han llevado a explorar cada vez diferentes rumbos y formas de hacer música. En el momento en que nos encontramos hoy es uno más maduro, pero lo importante es que todavía no se ha perdido ese deseo de hacer música por diversión. Sentirse bien con la banda es primordial, más allá de verlo como un compromiso o un negocio que tiene que dar ciertos resultados dentro de un mercado que cada vez exige más. Sí, ha habido una evolución desde todo punto de vista, pero el núcleo, de hacer música con amigos, se ha mantenido intacto.

¿Qué quieren transmitir a su público con su música?

Siempre hemos sido una banda con sentido social, dentro de nuestras letras y ritmos nos hemos caracterizado por ser muy alegres, muy guapachosos, muy Caribe, con muchas texturas. Eso lo hemos mantenido en nuestros conciertos: la interacción con el público. La gente, con el tiempo, también ha aprendido a ver los conciertos de Systema Solar como una experiencia, no solo ir a cantar, sino hacer parte de una experiencia audiovisual. Nuestra nueva canción, “Comer de verdad”, hace parte de esto, pues con ella transmitimos el mensaje de dignificar a nuestros campesinos, el trabajo de la comida orgánica y la alimentación sana.

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¿Cómo es su proceso creativo?

No va de la mano con ningún esquema. Algo que funciona mucho para nosotros es que toda la banda esté reunida en el estudio trabajando en las canciones. Por la pandemia tratamos de trabajar a distancia y se logró, pero nos dimos cuenta de que no era lo mismo que sentir la energía de cada integrante ahí con uno. Hay funciones muy establecidas, pero es importante que todo se sienta real y orgánico, que nada se sienta forzado. Para nosotros es muy importante estar juntos en el estudio y apenas tuvimos oportunidad decidimos retomar esa costumbre y empezar a trabajar de nuevo como una unidad.

¿Dónde encuentran la intersección entre los géneros que abarcan en su música?

Cada integrante tiene un universo y una biblioteca musical muy marcada en su cabeza, pero una de las características de la banda es ir más allá de un género preestablecido. Para nosotros lo más importante a la hora de hacer música no es que se vea bien, sino que se sienta bien y si se siente bien en el cuerpo, la gente lo acepta de una forma muy chévere, más allá de colocarle un ritmo que se llama de una forma u otra. A veces tener esa premisa de que se sienta bien, hace que rompamos el esquema preestablecido y se logran cosas interesantes. Está el hip hop, la electrónica, la música folclórica, pero todo es en aras de que se sienta bien y conecte con la gente.

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Para usted, ¿qué representa la música?

Es un medio de expresión, es como una ventana en la cual puedes difundir un mensaje muy claro y conectar con una cantidad de gente que va a estar muy asertiva a lo que puedes ver. La música para nosotros es un puente de comunicación de lo que sucede y lo que nosotros podemos difundir.

Para ustedes, ¿por qué es importante resaltar los ritmos del Caribe junto con los mensajes que transmiten?

Para nosotros es importante que la música que hagamos, independientemente, tenga una corriente social que conecte con causas y que tenga una narrativa basada en la realidad de lo que sucede y que, además, se haga en el entorno de la celebración. La mayoría de los integrantes de la banda somos costeños y la música de nuestra región es para nosotros un punto de conexión porque nosotros somos muy alegres en nuestra música y la gente se ha conectado mucho con esos ritmos. Aunque no necesariamente decimos que somos un grupo que toca música exclusivamente de la costa porque exploramos muchas texturas, pero todo en torno a la celebración.

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¿Qué ha sido lo más satisfactorio en estos años de trabajo?

Como banda lo más satisfactorio ha sido poder hacer parte de esa historia de la música en Colombia, sin tener la necesidad de torcer nuestra intención inicial, de divertirnos haciendo música por querer pertenecer a una estrategia preestablecida y no convertir esto en una obligación. Para nosotros lo más importante en este proyecto es permanecer muy puros en todo lo que tiene que ver con todos esos esquemas que muchas veces hacen que la gente y que las bandas pierdan la diversión y eso es importante y se refleja en la música que hacemos y en la tarima, porque la gente se da cuenta cuando el artista les está mostrando una realidad o cuando está tratando de tener una actitud impostada para conectar o vender y creo que la gente cuando va a los conciertos ve esa pureza y esa realidad de diversión y que somos niños jugando a ser escuchados.

Systema Solar nació en 2006. ¿Qué ha cambiado en casi 20 años de carrera?

A lo largo de todos estos años se ha visto una evolución a nivel personal y grupal muy grande. Creo que es importante que sean las experiencias las que no ubiquen a una banda o artista en el mismo punto en el que se encontraba hace tanto tiempo, porque uno es un catalizador de todas esas vivencias positivas y negativas que ayudan a que uno vaya mutando y buscando nuevos horizontes y nuevas formas de expresar el arte. Hemos trabajado con muchas personas que nos han hecho crecer bastante. Las giras, los discos que hemos sacado nos han llevado a explorar cada vez diferentes rumbos y formas de hacer música. En el momento en que nos encontramos hoy es uno más maduro, pero lo importante es que todavía no se ha perdido ese deseo de hacer música por diversión. Sentirse bien con la banda es primordial, más allá de verlo como un compromiso o un negocio que tiene que dar ciertos resultados dentro de un mercado que cada vez exige más. Sí, ha habido una evolución desde todo punto de vista, pero el núcleo, de hacer música con amigos, se ha mantenido intacto.

¿Qué quieren transmitir a su público con su música?

Siempre hemos sido una banda con sentido social, dentro de nuestras letras y ritmos nos hemos caracterizado por ser muy alegres, muy guapachosos, muy Caribe, con muchas texturas. Eso lo hemos mantenido en nuestros conciertos: la interacción con el público. La gente, con el tiempo, también ha aprendido a ver los conciertos de Systema Solar como una experiencia, no solo ir a cantar, sino hacer parte de una experiencia audiovisual. Nuestra nueva canción, “Comer de verdad”, hace parte de esto, pues con ella transmitimos el mensaje de dignificar a nuestros campesinos, el trabajo de la comida orgánica y la alimentación sana.

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¿Cómo es su proceso creativo?

No va de la mano con ningún esquema. Algo que funciona mucho para nosotros es que toda la banda esté reunida en el estudio trabajando en las canciones. Por la pandemia tratamos de trabajar a distancia y se logró, pero nos dimos cuenta de que no era lo mismo que sentir la energía de cada integrante ahí con uno. Hay funciones muy establecidas, pero es importante que todo se sienta real y orgánico, que nada se sienta forzado. Para nosotros es muy importante estar juntos en el estudio y apenas tuvimos oportunidad decidimos retomar esa costumbre y empezar a trabajar de nuevo como una unidad.

¿Dónde encuentran la intersección entre los géneros que abarcan en su música?

Cada integrante tiene un universo y una biblioteca musical muy marcada en su cabeza, pero una de las características de la banda es ir más allá de un género preestablecido. Para nosotros lo más importante a la hora de hacer música no es que se vea bien, sino que se sienta bien y si se siente bien en el cuerpo, la gente lo acepta de una forma muy chévere, más allá de colocarle un ritmo que se llama de una forma u otra. A veces tener esa premisa de que se sienta bien, hace que rompamos el esquema preestablecido y se logran cosas interesantes. Está el hip hop, la electrónica, la música folclórica, pero todo es en aras de que se sienta bien y conecte con la gente.

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Para usted, ¿qué representa la música?

Es un medio de expresión, es como una ventana en la cual puedes difundir un mensaje muy claro y conectar con una cantidad de gente que va a estar muy asertiva a lo que puedes ver. La música para nosotros es un puente de comunicación de lo que sucede y lo que nosotros podemos difundir.

Para ustedes, ¿por qué es importante resaltar los ritmos del Caribe junto con los mensajes que transmiten?

Para nosotros es importante que la música que hagamos, independientemente, tenga una corriente social que conecte con causas y que tenga una narrativa basada en la realidad de lo que sucede y que, además, se haga en el entorno de la celebración. La mayoría de los integrantes de la banda somos costeños y la música de nuestra región es para nosotros un punto de conexión porque nosotros somos muy alegres en nuestra música y la gente se ha conectado mucho con esos ritmos. Aunque no necesariamente decimos que somos un grupo que toca música exclusivamente de la costa porque exploramos muchas texturas, pero todo en torno a la celebración.

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¿Qué ha sido lo más satisfactorio en estos años de trabajo?

Como banda lo más satisfactorio ha sido poder hacer parte de esa historia de la música en Colombia, sin tener la necesidad de torcer nuestra intención inicial, de divertirnos haciendo música por querer pertenecer a una estrategia preestablecida y no convertir esto en una obligación. Para nosotros lo más importante en este proyecto es permanecer muy puros en todo lo que tiene que ver con todos esos esquemas que muchas veces hacen que la gente y que las bandas pierdan la diversión y eso es importante y se refleja en la música que hacemos y en la tarima, porque la gente se da cuenta cuando el artista les está mostrando una realidad o cuando está tratando de tener una actitud impostada para conectar o vender y creo que la gente cuando va a los conciertos ve esa pureza y esa realidad de diversión y que somos niños jugando a ser escuchados.