La nota contralta

Usted se formó artísticamente en el Conservatorio Benedetto Marcello, ¿cómo recuerda esos años de estudio?

Empecé a estudiar en el conservatorio cuando tenía diez años, y estuve allí por espacio de una década. Todo lo que viene a mi memoria, respecto a ese tiempo, es maravilloso. Por mi cabeza sólo pasan imágenes de un bello entorno.

Comenzó a cantar profesionalmente en 1987, ¿cómo ha cambiado el sentimiento por la música desde entonces?

No ha cambiado mucho, aunque entiendo a la perfección a aquellos artistas a los que sí les pasa. Finalmente abandoné mi trabajo en el coro de La Fenice de Venecia, pero en ese entonces se había sembrado en mí una especie de conciencia acerca de mi trabajo y ya estaba a punto de ser solista. Como integrante de un coro o como solista, la música sigue ocupando un lugar de preferencia en mi vida.

Se ha dicho de sus interpretaciones, que son de una auténtica contralto y que usted tiene identidad y elegancia para la música barroca, ¿cómo asume esta clase de opiniones?

Esos comentarios me hacen muy feliz. Es todo lo que puedo decir. Creo que soy una persona muy afortunada porque me encanta cantar. No puedo entender la vida sin la actividad lírica, y cuando las personas están felices de escuchar mi voz y de disfrutar del arte que hago, me siento plena. La verdad es que no puedo pedir nada más.

Interpreta obras de grandes compositores clásicos, pero también piezas de autores contemporáneos, ¿con cuál período se siente más cómoda?

Pienso que hay una conexión entre los grandes compositores clásicos y los contemporáneos. Creo que Mahler estaba pensando en la música barroca mientras escribía sus obras, y que hay muchos más puntos en común de lo que pensamos en la actualidad. En primer lugar, cada uno de ellos (estoy pensando en Monteverdi, Bach y Mahler, mis tres compositores favoritos) escribían textos para acompañar a la música, y eso habla de un vínculo muy grande. Tengo mucha suerte porque la música escrita para voces de contralto es maravillosa, así que a mí sólo me toca cantar música maravillosa.

Ha cantado con el respaldo de las orquestas más importantes del mundo, ¿en algún momento se ha sentido sola en el escenario?

Tengo que decir que algunas veces me he sentido sola en el escenario, pero por fortuna no son muchas y esa situación depende del director de la orquesta.

Una de sus interpretaciones más renombradas ha sido ‘Stabat Mater’, de Pergolesi, ¿qué siente al cantarla?

Me siento como Alejandro Magno montado en su caballo Bucéfalo. Me encanta cantar esta Stabat Mater y porque siento que cada vez es más grande y más exigente. Es realmente una obra maestra.

¿Cuáles han sido los aprendizajes más importantes que ha recibido del maestro Claudio Abbado?

Claudio Abbado no es una persona que está al lado para dar lecciones y, sin embargo, su misma presencia ya es una lección de vida. Una vez estaba cantando un aria de Bach, particularmente difícil, y él me dijo: “Sara, no te preocupes porque aquí voy a estar”. Con esa frase él me recordó que los artistas estamos en el escenario para hacer música, para cantar de buena fe y con humildad. Él es un hombre muy tranquilo y ahí está su grandeza.

‘La Octava Sinfonía’, de Mahler, es reconocida por su complejidad para los cantantes, ¿cómo podría definirla?

La Octava Sinfonía es simplemente colosal. Sin embargo, creo que la gran complejidad está en la parte del tenor y en la parte de la soprano, porque para las voces de contralto es maravillosa su partitura.

Además del italiano, ¿cuál idioma prefiere para cantar?

Después del italiano, que es mi lengua materna, creo que me quedo con el alemán, por lo que logra transmitir.

¿Qué representó para su carrera el haber obtenido el Premio Abbiati en 2009?

Fue un reconocimiento maravilloso a mi labor y no tengo palabras para expresar lo que sentí hace un par de años.

¿Qué aspectos conocía del Cartagena Festival Internacional de Música?

Algunos de mis colegas me han hablado mucho sobre este maravilloso festival. Dicen que es un gran encuentro en una ciudad mágica. Es mi primera vez aquí y por eso todo va a ser una sorpresa.

Usted se formó artísticamente en el Conservatorio Benedetto Marcello, ¿cómo recuerda esos años de estudio?

Empecé a estudiar en el conservatorio cuando tenía diez años, y estuve allí por espacio de una década. Todo lo que viene a mi memoria, respecto a ese tiempo, es maravilloso. Por mi cabeza sólo pasan imágenes de un bello entorno.

Comenzó a cantar profesionalmente en 1987, ¿cómo ha cambiado el sentimiento por la música desde entonces?

No ha cambiado mucho, aunque entiendo a la perfección a aquellos artistas a los que sí les pasa. Finalmente abandoné mi trabajo en el coro de La Fenice de Venecia, pero en ese entonces se había sembrado en mí una especie de conciencia acerca de mi trabajo y ya estaba a punto de ser solista. Como integrante de un coro o como solista, la música sigue ocupando un lugar de preferencia en mi vida.

Se ha dicho de sus interpretaciones, que son de una auténtica contralto y que usted tiene identidad y elegancia para la música barroca, ¿cómo asume esta clase de opiniones?

Esos comentarios me hacen muy feliz. Es todo lo que puedo decir. Creo que soy una persona muy afortunada porque me encanta cantar. No puedo entender la vida sin la actividad lírica, y cuando las personas están felices de escuchar mi voz y de disfrutar del arte que hago, me siento plena. La verdad es que no puedo pedir nada más.

Interpreta obras de grandes compositores clásicos, pero también piezas de autores contemporáneos, ¿con cuál período se siente más cómoda?

Pienso que hay una conexión entre los grandes compositores clásicos y los contemporáneos. Creo que Mahler estaba pensando en la música barroca mientras escribía sus obras, y que hay muchos más puntos en común de lo que pensamos en la actualidad. En primer lugar, cada uno de ellos (estoy pensando en Monteverdi, Bach y Mahler, mis tres compositores favoritos) escribían textos para acompañar a la música, y eso habla de un vínculo muy grande. Tengo mucha suerte porque la música escrita para voces de contralto es maravillosa, así que a mí sólo me toca cantar música maravillosa.

Ha cantado con el respaldo de las orquestas más importantes del mundo, ¿en algún momento se ha sentido sola en el escenario?

Tengo que decir que algunas veces me he sentido sola en el escenario, pero por fortuna no son muchas y esa situación depende del director de la orquesta.

Una de sus interpretaciones más renombradas ha sido ‘Stabat Mater’, de Pergolesi, ¿qué siente al cantarla?

Me siento como Alejandro Magno montado en su caballo Bucéfalo. Me encanta cantar esta Stabat Mater y porque siento que cada vez es más grande y más exigente. Es realmente una obra maestra.

¿Cuáles han sido los aprendizajes más importantes que ha recibido del maestro Claudio Abbado?

Claudio Abbado no es una persona que está al lado para dar lecciones y, sin embargo, su misma presencia ya es una lección de vida. Una vez estaba cantando un aria de Bach, particularmente difícil, y él me dijo: “Sara, no te preocupes porque aquí voy a estar”. Con esa frase él me recordó que los artistas estamos en el escenario para hacer música, para cantar de buena fe y con humildad. Él es un hombre muy tranquilo y ahí está su grandeza.

‘La Octava Sinfonía’, de Mahler, es reconocida por su complejidad para los cantantes, ¿cómo podría definirla?

La Octava Sinfonía es simplemente colosal. Sin embargo, creo que la gran complejidad está en la parte del tenor y en la parte de la soprano, porque para las voces de contralto es maravillosa su partitura.

Además del italiano, ¿cuál idioma prefiere para cantar?

Después del italiano, que es mi lengua materna, creo que me quedo con el alemán, por lo que logra transmitir.

¿Qué representó para su carrera el haber obtenido el Premio Abbiati en 2009?

Fue un reconocimiento maravilloso a mi labor y no tengo palabras para expresar lo que sentí hace un par de años.

¿Qué aspectos conocía del Cartagena Festival Internacional de Música?

Algunos de mis colegas me han hablado mucho sobre este maravilloso festival. Dicen que es un gran encuentro en una ciudad mágica. Es mi primera vez aquí y por eso todo va a ser una sorpresa.