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Mimos de la talla de Chaplin, Keaton o Funes son la inspiración de la obra Cocorico, que quiere exaltar la esencia del teatro “los gestos” y a partir de estos construir una historia cargada de humor e inteligencia.
Cocorico, recrea situaciones diversas gracias a dos elementos: por un lado la música, de la mano de Philippe Leygnac, y por el otro la actuación, del genio francés Patrice Thibaud. Ambos logran encajar perfectamente para entregar escenas llenas de personajes fantásticos provenientes de la imaginación del cómico.
Sin duda la atención de la obra recae sobre Thibaud, quien tiene la capacidad de dibujar animales y personas, partiendo de su propio cuerpo y sin pronunciar diálogos. Esta capacidad gestual que tiene el actor se aleja completamente de ser una recreación actoral burda y se convierte en una pieza llena de inteligencia y elocuencia.
Patrice Thibaud, resume su obra como el trabajo de toda una vida, de todo el conocimiento sobre su cuerpo y sobre lo que puede llegar a expresar con él. Aunque ha hecho teatro clásico y contemporáneo, el actor considera que la esencia del teatro son los gestos y por eso volver al principio es un reto, en la construcción de una obra como Cocorico.
La obra francesa Cocorico se estará presentando en el teatro del Colegio Gimnasio Moderno, hasta el 8 de abril.