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La pelota y la literatura, a propósito de la charla “Esa cosa llamada fútbol”

A propósito del Mundial y el próximo encuentro de Diálogos del Magazín, “Esa cosa llamada fútbol”, presentamos algunas apreciaciones de este deporte desde la literatura. Desde la pasión de Eduardo Galeano, hasta la aversión de Jorge Luis Borges. El encuentro se realizará hoy, martes 15 de noviembre, en el Gimnasio Moderno a las 7:00p.m.

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15 de noviembre de 2022 - 06:46 p. m.
El equipo colombiano frente a la selección uruguaya en la disputa por los octavos de final de la Copa del Mundo 2014, en Brasil.
El equipo colombiano frente a la selección uruguaya en la disputa por los octavos de final de la Copa del Mundo 2014, en Brasil.
Foto: EFE - Paolo Aguilar
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Una pasión que le duró la vida entera a Eduardo Galeano

“Como todos los uruguayos, toditos, yo nací gritando gol”, dijo alguna vez el escritor y periodista. Eduardo Galeano no se esforzaba por esconder su pasión por este deporte que cada cuatro años pone a vibrar al mundo entero con el Mundial. “No tengo nada de original porque, como se sabe, en mi país las maternidades hacen un ruido infernal porque todos los bebés se asoman al mundo entre las piernas de la madre gritando gol. Yo también grité gol para no ser menos y como todos quise ser jugador de fútbol”.

Con esta reflexión el uruguayo dio inicio a su libro, publicado en 1955, “Fútbol a sol y sombra”. Era hincha del equipo Nacional de Montevideo, junto a su colega Mario Benedetti, y en sus textos que dedicó a este deporte probó que la relación entre el fútbol y la literatura sí puede existir. Entre sus reflexiones Galeano tuvo claro que “el fútbol es la única religión que no tiene ateos”.

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“En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”, afirmaba. Reconocía que no era buen jugador, a excepción de sus sueños, y se consideraba a sí mismo como un “mendigo del fútbol”. “Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.

Juan Villoro, el eterno enamorado del juego de la pelota

“Cuando nosotros queremos conocer un país o una sociedad, el deporte es un catalizador importante, porque ahí se concentran numerosas pasiones y numerosos intereses para bien o para mal. Pero si solo nos concentramos en lo deportivo vamos a perder muchos elementos que también participan en la gesta. En un cotejo importante de cualquier deporte, hay elementos religiosos, simbólicos, políticos, económicos, eróticos, estéticos, que determinan lo que ahí sucede. Y entender esta complejidad es entender la sociedad donde eso se realiza”, le dijo el periodista mexicano a Semana.

El mexicano ha escrito todas las crónicas que ha podido sobre el deporte que llena su cabeza. De esta pasión han salido libros como “Balón dividido” (2014), “Ida y vuelta” (2012) y “Dios es redondo” (2006), entre otros. “Lo más interesante desde el punto de vista del periodismo narrativo son las historias que están detrás de las grandes jugadas, lo que yo llamo ‘la vida privada de los goles’, o sea que se cumple de manera secreta en un partido. Las rivalidades ocultas, las prenociones, los pálpitos. Todo lo que estaba en el juego, más allá del resultado. Esto es válido tanto para los protagonistas como para los aficionados”.

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El detractor del juego de la pelota: Jorge Luis Borges

Así como el escritor es reconocido por sus cuentos y relatos, también algunos lo recuerdan es por su desprecio hacia el fútbol. “Despierta las peores pasiones”, solía decir. “El fútbol es popular porque la estupidez es popular”. Con ir una vez al estadio fue suficiente para que el argentino tomara la decisión de no regresar jamás.

Cuando todos los ojos de sus compatriotas se concentraban en ver el mundial de 1978, los de Borges se dirigían a otro lado y ese mismo año aseveró que “mientras dure el Campeonato Mundial de Fútbol me iré a cualquier parte donde no se hable de fútbol. El Mundial será una calamidad que, por suerte, pasará”.

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Era tan crítico del juego que, sin quererlo, creó una corriente literaria para los detractores de este deporte. “Qué raro que nunca se les haya echado en cara a los ingleses, injustamente odiados, haber llenado el mundo de juegos estúpidos, deportes puramente físicos como el fútbol, que es uno de sus mayores crímenes”, decía.

Todo lo que Albert Camus le debe al fútbol

El premio Nobel de Literatura de 1957, además de amar las letras, amaba el fútbol. “La patria es en realidad la camiseta de la selección nacional”, solía decir el escritor argelino-francés. Camus afirmaba que varias de las enseñanzas que había tenido durante su vida las debía al deporte y, en particular, al fútbol. “Tras muchos años en los que el mundo me ha brindado innumerables espectáculos, lo que finalmente sé con mayor certeza respecto de la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”, decía.

Su afición por este juego no salía únicamente de ver a su equipo favorito, el escritor era un jugador activo, primero como delantero y luego como portero. “Me devoraba la impaciencia del domingo al jueves, día de práctica, y del jueves al domingo, día del partido. Así fue como me uní a los universitarios. Y allí estaba yo, golero del equipo juvenil. Sí, todo parecía muy fácil. Pero no sabía que se acababa de establecer un vínculo de años, que abarcaba cada estadio de la provincia y que nunca iba a tener fin. No sabía entonces que veinte años después, en las calles de París e incluso en Buenos Aires (sí, me ha sucedido) la palabra R.U.A. mencionada por un amigo con el que tropecé, me iba a hacer saltar el corazón tan tontamente como fuera posible”.

Él resaltaba el valor educativo que este deporte tenía y mencionaba las enseñanzas que jugarlo y ser fanático del fútbol dejó en su vida. “Aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades donde la gente no suele ser siempre lo que se dice derecha”.

Si desea asistir al encuentro de Diálogos de El Magazín: “Esa cosa llamada fútbol”, puede inscribirse aquí: https://cutt.ly/JN5kztw

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