La ciudad de Cholula, en el estado mexicano de Puebla, alberga una de las construcciones prehispánicas más grandes registradas hasta el momento: la Gran Pirámide de Cholula. La estructura, que permanece oculta bajo una colina cubierta de vegetación, supera en tamaño a la Gran Pirámide de Giza, en Egipto, tanto en base como en volumen.
La pirámide fue construida por etapas a lo largo de varios siglos. Su forma actual es el resultado de la superposición de distintas fases arquitectónicas. Cada vez que se erigía una nueva pirámide, se cubría la anterior por completo, lo que provocó el crecimiento progresivo de la estructura. Los estudios señalan que su construcción comenzó hacia el siglo II a. C. y que fue concluida entre los años 900 y 1100 d. C.
Cuando los colonizadores españoles llegaron a la región, la pirámide ya se encontraba en desuso. Su aspecto, similar al de un cerro, permitió que pasara inadvertida durante algún tiempo. En su cima fue construida posteriormente la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, edificación que aún se conserva.
Durante el siglo XX, las primeras exploraciones arqueológicas sistemáticas estuvieron a cargo del arquitecto Ignacio Marquina, quien en 1930 dirigió un proyecto que permitió el acceso al interior de la pirámide mediante un sistema de túneles. Gracias a estas excavaciones fue posible identificar las distintas etapas constructivas y localizar restos de pintura mural.
La base de la pirámide mexicana cuadruplica la de su par egipcia, alcanzando más de 400 metros por lado y una altura aproximada de 66 metros. Su volumen total se estima en unos 4.5 millones de metros cúbicos, lo que la convierte en la estructura piramidal más grande del planeta por volumen.
Fabricada en adobe y otros materiales locales, la pirámide de Cholula no presenta la forma puntiaguda típica de otras estructuras piramidales, como las egipcias. En cambio, su silueta asemeja una colina escalonada debido a las múltiples capas y construcciones superpuestas.
La importancia histórica y arqueológica de esta construcción atrajo el interés de investigadores desde el siglo XIX, incluyendo figuras como Alexander von Humboldt, Guillermo Dupaix, Manuel Gamio y Enrique Juan Palacios.
Actualmente, la Gran Pirámide de Cholula es reconocida como un sitio de valor cultural y es visitada por turistas e investigadores de distintas partes del mundo.