Palabras sonoras o tal vez pequeños fragmentos de vida que se tejen con la lírica en un fondo blanco, dispuesto a ser rellenado con un montón de frases, resultado de un atraganto interrumpible de la relación más pura que existe entre la libertad y la escritura. Ilusiones de un humano, ideas descritas en vocablos con voces claras, personales, de frente y para el mundo, es una conjunción que crea narraciones veraces, alimentadas por el impulso de un paisaje ya recorrido y puesto como musa de inspiración. Como un viaje sin retorno seguramente lo describiría un escritor dedicado a la poesía, ese mismo viaje al que se aventuró el escritor colombiano Eduardo Bechara Navratilova para sacar de lugares perdidos aquellos tesoros que narran con precisión el continente de América del Sur.
“Fue una situación de lanzarse al gran océano y empezar a nadar hacia alguna costa lejana en busca de pararse en tierra firme”, comenta Bechara, tras sumergirse en un viaje guiado por un cadáver exquisito dispuesto por poetas de distintas regiones. Mientras recuerda sus inicios, un niño curioso que afirmaba a los doce años que sería un escritor toda su vida, cuando ponía su nombre como si firmase un testamento en el clásico literario de Lazarillo de Tormes. Un escritor que decidió formarse como voceador del derecho penal, pero que la misma experiencia lo devolvió a sus raíces y al gusto por la escritura. Una promesa que con gran esfuerzo recobra vida ya hace varios años, siendo el creador de novelas como ‘La novia del torero’ (2002), ‘Unos duermen, otros no’ (2006), ‘Poemas a una ciudad, un insecto y una mujer’ (2010).
Durante sus viajes, recolectaba experiencias en pequeñas libretas que lo incitaban a perdurar en palabras lo que sus ojos y espíritu predecían, encontrándose en el camino a su homónimo Eduardo Bechara Baracat, escritor argentino con el que había compartido situaciones similares y con el que pudo concluir y concordar con la idea de que “la mayoría de los artistas son vistos como ‘pobres diablos’ por aquellos incapaces de ver la belleza de sus obras y sus búsquedas. Muchos, incluso, los consideran parásitos. Su ignorancia los lleva a desconocer la importancia que tienen como instrumento transformador”. Aquella premisa lo impulsa a realizar el proyecto ‘En busca de poetas’, con el fin de visibilizar a los poetas del sur del continente americano, comenzando por la Patagonia, hasta llegar a Colombia.
Con el apoyo de una empresa privada, el proyecto comienza a materializarse en el año 2013, en el que Eduardo Bechara Navratilova realiza una travesía por el sur de Argentina descubriendo y conociendo a algunos de los poetas que emergen para así empezar a cruzar las fronteras. Desde su llegada, contacta al poeta colombiano radicado en Buenos Aires Fredy Yezzed, quien lo orienta con sus primeros acercamientos poéticos en la Patagonia y de ahí, con la ayuda de los poetas encontrados, va trazando su propia línea de relatos encontrados, explicando así su recorrido:
“La poeta Maritza Kazanovic, de Río Gallegos, me ayudó a trazar un mapa. Me dijo que yo debería hacer un zigzag desde la costa a la cordillera para pasar por todos los puntos importantes poéticos de la Patagonia. En ese zigzag que empecé a hacer me recomendaron no dejar por fuera el sur de Chile, cuna de grandes poetas como Jorge Tellier o Pablo Neruda; a Uruguay, país eminentemente de poetas mujeres; Paraguay, Bolivia, Venezuela… en ese momento me di cuenta de que había creado un Frankestein”. Dicho proyecto recogería una antología poética en esta parte del continente, dando su primera luz de vida con el recorrido por el sur de Argentina que finalizó y que actualmente se materializa en un libro titulado ‘Antología poética: breve tratado del viento del sur’.
El libro pretende ser una ingeniosa manera de narrar historias poéticas de artistas que con sus palabras logran descifrar las diferencias terrenales, culturales, para unirlas en una recopilación sin importar si son inéditos o publicados, reconocidos o consagrados y demostrar la importancia de este género literario con un carácter bastante fuerte y de pertinencia social.
“El latido en la vena de la mano. Es de no creer todo lo que pasa en una hoja (…)”, dice uno de los poemas del escritor Alejandro Pinto, de Rio Grande, que aparece en esta publicación. Cada poeta aparece organizado de acuerdo con su ciudad de residencia, con lo que consigue ser una gran aventura para todos aquellos que buscan descifrar el encanto de las poblaciones y ciudades de este lado de Argentina. Según el mapa trazado por Bechara, la próxima antología incluirá las historias encontradas en su visita por Chile, Uruguay y Paraguay, esperando poder realizar un recorrido por el Norte de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia cuando consiga el apoyo necesario para su expedición.