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“Cuando todo se desaparece, lo importante sigue siendo lo que llevamos dentro”

Para celebrar sus 30 años de historia, Decorceramica lanzó una nueva colección que busca ir a los orígenes y exaltar los lazos que se forjan en el camino. Eso, en palabras de Bernardo Mejía, el gerente nacional de ventas de la marca, no solo es un objeto de publicidad, sino que es una necesidad y un interés propio.

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28 de mayo de 2025 - 01:00 p. m.
Bernardo Mejía se graduó de administración de empresas de la Unviersidad Icesi.
Bernardo Mejía se graduó de administración de empresas de la Unviersidad Icesi.
Foto: Cortesía Bernardo Mejía
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Cuéntenos sobre la colección que lanzaron para celebrar los 30 años de la compañía.

Somos una compañía que trabaja de manera muy colaborativa. Desde nuestra dirección se ha fomentado una cultura de trabajo en equipo, en la que se valoran los aportes de todas las áreas. El proceso de esta nueva colección, Meraki, partió justamente de esa visión, con una fuerte intención de volver a lo ancestral, a lo artesanal, a lo hecho con el corazón. Meraki simboliza precisamente eso: lo que se hace con el corazón se ejecuta con las manos. El símbolo de la colección, que es una mano con un corazón en su interior, representa esa idea de que lo que se siente profundamente se plasma a través del hacer. Todo este proceso creativo es mérito del equipo de mercadeo de la empresa, que, desde una lógica de consenso y buscando conectar con el ser, logró traducir lo que queríamos expresar desde dentro en un concepto poderoso.

Eso de volver a las raíces parece que es una obsesión y un anhelo de la sociedad actual, ¿por qué cree que está esa necesidad de regresar allí?

Volver a las raíces ha sido una experiencia común para muchos de nosotros y, al mismo tiempo, una gran fuente de inspiración para lo que venimos desarrollando en Decorceramica durante los últimos años. Hay una tendencia clara hacia lo natural: los colores de la tierra, los espacios verdes. Esto se refleja con fuerza en nuestra colección, que incorpora elementos muy afines a la naturaleza. Creo que esta sensibilidad surgió al darnos cuenta de que no tenemos mucho más que nuestra tierra, nuestro ser, nuestras familias y los espacios cercanos. Cuando todo lo demás se detiene o desaparece, lo más importante sigue siendo lo que llevamos dentro y lo que realmente nos rodea. En cierto momento, el resto del mundo dejó de existir para enfocarnos en vivir nuestros espacios y nuestro entorno. Esa toma de conciencia —sobre nuestros lugares, nuestras vidas y nosotros mismos— fue uno de los aprendizajes más profundos que dejó la pandemia.

Hablemos sobre esa relación que se teje entre las personas y los espacios físicos. ¿Qué tan trascendental es?

En Decorcerámica queremos transmitir que trabajamos por el bienestar de las personas. Cada vez se valora más ese espacio donde pasamos gran parte de nuestro tiempo. El objetivo es que cada persona pueda sentirse más cómoda y en armonía dentro de su hogar. En Decorcerámica trabajamos siempre con ese propósito: mejorar el bienestar de las personas. Nuestros diseños buscan contribuir a una mejor calidad de vida. Y aunque esto es algo que tal vez antes no todos valoraban, la pandemia nos llevó a habitar de forma más consciente nuestros espacios. Fue entonces cuando muchos comprendimos que mejorar nuestro entorno es también mejorar nuestra vida.

El propósito de Decorceramica es embellecer los espacios, ¿pero qué es la belleza para usted?

Creo que la belleza está dentro de cada uno de nosotros. Cuando me preguntas dónde la encuentro, te diría que está en aquello que, para mí, tiene un significado profundo, en lo que considero bello. Como compañía, desde Decorcerámica ponemos a disposición de nuestros clientes lo que consideramos bello, lo que nace desde dentro y queremos compartir. Pero al final es cada persona la que decide si eso se ajusta a su propia percepción de belleza. Porque, volviendo al punto, esta siempre será subjetiva.

¿Cómo esa relación que establece con sus clientes ha influido en su vida personal?

Esta experiencia me ha enseñado mucho, tanto a mí como a cada uno de los miembros de la familia de Decorcerámica. Brindarles herramientas a las personas para enriquecer sus espacios y vivirlos de una manera distinta es parte de nuestro ADN. La vida de ninguno de nosotros es igual desde que aprendimos a valorar y enaltecer nuestros espacios y a vivirlos de una manera más consciente, más cálida y más cercana a los nuestros.

Hablemos sobre su rol de líder y lo que ha sido su prioridad para construir un equipo...

La mayor responsabilidad de cualquier líder es liderar con el ejemplo y asumir con compromiso el bienestar de cada uno de los miembros de su equipo. Estar presente, para que todos sepan que siempre cuentan con un apoyo real. También es fundamental transmitir constantemente los valores que nos definen, de modo que el equipo los interiorice y los comparta con otros. El objetivo es que, el día de mañana, cualquiera de los miembros esté preparado para asumir un rol de liderazgo. No se trata solo de pescar, sino de enseñar a pescar. Para mí, la verdadera responsabilidad de un líder es formar un equipo tan sólido que, en algún momento, su presencia no sea indispensable. Siempre le digo a mi equipo: si llega un día en que no me necesitan, entonces sé que estoy haciendo bien mi trabajo.

¿Qué ha cambiado desde que está en este cargo?

Desde que asumí este rol comprendí mucho mejor mi propósito de vida. Siempre he sido una persona cercana, abierta al diálogo, dispuesta a escuchar. Pero entendí que, para mí, la función principal es tender puentes. Esa es mi mayor responsabilidad. Siempre estoy buscando generar sinergias entre los equipos, porque no es fácil que las personas se detengan a comprender a los demás, a reconocer que cada quien tiene su punto de vista. Y aunque suene como una frase hecha, se trata de eso, ya sea en una reunión de trabajo o en el entorno familiar: construir entendimiento.

¿Y qué ha tenido que desaprender para crecer?

He desaprendido la idea de que se puede complacer a todo el mundo. Llega un punto, especialmente en ciertos roles, en el que es necesario tener conversaciones incómodas y saber decir que no. Es fundamental separar lo laboral de lo personal, y ese es un consejo que aplicaría para todos. Muchas veces las decisiones no son personales, y hay que saber comunicarlas en el momento adecuado. Para mí, llegar hasta aquí no ha sido fácil, porque siempre he sido alguien que busca tender puentes y hacer que todos se sientan bien. Pero también he aprendido que escuchar, procesar y seguir adelante es clave para avanzar.

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