
Robert Bilott se enfrentó a una disyuntiva: tomar el caso de un civil, que usualmente no lo hacía, pues sus clientes eran grandes compañías, o ignorar la postura del granjero y evitar un conflicto con el emporio químico. Sin embargo, el dilema era más profundo: la vida y la salud de los miembros de la comunidad, a la que de niño de alguna u otra forma perteneció, estaban en riesgo.
Foto: Archivo particular
Las visitas que Robert Bilott le hizo a su abuela cada verano en Virginia Occidental se convirtieron en la oportunidad de ver y experimentar el campo de primera mano: montar caballo y ordeñar vacas son memorias que conserva de una infancia feliz. Con el tiempo, y a medida que fue creciendo y formándose como abogado, las oficinas, los edificios, el cemento, se convirtieron en su ambiente cotidiano. Años de trabajo en defensa de grandes empresas, como las compañías de fabricación de químicos, consolidaron su trayectoria profesional. Ser socio...
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