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“El barrio ha sido mi maestro, un país pequeño de conflictos y alegrías”

En este chat, el artista paisa, JKE, nos abre la puerta a “Aranhood de Borondo”, un álbum que nació del barrio y de sus experiencias personales. A través de “Pillo” comparte una mirada honesta sobre la vida en las calles, las luchas diarias y el deseo de demostrar que todos pueden alcanzar su propósito sin renunciar a sí mismos.

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Samuel Sosa Velandia
15 de julio de 2025 - 01:00 p. m.
JKE lleva 26 años en el Hip Hop desempeñándose como artista, formador y gestor.
JKE lleva 26 años en el Hip Hop desempeñándose como artista, formador y gestor.
Foto: Cortesía JKE
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“Pillo” se siente como una crónica de barrio en la que también hay ciencia ficción. ¿Cómo nació esa mezcla entre lo cotidiano y lo imaginado, y qué buscaba transmitir al llevarla a la pantalla y al beat?

Refleja la realidad de millones de colombianos en el rebusque diario que han sido abandonados por el Estado. Asimismo, en muchas empresas opinar convierte a los empleados en enemigos, y las calles terminan ofreciendo salidas donde el estereotipo del “pillo” —difundido incluso con violencia en redes— se vuelve un modelo a seguir. La canción muestra que esa figura existe en todos los estratos. El “pillo” es alguien hábil, pero que usa su talento de forma negativa. El video lo refleja: estamos rodeados de pillos. ¿Cómo cambiamos eso?

¿De dónde surgió esa idea de representar al “pillo” y llamar la canción así?

Mi aspecto, mi barrio, mi ciudad, todo influye en como me ven. Hay una estigmatización constante hacia los jóvenes tatuados, que se visten o actúan distinto, sin preguntarse qué hay detrás. Nos juzgan por cómo habitamos el espacio y nos llaman “pillos”, mientras en el Congreso llevan siglos robando impuestos. ¿Quién es el verdadero pillo? La prensa y la fuerza pública criminalizan barrios enteros. A mí me han requisado muchas veces en Medellín, siempre con violencia y sin respeto. Así ven a los pelados: como delincuentes. Pero en las élites también hay pillos que roban miles de millones, pagan pocos años de cárcel y luego siguen en la vida pública como si nada. Esa doble moral me llevó a escribir la canción: mientras a unos nos llaman pillos por sobrevivir, los verdaderos pillos están en el poder.

Hablemos justamente de cómo Medellín, en especial su barrio, ha definido su identidad como artista y persona...

Lo que hago nació en Nueva York, pero se formó en Medellín. De ahí viene “Medayork”: una mezcla de dos ciudades de oportunidades. El barrio ha sido mi maestro, un país pequeño donde se cruzan conflictos, alegrías y aprendizajes. Esa es mi clase diaria antes de salir al mundo. Cuando el hip hop llegó desde Nueva York entendimos que no estábamos solos. Lo que vivimos acá también ocurre en otros barrios del mundo. Por eso, esta música nos conecta y me permite hablar desde mi esencia en cualquier lugar. El hip hop ha sido mi herramienta para avanzar, ser feliz, habitar mi barrio con paz y aportar: compartiendo lo que sé con quienes quieren llegar más lejos.

Cuénteme sobre Aranjuez, el barrio en el que decidió grabar el video musical. ¿Cómo fue esa experiencia de filmar con sus vecinos y amigos?

Hace unos 12 o 14 años, una administración vendió a Medellín como el nuevo Hollywood, un supuesto “distrito de cine”. Se invirtieron recursos y se generó expectativa, pero al terminar el gobierno todo se desvaneció. Fue una fachada costosa sin resultados reales, y los que perdieron fueron los ciudadanos. Para mí el barrio es el verdadero escenario. Ahí empodero a mi gente, les recuerdo que existen, que son parte del país. Lo que muestro en mis canciones y videos es real, y por eso se siente natural. Mientras más alternativas tengamos en el barrio, más valioso se vuelve. No necesitamos luces externas ni fórmulas impuestas: tenemos la capacidad de emprender desde nuestra esencia. Los videos los hacemos con los vecinos, involucrarlos genera confianza y sentido de pertenencia.

En su música hay una constante reflexión sobre el país, sus heridas y sus resistencias. ¿Qué le está diciendo Colombia hoy a JKE y cómo eso se transforma en canción?

Colombia es lo más diverso que conozco. Gracias a la música he podido recorrer distintas partes del mundo, y confirmo que este país es diversidad: en textura sonora, en ritmos, en formas de danzar. Todo eso ha llegado a las ciudades buscando oportunidades y formas de existir. Eso genera pertenencia: “Soy de este territorio, pertenezco a esto”. En esas luchas por expresarse también hay elitismo. Solo se valora lo que está en tendencia o lo que viene de cierto estrato. Nosotros nos identificamos con la calle, donde todos caben. No todo debe girar en torno a lo famoso o lo que esté de moda. El arte debe ser valorado por su creación, por cómo genera contenido que invita a reflexionar.

“Pillo” es parte de su próximo álbum, “Aranhood de Borondo”. ¿Qué espera de este proyecto? ¿Cuál es su ambición con él?

“Aranhood de Borondo” tiene la textura de lo que suena hoy en los barrios. Es una historia que escribí hace cuatro años y presenté en vivo varias veces en el teatro Colsubsidio, en Bogotá, con un propósito claro: motivar. Aunque mezcla géneros como house y afrobeat, todo está unido por el rap y la voz. En Bogotá me di cuenta de que esa sonoridad no era solo de mi barrio, sino de muchos otros. Por eso decidí grabarlo. El álbum está en plataformas y refleja lo que viví y cómo llegué a mi propósito. Hablo de “coronar” en el sentido callejero. Hoy siento que coroné y el mensaje para los pelados es: ustedes también pueden.

¿Cuál es la lección más valiosa que le ha dejado la música y su trabajo como gestor cultural? Algo que antes no valoraba tanto, pero que ahora reconoce como esencial...

La música y la vida van de la mano. Cada canción es como un hijo: hay que prepararla, cuidarla mucho para que llegue fuerte a quienes debe llegar. Antes lanzaba canciones rápido, pero no alcanzaban a la audiencia que quería. Entonces aprendí que es vital cuidar y amar la creación para que el mensaje perdure, sin obsesionarse con la fama o las tendencias.

Samuel Sosa Velandia

Por Samuel Sosa Velandia

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com
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