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Fútbol y arte (IV) (Fútbol paradójico)

Presentamos una nueva entrega de esta columna que explora la intersección entre el fútbol y la literatura, a través de libros escritos por futbolistas, y sus experiencias emocionales y existenciales.

Juan Carlos Rodas Montoya
18 de abril de 2024 - 05:40 p. m.
Una muestra de literatura escrita por futbolistas, y sus experiencias emocionales y existenciales.
Una muestra de literatura escrita por futbolistas, y sus experiencias emocionales y existenciales.
Foto: Pixabay

“Del infortunio a la gloria, del éxito al fracaso. Pocos acontecimientos en la vida consiguen, como el deporte, recorrer en dos horas los sentimientos de una muchedumbre” - Jorge Valdano.

Para concluir esta serie de columnas acerca del fútbol y el arte, invito a los lectores a buscar los libros escritos por algunos jugadores de fútbol que, suplentes o titulares, dedicaron horas enteras a los entrenamientos deportivos y a cultivar y pulir el ejercicio solitario y constante de la escritura. Veamos más ejemplos: José Mel Pérez, conocido como Mel Pérez, ha escrito cinco novelas y comenzó su carrera como futbolista en Real Madrid. Debutó en Osasuna y jugó en varios equipos españoles. Posteriormente, fue entrenador de fútbol. Dentro de sus novelas se encuentran títulos como El mentiroso, El camino del más allá, La prueba, La llave Sefardí y Los asesinatos de La Xana.

Quisiera detenerme en La prueba porque las otras novelas son investigaciones arqueológicas y antropológicas que combinan ficción, intriga y crítica literaria a entidades del Estado, la Iglesia y brinda elementos extraordinarios sobre historia olvidada, tal vez, intencionalmente. La prueba es un texto corto que tiene como protagonista a Pepito, un niño que vive, sueña, come, duerme y respira fútbol por todos sus poros. Un jugador excelso que se formó en la calle y que fue visto en una “recochita” por un ojeador y quien se encarga de llevar a Pepito al fútbol profesional, pero no de manera fácil o expedita. Pepito se encarga de probar que tiene las condiciones para ser un jugador de élite y se da cuenta de lo que significan los procesos de formación en el mundo del fútbol.

Otro jugador que se dedicó a las letras fue el español Miguel Perdaza Pichardo, quien escribió Torneo, Angelópolis y La cola del cometa, entre otros. En Torneo el jugador sostiene que no se trata de una autobiografía, pero la urdimbre alude a su paso por el Real Madrid, al lado de Butrageño, su experiencia en un Mundial y sus gestas gloriosas en el Zaragoza, además de darle vida a la idea de escribir entre ficción y realidad. En Angelópolis tenemos la historia de un ser humano que va a México a buscarse y se encuentra con múltiples vacíos existenciales y miles de sinsentidos que lo arrojan a mundos impensables. La desnudez de lo más humano, de lo humano.

En La cola de la cometa, Perdaza deja ver sus dotes como filólogo, por cuanto se trata de una obra en términos aforísticos, a la manera de Nietzsche, en los que aparecen temas sobre la vida, la muerte, la soledad, la angustia y la risa como una forma de atenuar el dolor. Pequeños pensamientos con gran profundidad en su estructura, sigue jugando a la ironía, al desconcierto y asombro por lo que la ha correspondido vivir.

Otro de sus libros es A pie cambiado. Diario de un futbolista desencantado. Invitación a leer a este jugador-futbolista que descresta por su escepticismo cuando se refiere a la vida del futbolista profesional.

Por Juan Carlos Rodas Montoya

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