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“El reguetón hizo que cambiáramos la forma de componer”, Lucas Arnau

El artista lanzó su más reciente sencillo “Volverte a ver” en conjunto con Carlos Baute en marzo. Para este chat, habló sobre su carrera artística, la importancia de hablar del amor y la recepción del público con sus obras.

Pablo Marín J.
14 de abril de 2025 - 12:00 p. m.
Lucas Arnau lanzó el videoclip de “Volverte a ver” el 27 de marzo.
Lucas Arnau lanzó el videoclip de “Volverte a ver” el 27 de marzo.
Foto: Prensa Lucas Arnau
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¿Cuál fue la inspiración de “Volverte a ver”?

“Volverte a ver” es una canción que compuse hace unos seis u ocho meses. Escribí la letra solo y la música la hicimos con los hermanos Villegas, con quienes he trabajado mucho. Cuando la terminé, se me vino a la mente Carlos Baute, porque ya habíamos estado en una gira con Carlos Vives en Ecuador. Somos muy amigos y empezamos a hablar sobre si hacíamos algo juntos otra vez, porque la primera canción que hicimos, “Lo que dejaste al no volver”, fue un éxito tan grande que quedamos con ganas de volver a colaborar.

¿Cómo eligió dedicarse al pop?

Hace aproximadamente unos veinte años empecé a lanzar mi música, con un sonido muy claro, con una tendencia muy clara del tropipop —pop fusionado con vallenato—, que, obviamente, viene de Carlos Vives. En ese momento artistas como Mauricio & Palo de Agua, Fonseca, Fanny Lu y yo empezamos a hacer música en ese estilo y pegó muy fuerte. Cuando me senté a escribir mi primer álbum, Un poco más, conocí a José Gaviria y él fue el que se inventó mi sonido. Cuando escuchamos “Te doy mi vida” terminada, nos encantó y pensamos que podría ser una apuesta muy interesante. Terminó siendo número uno en toda Latinoamérica.

¿Qué ha sentido cuando sus canciones llegan al número uno?

En ese momento fue una sorpresa. Era mi primer álbum y la primera canción que lanzaba, entonces ahí pensé: “Bueno, empezó el proceso”. En ese momento vivía en Miami y estaba estudiando. Mi plan inicial era lanzar la canción y regresar a terminar mis estudios, porque nunca pensábamos que iba a ser un éxito de ese tamaño. Empezó a sonar por todas partes y cuando quise devolverme no pude, porque me quedé haciendo conciertos y giras, entonces no pude terminar la carrera. No nos bajamos de un avión en los próximos cinco años. Tocábamos miércoles, jueves, viernes, sábado, y en ocasiones dos veces por día. Era una gira impresionante y desde ahí me quedé en Colombia.

¿Cómo manejaba ese ritmo de presentaciones?

El principio de mi carrera fue como ir en un Ferrari con los ojos tapados. En esa época no entendía muy bien lo que estaba pasando, pero, obviamente, era muy emocionante; era como si fuera una película. Vine a poner los pies en la tierra a los dos años del proceso, miré hacia atrás y dije: “Wow, ¿qué fue esto?”. Tenía 23 años entonces, y a esa edad no estaba preparado para ese éxito. La vida me puso ahí, como diciéndome: “Hágale, pues, mijo, aprenda”, y empecé a coger mucha experiencia. Llegaba los domingos de viaje a Medellín, cambiaba de maleta y el martes otra vez salíamos hasta la otra semana. Casi no pasaba tiempo en casa, nos contrataban mucho y como era un artista tan nuevo, teníamos promoción permanente. A los tres o cuatro años empezó a bajar el ritmo, y ahí pude empezar a sacar otros álbumes que fueron muy exitosos, pero no tanto como Un poco más.

Hablemos de su proceso para componer…

Eso ha ido evolucionando con el tiempo. Cuando empecé era muy tímido para hacerlo, no tenía la soltura que tengo ahora. Hoy me dedico a componer casi que a diario y es un proceso que no tiene un orden en específico. Tengo una idea o una frase en la cabeza que me resuena y empiezo a buscar acordes en la guitarra. También lo hago en colectivo, tengo muchos amigos compositores con quienes trabajamos, y hasta compongo canciones para otros artistas. El lenguaje ha cambiado mucho. El reguetón hizo que cambiáramos la forma de componer, porque antes usábamos mucho la metáfora y las comparaciones, pero hoy en día no se puede. Para esas canciones se escribe muy al grano, se cuentan historias de lo que pasa en la vida real en la calle y no le dan mucha vuelta a lo que van a decir. El género me enseñó mucho.

¿Qué tipo de emociones le gusta despertar en sus oyentes?

Ahora que estamos de gira con Carlos Baute, hemos hablado del tema, y tenemos algo muy especial en común: escribimos canciones para enaltecer el amor. La gente puede tomarlas para tener las agallas de ser romántico, de poder decir lo que están pensando a través de la música. En este momento de mi vida, con el tipo de canciones que estoy haciendo, estoy enviando un mensaje de que vuelvan este tipo de temas, que tengan un buen lenguaje y pongan a la mujer en ese pedestal que se merece. Hay algo que pasa con el público, nos escriben a Carlos y a mí que deberíamos volver a hacer esas canciones que generan esa sensación de nostalgia, de amor. Esperamos que esos temas sean para toda la vida, que no falten en las reuniones familiares, en las fiestas y en la casa.

¿Por qué es importante hablar de amor?

Creo que se ha perdido un poco el romanticismo. En un mundo tan complicado como este, el amor juega un papel muy importante. Las nuevas generaciones le tienen un poco más de miedo al amor del que tuvimos nosotros, no quieren tener hijos, casarse o tener familia. La música puede evocar el amor y ponerlo sobre la mesa como se lo merece, porque es necesario para la salud emocional de las personas.

¿Hay algún secreto para que sus canciones se mantengan tanto tiempo en las “playlists”?

Uno no hace nada. Simplemente, son canciones que tienen su propia alma y su propio vuelo, porque imagínate, “Te doy mi vida” se lanzó hace 21 años y sigue haciendo entre 500.000 y 700.000 reproducciones mensuales en Spotify. Es muy gratificante saber qué canciones como esa siguen punteando. De hecho, nunca he podido superar esa canción, es la más grande de mi carrera. Ahorita nos pasa con Carlos Baute que nuestras canciones viejas se nos están viralizando en TikTok porque los niños dicen “estas eran las canciones que oían mis papás y nos encantan”, entonces se están rejuveneciendo. Es realmente muy lindo.

Pablo Marín J.

Por Pablo Marín J.

Profesional en Creación Literaria. Escritor de cuentos y novelas de ciencia ficción. Apasionado del cine y guionista de varios cortometrajes.pmarin@elespectador.com
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