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“Querer verme representado me hizo preguntarme dónde estaban las personas ‘queer’ antes”


Como investigador y miembro de la comunidad LGBTIQ+, el artista encontró en su proyecto una forma de documentar las historias “queer” del país.


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Paula Andrea Baracaldo Barón
08 de septiembre de 2025 - 01:50 p. m.
Manu Mojito es artista, fotográfo y "performer".
Manu Mojito es artista, fotográfo y "performer".
Foto: Cortesía
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Un chat con: Manu Mojito, director de Radiotituta

¿Quién es Manu Mojito y qué lo llevó a trabajar en un proyecto como Radiotituta?

Soy artista visual egresado de la Javeriana y también soy docente en la misma universidad. Además, soy investigador y archivista. Llevo alrededor de 16 años recopilando historias y memorias de personas trans, queer y no binarias en Colombia, en ciudades como Barranquilla, Medellín, Cali, Pereira, Cartagena y muchas más. Así he tenido la fortuna de conocer a distintas figuras que han sido importantes en la historia de la comunidad.

De allí surgió Radiotituta, un podcast que, en realidad, es un espacio para que esas personas, esas “madres” y referentes de la cultura queer, cuenten sus historias. Muchas provienen de archivos fotográficos impresos y memorias analógicas, lo que hace necesario escucharlas y revisarlas para preservarlas como patrimonio cultural de la comunidad y, por supuesto, de Colombia. Nuestro trabajo busca que estas entrevistas hagan parte de la memoria del país. Por eso se han donado a la Biblioteca Nacional, que es un aliado fundamental para conservar estas voces y recuerdos de manera permanente.

¿De qué manera este proyecto lo atraviesa personalmente, más allá de su rol como artista visual o docente?

El proyecto comenzó como una manera de encontrarme. Como archivista, investigador y parte de la comunidad queer, siempre me resultó difícil verme reflejado en los medios de comunicación, en los libros, series o películas, porque mi generación creció con referentes cis y heterosexuales.

La necesidad de querer verme representado me llevó a preguntarme dónde estaban esas personas queer antes. Por eso este trabajo me atraviesa completamente: hago las entrevistas para conocer a esas “madres” y referentes que abrieron espacios y aportaron a la cultura. Ellas me cuentan sus vidas y me ilustran sobre un pasado en el que quiero reconocerme.

¿Cómo definiría la experiencia de apropiarse de su identidad, en contraste con las representaciones que se han construido sobre la comunidad LGBTIQ+?

Al ser una persona no binaria, queer, uno empieza a entenderse de formas diferentes. La sociedad tenía una imagen equivocada de lo queer porque existía miedo a reconocer cuerpos distintos a la normatividad de entonces. Para mí, significa no encasillarse en una norma única sobre cómo ser hombre o mujer, sino reconocer que los cuerpos fluyen y cambian constantemente. Todas las personas transitamos y proyectamos imágenes distintas cada día, atravesadas por lo que vivimos y vemos.

Hoy, ser queer no se limita a la identidad sexual o de género: cualquier persona que se salga de lo establecido puede asumirse dentro de esa idea. En mi caso, ha sido una manera de conocerme y de entender que está bien salir de la normatividad.

¿Considera que el hecho de ser artista le ha dado herramientas o perspectivas particulares para encontrar y afirmar su identidad?

Sí. El arte siempre ha tenido una apertura mayor hacia la diversidad y la cultura queer, y eso me permitió construir y a la vez resolver muchas preguntas que tenía. Conocer referentes artísticos que ya trabajaban estas temáticas en distintos lugares del mundo también me ayudó a encontrar un camino y fue un alivio. El arte ha sido mi refugio y un espacio seguro para expresar lo que vivo como persona queer, para hacer duelo y desahogarme.

En términos de memoria y archivo, ¿qué cree que este proyecto le aporta a la historia de la comunidad en el país?

Creo que deja un patrimonio que nunca había sido tenido en cuenta: las fotos, imágenes y videos de personas trans, queer y no binarias que en su momento fueron vistas como peligrosas o violentas. Revisar esos archivos muestra que no éramos eso, sino personas que construimos cultura, retratos de nuestros folclores y de nuestra historia.

El proyecto aporta una historia LGBTIQ+ y no binaria contada por sus protagonistas, ya sea escrita, hablada o escuchada. Al depositar esas memorias en la Biblioteca Nacional, garantizamos que se conserven a largo plazo y que formen parte de la historia cultural del país.

Durante el desarrollo del proyecto, ¿ha confirmado alguna idea previa o, por el contrario, ha derribado prejuicios propios?

Sí. Durante el proceso encontré muchas formas de resistencia, y eso ha sido una fortuna. Cuando comenzó el podcast, yo pedía fotos y ellas me enviaban audios contando las historias detrás de cada imagen. Eran notas de voz largas que disfrutaba mucho escuchar, y me di cuenta: allí había tradiciones culturales propias.

La migración, la vida nómada, el lipsync, el drag, el transformismo y la elección de canciones como mensajes de resistencia son prácticas que se volvieron parte de nuestra cultura. Hoy en día, por ejemplo, el drag tiene un enorme impacto social. Comprendí que mis formas de resistir no eran ajenas a la comunidad, sino aprendizajes heredados de ella.

¿Cuál ha sido el camino para encontrar y reunir las historias y archivos que nutren este proyecto?

Todo comenzó con Madorilyn Crawford, una leyenda del transformismo y el drag en Bogotá. Ella me mostró su archivo y me motivó a dedicarme a esta labor. Para esta tercera temporada, también será presentadora invitada junto conmigo, lo cual es significativo porque atravesé con ella varios de los periodos que vamos a tratar.

Para cerrar, ¿qué espera para el proyecto y hacia dónde quiere llevarlo?

Lo que viene es el lanzamiento de la tercera temporada, en la que exploraremos cómo eran el transformismo y los concursos de belleza trans en los años 70, 80 y 90, a través de imágenes y testimonios de la época.

Tendremos invitadas internacionales, porque nos interesa conocer cómo fue ese impacto en otros lugares de América Latina. También planeamos un lanzamiento público de la temporada para que las personas puedan ver los archivos y fotografías, y así conectar de forma directa con estas historias.

Paula Andrea Baracaldo Barón

Por Paula Andrea Baracaldo Barón

Comunicadora social y periodista de último semestre de la Universidad Externado de Colombia.@conbdebaracaldopbaracaldo@elespectador.com
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