
Una escena de “Ricardo II”. / Marc Brenner
Una cámara que registra y un proyector que reproduce las imágenes es la gran diferencia entre el teatro y los medios audiovisuales. Ni el cine ni la televisión habían alcanzado un acercamiento aceptable a la experiencia irrepetible de las artes de la representación en vivo. Hasta que el registro digital ha permitido que la ópera, la danza, los museos y, por supuesto, el teatro, formen parte de la experiencia inmediata de los espectadores, así no se encuentren de cuerpo presente en los escenarios originales.
El programa denominado National...
Por Sandro Romero Rey
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