"Mi corazón es como una roca cubierta de musgo, donde nunca falta una lágrima", escribió José Eustasio Rivera en "La vorágine".
Foto: Archivo particular
El aporte de La vorágine a la literatura colombiana es incuantificable. Cien años después de su publicación sigue generando variadísimas lecturas. Sólo las grandes obras gozan de esa condición: de interpretaciones y diálogos que los lectores harán de acuerdo a su generación.
La armoniosa conjugación de elementos literarios hace que la obra de José Eustasio Rivera siga cautivando lectores. Es un error, dicho sea de paso, que su primer contacto para muchos sea la desafortunada experiencia de las lecturas de colegio.