El Magazín Cultural

Las alegres notas de un veterano proscrito llamado Willie Nelson

Es como si empezara a despedirse, aunque sin aspavientos ni melodramas. Con 85 años recién cumplidos y más de setenta discos en su haber, los temas y melodías de Nelson nos acercan a un ocaso pleno de júbilo y evocadora lucidez.

Juan Felipe Gómez Cortés
13 de agosto de 2018 - 04:22 p. m.
En su más reciente disco, Willie Nelson le canta a los amigos que se fueron, a la salvación, y sella su mensaje con una frase que dice Heaven Is Closed. / Cortesía
En su más reciente disco, Willie Nelson le canta a los amigos que se fueron, a la salvación, y sella su mensaje con una frase que dice Heaven Is Closed. / Cortesía

Su más reciente álbum, Last Man Standing (Legacy Recordings, 2018), irrumpió en el panorama musical norteamericano con la fuerza esperada de uno de los últimos hombres en pie del movimiento Outlaw Country.   

Once canciones nuevas y originales con su firma de composición pareciera un dato menor, pero en tiempos de refritos y facilismos impulsados por la voracidad de la industria musical, no puede menos que aplaudirse y recibir esta nueva placa de Nelson como una lección de autenticidad y persistencia.

Fiel al despliegue instrumental que caracteriza al country en su vertiente más clásica, en este álbum unas cuantas guitarras, batería, bajo, armónica y uno que otro piano, acompañan ese puñado de composiciones en las que brillan lo autorreferencial, una mirada tanto esperanzadora como nostálgica a la realidad, y cierto humor dosificado.

Abanderado de la vida intensa y sin prohibiciones, y con una figura que es desde hace mucho emblema de la identidad del country vieja guardia (largas trenzas ya canas, leñadora, y a veces sombrero, a veces pañoleta), Nelson proyecta en estas canciones una retrospectiva de sus años de trasegar musical con los altibajos propios del oficio creativo y artístico, y las tensiones de la vida doméstica con sus relaciones.

Y no se calla nada para dar cuenta de esto: la inminencia de la partida, los amigos que se fueron y los que quedan preguntándose quién será el siguiente (Waylon and Ray and Merle and old Norro / Lived just as fast as me / I still got a lotta good friends left / And I wonder who the next will be) en la canción que da nombre al disco; la certeza de la sinrazón (Don't tell me that I've lost my mind / 'Cause I been crazy all the time) en Don´t Tell Noah; la importancia de conservar el aliento, así sea malo (Halitosis is a word I never could spell / But bad breath is better than no breath at all) en Bad Breath; el saber superar una pérdida (It's not somethin' you get over / But it's somethin' you get through); y la paradoja de la salvación o el castigo eterno (Could it be hell is heaven and that heaven is hell / And each one are both the same thing? / Well I hope heaven finds what she's lookin' for / And that hell treats us both just the same) en Heaven Is Closed.

Aunque no es tan común en la música country, en la canción I'll Try To Do Better Next Time Willie Nelson muestra su lado espiritual con una melodía dulce y una letra cargada de imágenes evocadoras y nostálgicas: By next time I might be a preacher / Or an eagle gliding away / I hope that my spirit will make someone happy / When I'm gone to come back again. 

Con la producción y la coautoría de algunas de las canciones de Buddy Cannon, otro viejo lobo en las lides del country, este álbum es un emblema de la veteranía, y podría ser el culmen de una carrera prolífica y dilatada con la fortuna de un gran talento y un aliento musical inextinguible.   

Por Juan Felipe Gómez Cortés

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