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Las promesas de diálogo y las críticas por la comunicación en MinCulturas

Algunos contratistas y artistas han evidenciado problemáticas en cuanto a las comunicaciones internas y externas del Ministerio de las Culturas. Algunos piden respuestas más concretas mientras que otros rechazan la formas en las que se abordan ciertas situaciones, en las que aseguran, se evidencia falta de planeación y acción.

Samuel Sosa Velandia

26 de febrero de 2025 - 04:00 p. m.
Una de las denuncias contra el Ministerio de las Culturas tuvo que ver con el manejo del proyecto de los Centros de Danza y Movimiento, que se iniciaron en 2023.
Foto: Eder Leandro Rodríguez
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Desde su posesión, el 1 de agosto de 2023, Juan David Correa, exministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, defendió una gestión de puertas abiertas, centrada en el diálogo constante con el sector cultural. Esta propuesta fue bien recibida por muchos, quienes confiaban en que su sensibilidad artística y cercanía con el sector lograrían superar la histórica barrera entre el aparato estatal y la cultura.

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Al finalizar su gestión, se hizo evidente que algunos se sintieron escuchados y que, incluso en momentos de crisis, hubo espacio para la concertación o, al menos, para encarar los problemas. Sin embargo, hubo quienes no compartieron este alivio por las respuestas o, incluso, no percibieron un interés genuino por dialogar.

El 12 de diciembre de 2024, se llevó a cabo la rendición de cuentas en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata. Minutos después de iniciarse el evento, un hombre interrumpió al exministro, cuestionando su gestión y calificándola de “excluyente” y “falta de transparencia”.

Correa no ignoró los comentarios y le pidió al ciudadano que subiera al escenario. “Estamos molestos por la actitud de este gobierno y su comunicación. Nos sentimos frustrados con el Centro Nacional de las Artes, el grupo de danza y la Dirección de Artes, debido a las irregularidades en la asignación de contratos. Hemos presentado seis PQR (peticiones, quejas o reclamos) este año, desde el 18 de enero hasta noviembre, solo para obtener información pública, como el presupuesto de esas estrategias. No es posible que las entidades obliguen a los agentes culturales a este desgaste emocional y operativo para conseguir datos”, afirmó Andrés Cárdenas, gestor cultural y una de las cabezas de la Fundación Objets-Fax/El Contragolpe. Su queja surgió después de varios meses en los que consideró insuficientes las respuestas recibidas desde el ministerio con respecto a su solicitud de información sobre el proyecto de los Centros de Danza y Movimiento, que se iniciaron en 2023, liderados por el Grupo de Danza de la entidad.

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Resultados que inspiran las culturas - El evento de rendición de cuentas 2024

Inicialmente, Cárdenas y Ricardo Rozo, director de la compañía, enviaron un PQR para obtener detalles sobre esta iniciativa: en la página del ministerio no encontraron suficiente información. Buscaron respuestas en otros lugares, como las redes sociales de las compañías seleccionadas. Su interés era entender cómo se seleccionaron esas compañías y de qué se trataba el proyecto, pero, para ellos, las respuestas que recibieron no fueron satisfactorias.

En el primer oficio enviado por el ministerio en febrero de 2024, se argumentaba que parte de la información solicitada, como los “espacios seleccionados” o los términos de los contratos, no estaba disponible aún. “Nos encontramos en la etapa de planeación para la vigencia de 2024, por lo que no se han suscrito contratos ni convenios. Sin embargo, necesitamos aclaraciones sobre su solicitud para poder darle respuesta”. Ese fue el enunciado en varios puntos del oficio. Los artistas dejaron un comentario en una publicación de Instagram que hizo eco y que provocó que al día siguiente el ministerio los citara en sus instalaciones.

La reunión fue con Yannai Kadamani, actual ministra de las Culturas, que en ese momento ocupaba el cargo de coordinadora del Grupo de Danza. Según Cárdenas y Rozo, en ese encuentro tampoco recibieron respuestas claras a sus solicitudes. Según ellos, Kadamani se limitó a decir que estaba ejecutando lo que había sido aprobado por la anterior coordinadora, Ángela Beltrán.

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“Nos dijo que el presupuesto para el proyecto era bajo, que solo se estaba utilizando el dinero que quedaba de proyectos anteriores. También nos aseguró que habría una convocatoria en la que podríamos participar, pero al ver cómo se estaban ejecutando los proyectos, me di cuenta de que había presupuestos significativos, muchas personas involucradas y una planificación que había comenzado mucho antes”, recordó Cárdenas. Con más dudas que certezas, redactó otro PQR pidiendo confirmación de la información recibida.

Dos meses después, recibieron una respuesta que incluía dos prórrogas en el proceso. Finalmente, se les informó que los proyectos estaban en ejecución, pero que aún no contaban con toda la información, ya que se encontraba en proceso de recopilación. A mediados de mayo, recibieron una segunda carta, más detallada y robusta, pero al leerla, su descontento aumentó.

Descubrieron que el programa ya había avanzado en dos fases de ejecución: una correspondiente a 2023 y otra a 2024. Lo que inicialmente se había presentado como un “pilotaje”, ya no lo era. Además, la respuesta incluía un diagnóstico realizado con 30 organizaciones de danza a nivel nacional.

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“Comenzamos a preguntar por ese documento. Nos dijeron que estaba en los archivos del ministerio y que podíamos consultarlo. Eso solo aumentó nuestra molestia, porque nos dimos cuenta de que el proyecto ya estaba en marcha, con dos etapas de ejecución, un presupuesto considerable y que todo había sido decidido por Ángela Beltrán”, afirmó Cárdenas. Desde ese momento, comenzaron a realizar un trabajo de control y veeduría ciudadana, pero no obtuvieron respuestas satisfactorias.

Tras un largo proceso que incluyó seis PQR y una acción de tutela, los cultores concluyeron que no se cumplió con el principio de difusión de la administración pública, pues la estrategia no fue socializada de manera abierta ni amplia al sector. A pesar de haber participado en el Banco de Iniciativas, su proyecto no fue seleccionado, ya que supuestamente Ricardo Rozo había ganado el Premio Nacional de Danza 2024, lo cual es falso –o nunca fue notificado-, pues el reconocimiento fue otorgado a Raúl Hernando Parra Gaitán y la Fundación Instituto Folclórico Colombiano Delia Zapata Olivella.

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“Hasta la fecha, sabemos que 100 organizaciones se beneficiaron de la estrategia, aunque solo se nos han dado los nombres de 30, seleccionadas a partir de una caracterización realizada por investigadores externos. A pesar de nuestras solicitudes, nunca recibimos todos los detalles. Consideramos que el proceso de selección carece de transparencia y democracia, y que la caracterización del sector tiene fallos académicos, además de no haberse socializado. Esto no solo es preocupante por su costo de 800 millones de pesos, sino también porque los investigadores mismos reconocen que carecen del rigor académico necesario”, expresó Cárdenas.

Los artistas intentaron hablar con Juan David Correa en varias ocasiones. En un primer encuentro en un conversatorio en la Biblioteca Nacional, Cárdenas pudo abordarlo y comentarle sobre el problema. Correa le pidió que hablara con su asistente, quien tomó sus datos. “A los 20 minutos me llamó Julián David Correa, director del grupo de concertación de Estímulos, seguido por Yannai y Ángela. Les expresé mi queja no solo sobre el proyecto Centros de Danza y Movimiento, sino también sobre el Programa Nacional de Estímulos. Este año, el programa no funcionó bien y, por primera vez en casi 30 años, falló de forma tan visible. Los resultados llegaron tarde, seis meses después, y el Ministerio nunca dio una respuesta oficial, solo un comunicado diciendo que hubo un 60% más de participación, lo que causó las fallas”, relató Cárdenas.

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La segunda vez que intentaron abordar el tema fue el 12 de diciembre, en la rendición de cuentas. Decidieron hacer una protesta pública porque se sentían agotados y desoídos. Creyeron que hablar sobre el asunto allí abriría un espacio para otras conversaciones, pero no fue así. “A raíz de nuestras tensiones con el Grupo de Danza, logramos realizar una caracterización de los sectores sociales LGBT en la danza en Bogotá. Una encuesta reveló 29 organizaciones identificadas, mucho más de lo que esperábamos. Íbamos a socializar estos resultados el 18 de diciembre, pero el evento fue aplazado sin explicación, cortando la comunicación con el grupo. Consideramos esto una represalia por nuestras críticas, negándonos la participación que habíamos ganado. Esto no es una pelea, sino un ejercicio de democracia”, puntualizó Cárdenas.

Aunque intentamos conversar con la nueva ministra Yannai Kadamani, quien también estuvo al frente del caso, no fue posible, ya que hasta que su nombramiento no sea oficial, no puede ofrecer entrevistas.

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La lucha por dignificar el trabajo cultural

Una de las quejas que también llegó a nuestra redacción estaba relacionada con los retrasos en los pagos a contratistas. Aunque este no es un problema exclusivo del Ministerio de las Culturas, está relacionado con los retrasos en la entrega del Programa Anual Mensualizado de Caja (PAC), que es el mecanismo que permite distribuir los fondos disponibles para un año entre los órganos del Estado. Este año los problemas estuvieron relacionados con un déficit en el recaudo fiscal.

Algunos contratistas recibieron su pago correspondiente a diciembre hasta principios de febrero, y muchos esperaban una comunicación oficial que les brindara tranquilidad en un panorama de total incertidumbre.

La ejecución del Ministerio de Cultura bajo el liderazgo de Juan David Correa | El Espectador

Una contratista, que prefirió no revelar su nombre, aseguró que en la entidad donde trabaja nunca hubo una respuesta concreta más allá de que el ministerio no había girado el dinero a la empresa encargada de los pagos. De hecho, aseguró que solo comenzaron a recibir respuestas porque ellos mismos iniciaron la búsqueda. “Cada vez que preguntamos por el pago, hay incomodidad. Además, hay un dicho de que siempre hay que esperar lo peor... Este es un recinto decolonial y antirracista, pero con prácticas explotadoras”, expresó.

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En conversación para este diario, el exministro Correa habló sobre los retrasos en los pagos, destacando “el fortalecimiento institucional del Ministerio de Cultura” y la creación de 340 nuevos cargos, que sumados a los 280 existentes, totalizan 600 funcionarios de planta. También señaló que estas dinámicas son el resultado de un modelo de gobierno que, según su perspectiva, ha hecho difícil dignificar el trabajo cultural.

“El contratista depende de la disponibilidad del PAC y, si no se lee bien el contrato, surgen problemas. El contexto en el que se construyó todo esto, bajo una visión neoliberal y uribista, ha sido brutal, porque apuesta por menos Estado y más mercado, lo que atenta contra el trabajo digno. Si bien las comunicaciones del Ministerio fallan en muchos casos, yo soy el primero en reconocer esas fallas. De hecho, soy el primer ministro que se sindicalizó y también el primero en responder incluso lo que no tenía por qué responder”, aseveró Correa, quien también reconoció sus errores en cada uno de los encuentros en lo que fue posible. Pero también defendió y exaltó su trabajo y el del equipo que lo acompaño durante los 18 meses que estuvo en el cargo.

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Juan David Correa: "Si no soy libre, doy un paso al costado" | El Espectador

Sin embargo, más allá de su salida, de los aciertos y los errores, el ministerio debe continuar y seguir labrando ese camino que lleve al anhelo de que la relación entre el Estado y la cultura sea inclusiva y transparente. La cartera no son lo personas que llegan a administrarlas, sino todo un sector que demanda respuestas claras y acciones concretas, que por ahora estarán en manos de Yannai Kadamani, quien sigue, sea cual sea el legado, del Gobierno de Gustavo Petro.

Por Samuel Sosa Velandia

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com
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