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La transmisión en vivo del Consejo de Ministros registró un regaño del presidente Gustavo Petro por el incumplimiento de las promesas de campaña y, sobre todo, de los lineamientos que el gobierno se ha trazado. El mandatario recalcó que estos proyectos “necesitan continuarse”. La decisión de abrir las puertas a una reunión de este tipo entre el Ejecutivo, se relaciona con la proximidad a unas elecciones presidenciales. Petro recordó sus luchas políticas y sus órdenes a los ministros incluyeron una enumeración de detalles sobre su proyecto político.
“La sala García Márquez estaba cerrada. No había nada de García Márquez en este palacio. No había ningún Aureliano, ni ninguna Remedios, ni ninguna mariposa amarilla”, mencionó Gustavo Petro, después de hacer referencia a la “universalidad del arte”, que Gabriel García Márquez desarrolló con la novela “Cien años de soledad”.
El mandatario calificó como “nuestra obra en el mundo” este libro del escritor colombiano: “En la Casa de Nariño debería estar Gabriel García Márquez en vez del oligarca español que se cree español y aristócrata”.
El mandatario también mencionó que Santa Marta era una expresión de centro cultural entre el Caribe y el Mediterráneo, ya que “no celebramos la conquista de la sangre y la violencia, sino que celebramos el diálogo entre civilizaciones y la vida”, resaltando que para esta función es necesaria la cultura. También se refirió al exterminio de la Unión Patriótica y opinó que los actos de reparación que se ordenaron por la justicia colombiana tenían que convertirse en un “un inmenso acto cultural para el mundo”.
Luego de una intervención del director del DAPRE, Jorge Rojas Rodríguez, Petro dijo que “detrás de la muerte de los Aurelianos, está el sectarismo político”. Ahondó en la historia de “Cien años de soledad”, hablando de su experiencia con la serie de Netflix, a la cual calificó de “arte, es Colombia en el mundo”. También recordó que durante su tiempo en el M19, se puso “Aureliano”, hasta el punto de olvidar cuál era su verdadero nombre.
Refiriéndose a la historia del libro de García Márquez, dijo que los asesinatos cometidos por Aureliano Buendía a sus jefes liberales se dieron por la “traición a los ideales”, pero a la vez, destacó que la única manera de encontrar la paz era la creación de unos acuerdos entre los liberales y los conservadores.
Luego de las quejas presentadas por Alexander López, el director de Planeación Nacional, sobre los obstáculos que se han presentado en las reformas presentadas por el gobierno, Petro se refirió a Facundo Cabral y a Pepe Mujica para argumentar que no era de izquierda ni de derecha, sino humanista.
Tras las críticas hechas por Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección, hacia el nombramiento de Armando Benedetti, el primer mandatario dijo que su decisión de tener cerca al funcionario se debía a una característica que compartían: “algo de locura”. Y que esa misma locura estuvo presente en Gabriel García Márquez a la hora de crear “Cien años de soledad”, la obra que, para él, lo convirtió en el “hombre más universal”.