El Magazín Cultural

Las refugiadas se emancipan en Atenas

En un barrio multiétnico del centro de Atenas, los cochecitos de bebé se amontonan delante de la entrada de la ONG Amurtel, a la que acuden refugiadas, a menudo oprimidas en sus países de origen, para reponerse y emanciparse.

AFP
07 de marzo de 2019 - 02:40 p. m.
Alrededor de 73.000 refugiados se encuentran actualmente en Grecia, de los cuales casi 15.000 en las islas del norte del mar Egeo donde las condiciones de acogida son blanco de críticas. Según las últimas cifras de la Agencia para los Refugiados de la ONU, las mujeres representan el 21% de los refugiados y los niños el 32%.  / AFP
Alrededor de 73.000 refugiados se encuentran actualmente en Grecia, de los cuales casi 15.000 en las islas del norte del mar Egeo donde las condiciones de acogida son blanco de críticas. Según las últimas cifras de la Agencia para los Refugiados de la ONU, las mujeres representan el 21% de los refugiados y los niños el 32%.  / AFP

"En Grecia comienza una nueva vida para mí, llena de oportunidades pero también de dificultades. Tengo ganas de superarlas, de tener un futuro mejor, de apoyar a mi familia, de no depender nunca más de un hombre".

Nusra Ahmadi se instala con su bebé de siete meses en brazos en una sala llena de refugiadas que asisten a un curso sobre las necesidades nutricionales de los niños. Esta afgana treintañera llegó hace año y medio a Grecia y acude desde hace varias semanas a este centro abierto en septiembre de 2016 para las migrantes con hijos.

Nusra tiene tres hijos y los educa sola. "Venir a estas clases me permite conocer a otras refugiadas, crear una red de apoyo", recalca en un inglés perfecto. Su sueño: abrir un restaurante.

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En 2015, cuando casi 847.000 refugiados llegaron a las islas del mar Egeo, Didi Uttama-Lee repartió, junto a otros voluntarios, pañales, leche y comida para bebés en el puerto de El Pireo.

Después consideró esencial poner a disposición de las refugiadas un lugar que les ofrezca consejos sobre el parto, la lactancia materna, la reproducción y el acceso a una comadrona.

"Algunas refugiadas son tímidas. No se atreven a hablar de su intimidad, nunca han recibido información sobre reproducción... Pero con el tiempo se abren, cada vez vienen más, se expresan mejor", explica la estadounidense al frente del proyecto.

"En Europa, todo es posible"

Para Zarisa Noori, de 22 años y con dos hijos de menos de dos años, venir a Amurtel "es una salida, una forma de no quedarse todo el día en casa". Le gustaría retomar los estudios cuando los niños sean mayores. "En Europa todo es posible para nosotras, las mujeres. En Afganistán, yo no podía ir a la universidad de forma segura".

Del otro lado de la plaza Victoria, "Melissa", otra asociación, también trabaja para las refugiadas.

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"Hay distintos perfiles porque acogemos una cuarentena de nacionalidades en nuestra asociación. Pero muchas familias vienen de sociedades represivas o de países en guerra donde sus posibilidades de emancipación son reducidas", afirma Nadina Christopoulou, una de las fundadoras de la oenegé.

Pueden inscribirse en actividades múltiples como clases de idiomas, apoyo psicológico, terapia a través del arte, talleres de cerámica, de poesía, para hablar en público o de gestión del estrés.

"Cuando llegan ni siquiera se atreven a soñar... Con el paso de los meses se reponen, emprenden proyectos. Nuestro principal objetivo es que se sientan a gusto, que recuperen la autoestima", añade Nadina Christopoulou. 

"Melissa" además pone en contacto a los refugiados y migrantes instalados en Grecia desde hace años con los recién llegados. 

Debbie Valencia, presidenta de la comunidad de las mujeres filipinas en Grecia, ayuda a las que buscan acceso a microcréditos: "En la comunidad filipina, pusimos en marcha hace varios años un sistema de microcréditos entre mujeres y queremos compartir nuestra experiencia con las otras refugiadas. Nosotras también pasamos apuros a nuestra llegada a Grecia y queremos animarlas a que se atrevan y creen sus propias empresas".

Durante un curso de psicología, Asma, una joven siria declara: "En Siria perdí varias ocasiones de estudiar, de trabajar... Ya no esperaba nada, había perdido la esperanza hasta que llegué aquí".

"Lo que podría ayudarme a alcanzar mi objetivo en la vida es tener un barco que me guíe hacia un futuro mejor y de alguna manera 'Melissa' se ha convertido en él", añade Asma, que espera poder estudiar en la universidad. 

Alrededor de 73.000 refugiados se encuentran actualmente en Grecia, de los cuales casi 15.000 en las islas del norte del mar Egeo donde las condiciones de acogida son blanco de críticas. Según las últimas cifras de la Agencia para los Refugiados de la ONU, las mujeres representan el 21% de los refugiados y los niños el 32%. 

Por AFP

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