Las tortugas también vuelan, Los niños del cielo y Persépolis son algunos títulos de cintas iraníes que han llegado a Colombia con gran aceptación del público nacional. Paradójicamente, en Irán este tipo de películas no son las más vistas por una razón que podría asemejarse al motivo por el que en Colombia las cintas sobre conflicto tienen cansado al público: tratan temas que forman parte de la cotidianidad del país.
Así lo afirma Makan Karandish, director de Irán, la gloria olvidada, película que se presentará mañana en el Centro Cultural Skandia,. La cinta, que aún no ha sido exhibida en su país, hace un repaso de la cultura iraní antes de la llegada de los árabes, resaltando la labor del imperio Persa. Karandish recorrió varios sitios representativos de su lugar de origen para contar las historias antiguas que se esconden en estos.
Tratándose de una película documental, que no incluye las escenas que están prohibidas en Irán (mujeres mostrando piel o parejas encerradas en un mismo cuarto) podría pensarse que el rodaje no tuvo mayores complicaciones; sin embargo, la cantidad de permisos que tuvo que conseguir para la filmación y posteriormente para la proyección y la exhibición de la cinta en festivales de cine como el de Bogotá, hicieron del proceso un arduo trabajo.
“Para cada locación que visitábamos teníamos que conseguir una licencia, demostrando que no estábamos contando nada en contra del Islam o de la política iraní”, comenta Karandish.
Precisamente esa escasez de libertad que se vive en su país fue lo que lo llevó a estudiar cine en California, Estados Unidos, país donde habita desde los 16 años. Fue ahí donde se percató de la imagen errónea que tienen los occidentales sobre su país, y fue entonces cuando decidió hacer un documental para los occidentales, dando a conocer otra mirada sobre la realidad de Irán. “Me gustaría que todo el mundo la viera, pero específicamente la gente de Occidente, pues son los que ven sólo lo que muestran los medios de comunicación, que en ocasiones no es verdad. Además, en mi país prefieren películas que se parezcan a las telenovelas, historias superficiales”, cuenta el director.
Sobre el público colombiano, Karandish afirma que prefiere mostrar su trabajo audiovisual en países latinoamericanos y no en territorios europeos, “en estos países la gente se siente identificada con las historias sobre relaciones humanas, son más sensibles y cultos, mientras que en algunos lugares de Europa no ocurre esto”.