
Iréne Nemirovsky, quien antes de morir asesinada en Auschwitz, logró escribir Suite Francesa, un crudo retrato de la ocupación nazi en Francia. / Cortesía
Irene Némirovsky se encerraba en su cuarto y escribía, con odio, sabiendo que entre sus letras iba a vengarse de la señora Fanny, como la llamaba, del mundo, de los rusos que detestaban a los judíos, de los banqueros con los que se la pasaba su padre, don León Némirovsky, y también de los judíos, su sangre y su ascendencia, quienes consideraban que lo único que existía en la vida era el dinero. “¡Ah, cómo odio vuestros melindres de europeos! -escribió en un aparte de su novela “Los perros y los lobos”-. Lo que denomináis éxito, victoria,...
Por Fernando Araújo Vélez
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