
El libro de Ana Garralón demuestra que la literatura infantil no es un producto aislado, sino el resultado de decisiones sociales sobre lo que debía enseñarse, temerse o imaginarse para los niños.
Foto: Editorial Panamericana
La historia de los libros infantiles es también la historia de las infancias: de las que tuvieron derecho a leer y de las que fueron silenciadas, de lo que se quiso enseñar, de los miedos que se pretendieron evitar y de los sueños que se alentaron. Es un territorio donde se encuentran la literatura, la pedagogía y la política, en el que las palabras pueden ser lección, refugio o juego. Por ello, hablar de literatura infantil es hablar de la sociedad que la produce, de sus tensiones, de sus ideales, de la forma en que se decidió acompañar a...
Por Liceth Dayana Holguín
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