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Les decían los salvadores del rock. Fue en la Sala Lounge de Manhattan donde sus primeros fans empezaron a corear sus canciones. Para entonces, lo que era una pasión que crecía en cada ensayo en el garaje de Julian Casablancas o Albert Hammond Jr -quienes entonces eran vecinos- alcanzaba para la marihuana, los cigarrillos y un par de cervezas.
La leyenda viviente de Nueva York surgiría entonces con Is This It, su primer álbum y el que sería el debut de la banda, nacida desde la amistad forjada en las calles de la Gran Manzana, la misma que ya aterrizó en Colombia y junto a la que muchos corearán Reptilia hasta quedarse sin voz.
No es la primera vez que Casablancas o Hammond vienen a Colombia, no obstante, es el todo, es The Strokes, el grupo que ha animado a miles de personas a afirmar que este viernes a las 11:59 p.m. se vivirá “la mejor noche de nuestras vidas”.
“Listos para viajar a través de sus canciones”
Para el año 2001 la revista estadounidense ‘The Face’ entrevistó a la agrupación. Cuando le preguntaron a cada integrante cuál era el mejor rumor que habían escuchado sobre The Strokes, Fabrizio Moretti, el baterista, respondió que muchos decían que “tenían penes del tamaño de elefantes”. “Yo escuché el rumor de que actualmente nadie viene a nuestros shows y que solo existimos en las revistas, ojalá no pase”, respondió Nick Valensi, uno de los guitarristas. Nunca pasó, por lo menos hasta hoy.
La agrupación despierta la pasión de millones en el mundo, es un hecho. Lo dice José Daniel Jiménez, quien no es crítico de música, pero tiene claro que The Strokes son “los salvadores del rock moderno”. Él es uno de miles de fans en Colombia. Un préstamo, un vuelo Medellín - Bogotá y un difícil permiso laboral fue el precio para ver a la agrupación que, recuerda, escuchó por primera vez en 2003, cuando MTV le abrió la puerta a la banda.
“Internet llegó a mi vida por allá en 2007, y nacieron los primeros cafés en el que me sentaba horas a escucharlos en Sincelejo, mi tierra natal. Desde entonces han venido buenas bandas a Colombia, pero esta era la deuda (…) es imposible no sentir nada en todo el cuerpo con un riff de guitarra de una canción como Reptilia o Under cover of Darkness”, agrega Jiménez.
Preguntarle a cualquier amante de la banda por lo que pasará este viernes es, de alguna forma, llenar su alma de inspiración. Carlos Corcho, otro seguidor bogotano, cree que cuando se habla de The Strokes “no se puede dejar de mencionar su destreza rítmica, comandada por su guitarrista, Hammond Jr, que mezclada con la sutileza de melodías de Valensi y un bajo que, a manos de Fraiture, no sólo hace el piso armónico, sino que también participa de la melodía, estremece a cualquiera (...) Me remueve pensar lo buenos que son el set de cuerdas de los Strokes. Ellos hacen que uno viaje a través de las canciones, estamos definitivamente listos para viajar a través de sus canciones”.
En Bogotá, Sonia Moreras, fiel seguidora de la agrupación, ya planea junto a otros fans cómo sorprender a la banda en la noche de su debut en la capital. Para ella, no se trata de un concierto, es algo más. “En muchas oportunidades, grandes organizadoras de eventos anunciaban conciertos y yo sólo esperaba que fuera The Strokes. Fueron muchas decepciones, la última vez que giraron juntos por Latinoamérica sufrí al saber que no vendrían, sin embargo, esta es la revancha, es sin duda mi mejor sueño, un sueño hecho realidad”.
Contar qué es The Strokes es decir que la revista Rolling Stones nombró el primer álbum de la banda como uno de los mejores de todos los tiempos, es contar que The Velvet Undergound y The Doors fueron algunas de sus influencias musicales, es recordar que el alcohol, las fiestas y las mujeres complicaron en algún momento la relación de la banda, pero que, a pesar de eso, supieron seguir escalando. Sin embargo, hablar de The Strokes, a través de sus fans, resulta más interesante, es entender por qué escuchar sus canciones esta noche será, para muchos, magia. Será sentir los pelos de punta después de esperar por eso toda una vida.
“Para quienes oímos The Strokes durante nuestra adolescencia temprana, antes del boom comercial, es un sueño hecho realidad, no hay palabras y promete ser toda una experiencia poder, por fin, escuchar en vivo ese sonido ‘de garaje’”, concluye Sebastián Gutiérrez, otro de los amantes de la agrupación que vibrará en el cierre de la segunda jornada del Estéreo Picnic.
Por Daniela Franco García.
