:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elespectador/B4JQEBSQ2RBIZDCNLTBBQEBRJU.jpg)
Los Buddenbrook, la primera novela de Thomas Mann, se publicó en 1900, aunque llevara fecha de 1901.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
“Por la escuela sentía aborrecimiento, y nunca me sometí a sus exigencias -escribiría muchos años más tarde-. La despreciaba como ambiente, criticaba los modales de sus directivos y pronto me encontré en una especie de oposición literaria a su espíritu, a su disciplina, y a sus métodos de enseñanza. Mi indolencia, acaso necesaria para mi particular desarrollo; mi necesidad de disponer de mucho tiempo libre para estar ocioso y leer con tranquilidad; una verdadera pereza de mi espíritu, que todavía hoy padezco, me hicieron odiar la sujeción escolar, llevándome a hacer tercamente caso omiso de ella”.
Le sugerimos leer Janis Joplin, la voz fuerte del rock
:format(jpeg)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elespectador/b4d2b540-4ab7-441f-8b6a-9077ced0e426.png)
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual es editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com