La escritora colombiana con una de las obras de su hijo Daniel Segura Bonnett.
Foto: Óscar Pérez
Durante una crisis, Daniel, el hijo de Piedad Bonnett, le hizo una pregunta, y ella contó que “el corazón se le subió a la garganta”, otra forma de describir un ahogo causado por el dolor, pero sin usar la palabra “nudo”. Usó, en su lugar, la imagen de este órgano que asciende y se atora en el último obstáculo antes de salir por la boca, antes de exponerse. Porque allí, según hemos acordado, se aloja el amor, pero también el sufrimiento, que tanto queremos reprimir o esconder, pero que después de acumularse se las arregla para liberarnos, y...

Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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