Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La afición del protagonista funciona como excusa para mostrar, por medio de ilustraciones estilo cómic, recreaciones de historietas y mangas que nos llevan por la historia del género, desde la prehistoria hasta la actualidad; igualmente, al final de cada capítulo, se nos muestra el cómic que va escribiendo Cayo, sus bocetos, sus dudas: de esta manera, también asistimos, desde un sitio privilegiado, al proceso de creación propio de quien quiere escribir historietas (o un relato literario cualquiera).
Pero los relatos de Cayo muestran una visión del mundo que se sacudirá cuando conozca a Olivia, quien lo pondrá a pensar si ese mundo que él imagina, de los héroes que salvan el día y se quedan con la chica, al estilo James Bond, aún es posible, o si es mejor imaginar otras historias, más cercanas a nuestros tiempos y a nuestra realidad.
Su mundo también se verá retado por David, un compañero del colegio que tiene un talento innegable para el dibujo. Ante la pregunta de Cayo de si quiere colaborarle (él no es tan buen dibujante, pero es genial para los guiones), el chico muestra el aburrimiento y el escepticismo de quien sabe de antemano que está en un entorno que priva a muchos jóvenes de oportunidades, un entorno que no permite soñar con ir a una universidad, por ejemplo.
Este libro habla, sobre todo, de jóvenes críticos que ya no tragan entero, que se atreven a soñar y que, así se vean influenciados por culturas extranjeras, tienen el valor de transformarlas para interpretar su mundo y crear nuevas realidades.
Valga la pena mencionar que el libro tiene al final un bello homenaje a los más grandes referentes del cómic: desde Will Eisner, pasando por Frank Miller y llegando a Stan Lee, entre otros.
Tânia Alexandre Martinelli es una autora brasileña que publica libros para jóvenes desde 1988. De su labor como escritora afirma: “A quien le gusta escribir tiene una necesidad inexplicable de hacerlo, sé que hay lectores que entienden bien lo que digo. Hoy, con decenas de obras publicadas, mi trabajo está exclusivamente volcado a la literatura. Y no veo, ni por un momento, mi vida sin ella”.
Las ilustraciones son de Julia Bax, Monique Novaes y Davi Calil, con color de Artur Fujita y Ronaldo Barata. Respecto a este libro, dice Julia: “Ilustrar un libro sobre un adolescente fascinado por las historietas fue inesperado, pero bastante interesante, principalmente por los paralelos que pude trazar con mi propia adolescencia, cuando descubrí el universo de los dibujos en medio de las dudas sobre el futuro profesional y las dificultades para llegar a ser un artista ‘de verdad’”.