Los que cambiaron el arte en los 60

El mundo a finales de los 60 y más exactamente en el año 68 se encontraba en estado de efervescencia.  La Primavera de Praga, El Mayo Parisino son solo dos ejemplos que mostraban  que había  resistencia al orden establecido en lo político, en lo social y por consecuencia en el arte. La revolución, esa palabra que entonces sonaba tan ajena y  tan lejana en países industrializados se transformó en un entusiasmo compartido por las masas. 

Justamente a este período corresponden todas las obras de la exposición temporal  Tras los hechos: Interfunktionen 1968-1975 que se presentará hasta el 2 de junio en el Museo de Arte del Banco de la República.

El nombre de la exhibición Interfunktionen corresponde al  mismo nombre de una  revista  que se publicó entre 1968 y 1975. Editada en Colonia, Alemania, la publicación surgió como respuesta a varios factores: la selección de creadores de la Dokumenta de Kassel del 68, el inconformismo de varios artistas ante el academicismo en el arte y el clima contestatario que se vivía en Europa.

La Dokumenta de Kassel,  que se celebra cada cuatro años,  era y sigue siendo uno de los encuentros de arte más significativos e influyentes en el mundo del arte. En esta manifestación se dan las directrices y se muestran las tendencias de las producciones plásticas de los artistas. La  IV Dokumenta, es decir, la del año 68, no fue ajena ni impermeable a  la agitación social y política que se vivía en Alemania.

Hubo varios desacuerdos y polémicas dentro de su organización y por falta de consenso varios miembros del consejo dimitieron. Finalmente, Arnold Bode fue  escogido como director y su selección incluyó nombres de artistas muy reconocidos de la escena del expresionismo americano y del Pop Art. Europa estaba perdiendo velocidad, París dejaba de ser el centro de la creación artística y la acción se  trasladaba a Nueva York.

Varios artistas europeos estaban en desacuerdo con el formalismo y  academicismo que permeaba el arte y  con el vuelco de la mirada hacia Estados Unidos.  La revista Interfunktionen, que tuvo  un largo de vida de 12 números,  nació como consecuencia de toda esta coyuntura.   Como su nombre lo indica, los artistas querían reivindicar el arte sacándolo de los marcos y de las representaciones clásicas como la pintura y la escultura, y darle cabida a diferentes formas de expresión que interactuaran con el espectador. El concepto de interactividad para la época era bastante moderno, lo  que buscaban los artistas era que el arte fuera vivido como una experiencia estética y no como una contemplación a distancia.

La exposición se basa en este marco histórico y las 100 obras presentadas por 45 artistas, la mayoría de ellos europeos, participaron en la revista a lo largo de los siete años de su existencia. No todas las obras estuvieron ilustradas en la revista, pero todas pertenecen al período de su publicación. 

Podrán encontrarse nombres tan reconocidos como  Walter da Maria, Joseph Beuys, Daniel Buren, Dieter  Roth y Silgmar Polke, entre muchos otros.  Esta muestra fue curada por Gloria Moure, destacada comisaria española de varias exposiciones de arte contemporáneo que ha trabajado con el museo Reina Sofía,  la Fundación Miró, el Museo Español de Arte Contemporáneo y  la Fundación Tapies. El texto de introducción de la exposición, escrito por Moure, no deja de ser interesante, pero  hay que retomarlo, releerlo y tratar de asimilar una yuxtaposición de términos y conceptos que seguramente resultarán confusos en vez de explicativos.

Esto no se agradece cuando la aproximación a las obras no es de fácil acceso, cuando el video instalación es una de las formas preponderantes y cuando  las obras,  libres de los aditivos estéticos, están cargadas de concepto. Sin embargo, se aplaude el esfuerzo que hacen las diferentes instituciones para traer al país exposiciones itinerantes internacionales que renuevan las miradas y nos extraen de la localidad.