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El 28 de mayo, el Gobierno nacional, a través del Decreto 749, aprobó nuevas excepciones en el marco del aislamiento preventivo obligatorio. Esta acción administrativa permitió que la Red Nacional de Bibliotecas Públicas empezara a trabajar en los protocolos de bioseguridad con el fin de mitigar la propagación del virus. Las nuevas concesiones avaladas por el Gobierno incluyen a las bibliotecas públicas en razón de los derechos a la vida y la salud.
La reapertura de las instalaciones está sujeta a la Resolución 891 del 2020 con la cual el Ministerio de Salud aprobó los protocolos de bioseguridad para las bibliotecas públicas. Este documento está alineado con el protocolo general que deben seguir todos los actores públicos y privados que tengan la intención de desarrollar cualquier actividad durante la emergencia sanitaria.
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Las autoridades locales son las que dictaminan cómo va a proceder la apertura de las bibliotecas públicas. Cada entidad territorial debe presentar un plan de acción acorde a la situación de la COVID-19 en el territorio, y a la aplicación de los dos protocolos de bioseguridad, el general y el específico para las bibliotecas. Por su parte, la Biblioteca Nacional de Colombia, como coordinadora de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, dio los lineamientos para la reanudación de los servicios presenciales de las bibliotecas.
El Ministerio de Cultura considera que las bibliotecas son escenarios óptimos para el fortalecimiento de procesos educativos y sociales, así como para la reconstrucción del tejido social. “Una vez la comunidad vuelva a sus actividades cotidianas, los bibliotecarios públicos del país deberán disponer los espacios de las bibliotecas públicas para que la comunidad recupere, transforme y dé valor a su vida en común”, afirma la entidad.
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