Esta construcción de 1930, la cual tiene un diseño árabe, funcionó durante años como el Edificio Nacional de Correos y Telégrafos y, adicionalmente, sirvió de escenario para la película “El embajador de la India”. Hoy el edificio está adscrito a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y se planea revitalizarlo con la iniciativa de convertirlo en un centro cultural.
Esta iniciativa impulsada por el arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, Iván David Soto Bolaños, en su trabajo de grado, propone reactivar y adecuar un complejo de cuatro edificios antiguos de Neiva para impulsar el sector cultural en la ciudad. “La Manzana del Edificio Nacional de Neiva se encuentra dentro de los límites del centro tradicional y forma parte de zonas históricas de la ciudad; además alberga otras tres edificaciones patrimoniales muy importantes para la ciudad: el antiguo Banco de la República, la vieja Central Eléctrica del Huila y el Edificio Residencial Camacho”, se lee en un comunicado de prensa.
Le sugerimos: Sapukai, un grito de Nohemí Pérez (Meninas frente al espejo)
“De las haciendas y casas coloniales con grandes solares que caracterizaban la manzana solo quedan vestigios de los patios que hoy se han convertido en parqueaderos e intervenciones que no les dan la a las edificaciones verdadera relevancia. La falta de documentación y la no valoración apropiada de los inmuebles resaltan el déficit de conciencia de las entidades gubernamentales frente al patrimonio arquitectónico y da paso a que los edificios sufran cambios en su morfología original, o simplemente se encuentren en estado de abandono”, menciona el arquitecto.
Esta revitalización se basará en tres pilares: patrimonio, con el fin de articular y rescatar los valores originales de los inmuebles patrimoniales, el segundo pilar está ligado al espacio público y la vida urbana, en el que se pretende brindar un nuevo equipamiento que prioriza al peatón y las zonas verdes; finalmente, el último pilar concierne el tema cultural y el reconocimiento de Neiva como capital bambuquera, para lo que desarrollaron un programa arquitectónico que suple las necesidades acústicas para el aprendizaje musical. “Así, se propone construir un edificio artístico compuesto por un sótano, donde estaría la bodega de instrumentos, insumos tecnológicos y un teatro para albergar mínimo a 500 personas; en el primer piso de la planta superior habría comercio local y artesanal; en la segunda planta, salas de ensayo y depósitos; y en la tercera, aulas teóricas y laboratorios de formación musical para niños y jóvenes”.
Le recomendamos: “Bogotá Histórica”: 70 años de memoria
Para Soto era importante tener un espacio en el que fluya el aire y generar armonía en la estructura. “La zona en donde se ubica este edificio tiene actividad comercial durante el día, pero en las noches se ha convertido en foco de inseguridad y soledad; por eso también se pretende peatonalizar parte de la avenida séptima para que conecte con la carrera octava, con el fin de unirse turísticamente y generar una transformación visual del espacio”, aseguró el arquitecto.
