El Magazín Cultural
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Mario Arrubla, un intelectual dinámico, sólido y comprometido

Murió la semana pasada en Massachusetts este pensador paisa, quien con sus ensayos inauguró los estudios concretos sobre el capitalismo colombiano.

Sandra Jaramillo Restrepo*, especial para El Espectador
16 de diciembre de 2020 - 03:47 p. m.
Mario Arrubla, historiador e intelectual colombiano.
Mario Arrubla, historiador e intelectual colombiano.
Foto: Cortesía Mundoaldía

En lo que en Colombia se conoce como el Día de las Velitas se ha apagado una luz. Falleció, a la edad de 84 años, el escritor e intelectual Mario Arrubla Yepes (Medellín, Colombia, 14 de mayo de 1936 – Amherst, Massachusetts, Estados Unidos, 7 de diciembre de 2020). Radicado fuera del país hace más de dos décadas, Arrubla había elegido ya desde hace mucho tiempo desafiar el sentido mismo de ser intelectual, pues escapaba de lo público e intervenía desde Al Margen. Justamente así se tituló uno de sus últimos proyectos editoriales. Me refiero a la revista producida entre 2002 y 2008 en codirección entre él, Guillermo Mina y el profesor Bernardo Correa.

Arrubla nació en una Medellín que se transformaba por los procesos de industrialización, lo que se hacía visible en sus cambios urbanísticos y poblacionales. En 1967 publicó, bajo el sello Tercer Mundo, su novela La infancia legendaria de Ramiro Cruz, donde recrea literariamente la ciudad de su infancia y juventud, dando al lector una imagen muy vívida del tránsito rural-urbano y de los altos costos sociales del desarrollo en las ciudades de un país para entonces entendido como dependiente. La novela tuvo una segunda edición a cargo de La Carreta en 1975, pero su divulgación y crítica siguen siendo tareas pendientes.

Como sucedió con muchos jóvenes de su generación, Arrubla se politizó con el impacto de la coyuntura en la que caía la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y se instauraba el régimen del Frente Nacional. A nombre de la democracia social se opuso a la dictadura, pero las promesas del frentenacionalismo tampoco le fueron suficientes en ese momento de incertidumbre. Así que tuvo una efímera cercanía con el comunismo local, pero rápidamente se instauró en lo que internacionalmente se conoció como la tercera vía, aquel posicionamiento en el que las y los intelectuales politizados y afines a las ideas de justicia social no se hallaban acogidos en el comunismo stalinista ni en las lógicas “imperialistas” abanderadas por el norte, de modo que buscaban alternativas para recrear el marxismo, en términos teóricos y prácticos. Habitar ese lugar a inicios de los años 60 era sumamente complejo, dado el maniqueísmo generado por la Guerra Fría, política y cultural, que también tenía su versión en Colombia, y por el apresurado “aventurerismo” en el que derivaban las posiciones de izquierda en nuestro país.

Arrubla se definió tempranamente como intelectual, aunque de la mano de Jean Paul Sartre fue un intelectual “que soñó con actuar”, tal como lo afirma uno de los personajes de la obra teatral Manos sucias, del filósofo francés. Ese accionar se concretaba a través de las ideas o, en otras palabras, las ideas eran concebidas como un verdadero motor de la historia. Su camino fue el de la formación autónoma.

Eran tiempos en que las ciencias sociales apenas comenzaban su ruta de institucionalización y Arrubla consideró más efectivo apropiar las corrientes internacionales del pensamiento crítico y del marxismo heterodoxo vía grupos de estudio y dinámicas propias. Gestados en la sociabilidad intelectual del Grupo Estrategia (1962-1964), produjo tres sesudos ensayos que inauguraron los estudios concretos sobre el capitalismo colombiano y permiten situar a Arrubla entre los pioneros latinoamericanos de la Teoría de la Dependencia.

Estos ensayos fueron reeditados, con leves ajustes, en la forma un libro titulado Estudios sobre el subdesarrollo colombiano, que se convirtió en best seller de las ciencias sociales con gran influjo en la generación de los años 70. Sumó 14 ediciones y 60 mil ejemplares legales, la mayoría de ellos bajo el sello de La Carreta. Llegó a constituirse en interlocutor de economistas que tuvieron en sus manos los destinos nacionales y, de manera simultánea, desarrolló una labor literaria como escritor y traductor, usando seudónimos en algunas ocasiones.

Entre 1955 y al menos 2005 he podido establecer una producción continua de relatos, ensayos y composiciones textuales en los que también estuvo presente la historia con el artículo “Síntesis de historia política contemporánea”, publicado en el clásico libro colectivo Colombia hoy, de la editorial Siglo XXI, y cuya primera edición estuvo a su cargo. También el portal web promovido por él y su hija, “Archivos Mario Arrubla”, desde 2016 fue muestra de ello.

Fue editor acucioso y exquisito, promovió proyectos editoriales independientes y también participó en algunos institucionales: el periódico Crisis (en sus orígenes: 1957-1959), la revista Cromos (1959), el periódico Agitación (1962), la revista Estrategia (1962-1964), la Gaceta de Tercer Mundo (1966), la Revista UN de la Dirección de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional (1968-1973), la revista Cuadernos Colombianos (1973-1979), producida por La Carreta, editorial de la que Arrubla fue director editorial entre 1977 y 1984; además de la ya mencionada revista Al Margen (2002-2008).

Un intelectual dinámico, sólido y comprometido, además de un ser humano jovial que disfrutaba de muchas formas del arte clásico y popular, para quien el tango, la ópera, la conversación y las sociabilidades eran fuentes de disfrute y de reflexión, se despide de la vida. Buen viaje, querido Mario Arrubla, y que tu memoria se quede entre nosotros.

* Doctora en ciencias sociales por la Universidad de Buenos Aires. CeDInCI / Nueva Sociedad.

Por Sandra Jaramillo Restrepo*, especial para El Espectador

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Dion Casio(66071)21 de diciembre de 2020 - 04:24 p. m.
Tenaz! se envejecieron los maestros y murió una generación y ese país que soñamos jamás llegó , por el contrario el país quedó anclado en las redes del narcoparamilitarismo y cada día amenaza más y más ruina. Para el año entrante nos tienen anunciada una estrangulada feroz: reformas laboral, pensional y tributaria nada menos que de la mano de carraspillo y sus secuaces neoliberales.
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