
Mario Vargas Llosa en 2010. La Academia sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura por su "cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo".
Foto: AFP - STR
Estocolmo, 7 diciembre de 2010.
Elogio de la lectura y la ficción
Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos...
Por Mario Vargas Llosa / Especial para El Espectador
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