
“Lutero era hijo del propietario de una mina, y llegó a la universidad con la ilusión de volverse abogado, pero se inclinó por la teología”.
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Federico III protegió a Martín Lutero una y otra vez. Incluso, le ordenó a su ejército personal que lo secuestrara e hizo que lo llevara al castillo de Wartburg, donde Lutero tradujo el Nuevo Testamento al alemán para que más gente lo pudiera leer y lo comprendiera. “Según él, los Evangelios -como escribió Jacques Barzun-, si todo el mundo los leía, le darían la razón. De ahí el nombre de ‘evangélicos’ que precedió y durante mucho tiempo prevaleció sobre el nombre accidental de protestantes, que surgió cuando algunos delegados protestaron...

Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.fernando.araujo.velez@gmail.com
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