Martin Luther King Jr: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo

Este texto obtuvo mención de Honor en el XV Premio Internacional de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (5/feb/2018). Estreno en Colombia: Gimnasio Moderno, Teatrino de Don Os, Bogotá, 3/abr/2018 – Diseño y elaboración del afiche: Santiago Muñoz Calvo.

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Luis Carlos Muñoz Sarmiento
11 de abril de 2020 - 05:59 p. m.
Portada del libro "Martin Luther King Jr:Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo" del escritor Luis Carlos Muñoz Sarmiento.
Portada del libro "Martin Luther King Jr:Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo" del escritor Luis Carlos Muñoz Sarmiento.
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Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas.

HENRY MILLER

¿Será el descubrimiento de la diversidad, su implementación como política pública,

lo que constituye la felicidad? ¿Y entonces en qué quedarán las razas superiores,

los pueblos elegidos, los destinos manifiestos?

ALEXANDER WOLFF

Nuestras vidas empiezan a terminar el día que guardamos silencio sobre las cosas que importan.

MARTIN LUTHER KING

Es posible, en estos tiempos convulsionados, de inquietante inquietud, el nombre Martin Luther King Jr. (MLK) les diga poco a los jóvenes e incluso a quienes tienen hoy entre 40 y 60 años. Mirada a la distancia su vida parece seguir siendo la del niño negro de actitud reservada, estirada e indiferente; la del joven digno de bajo perfil más que de baja estatura; la del pulcro y regordete religioso oficiador de misas algo intrascendente; aunque también, por contraste, la del hombre que resistiendo llegó a ser portada de Time en 1963, lo que no habla bien de la revista sino del héroe que la historia oficial gringa convirtió en anti-héroe; la de quien proponiendo alternativas al racismo, a la discriminación, a la injusticia y, claro, a la xenofobia, terminó por recibir un justo Nobel de Paz, no de Guerra, como el que ahora se da (1); en fin, la del político “blando” frente al Stablishment y, por ello, en teoría, ubicado en las antípodas del radical Malcolm X (2). De cuya ruta se ha dicho si es un sueño inacabado o una labor cumplida: aquí se hablará de ambos pues no es posible hablar de uno sin la otra. Ningún viaje lleva a un destino concreto, sino a nuevas formas de ver el mundo.

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También a menudo se olvida que su vida constituye uno de los más tenaces ejemplos de lucha por su pueblo y que su muerte fue el resultado, aparte de una conspiración (3), de una sucia/deshonesta/antiética cacería oficial liderada por el eterno director del FBI, John Edgar Hoover, cuya vida se redujo a perseguir a quien pudiera constituir un peligro potencial, no necesariamente real, para el Establecimiento, desde dos ópticas: la del color de la piel, siempre que se tratara de negros, obvio; la de su posición política, sobre todo si tenía que ver con comunistas. También se olvida que MLK no es sólo uno de los cabecillas del movimiento por los derechos civiles e importante valor de la resistencia no violenta ante la injusticia y la discriminación, sino una figura carismática de la escena gringa que sirvió de inspiración a otros artistas, en particular del jazz, que le dedicaron a su vida y a su obra algunos de sus mejores trabajos: por razones de tiempo sólo se escucharán algunos de ellos. 

Su ejemplo sirve para recordar a las generaciones actuales y a las venideras que en el servicio a la humanidad está una de las razones para la existencia del hombre en la Tierra; que en la paciencia, el arrojo y la resistencia están tres de los pilares claves para obtener conocimiento, respeto y conservarse digno; que la vida de los hombres debe estar signada por el respeto, la aceptación de la diferencia, el valor de la igualdad; que, en últimas, la política debe ser un escenario de inclusión, no de racismo e intolerancia; mucho menos, de xenofobia. Todo esto podrá observarse a lo largo de este ensayo en el que lo clave no está en la persona, en la figura, en el pastor, en el ser político, sino en cada una de sus palabras vueltas acciones, en cada acto que MLK emprendió a lo largo de su breve aunque fructífera vida, con el objeto de hallar un verdadero desarrollo social y político de la Humanidad, sin importar color de piel, ideología o condición económico/social. Su muerte, antes de los 40, es caso irrefutable de acoso e intimidación: hecho que las atroces cifras del transnacional crimen oficial/clandestino gringo facilitan comprobar. El que antes de permitirles llegar a la cuarta década, cuando el hombre y su pesada piedra suben al monte de la sabiduría, segó la vida de Malcolm X (MX), en su tierra; del Che, en Bolivia; de Lumumba, en el Congo. 

Si le interesa, lo invitamos a leer: Cada uno es tentado por sus propias concupiscencias| Yo confieso

Éste último, víctima del dictador Mobutu, esbirro de los gringos (4). O, en diálogo con Henner Hess, otro caso de crimen represivo (5). El que se sumaría al de Camilo Torres (6): según el cual las fuerzas de represión oficial se encargan de cerrarle a la persona los canales de expresión y de movilidad social, hasta convertirla en víctima no oficial del sistema. Este ensayo no pretende contar nada nuevo, aunque lo haga, sí otras cosas sobre MLK que
no figuran en la historia oficial o provienen de fuentes desconocidas o apenas comienzan a revelarse, sus penas y alegrías tempranas, avatares políticos de un hombre que no pudo llegar a los 40. Resultados de un esfuerzo que la estulticia juzga inútil, la sobriedad, válido, y la masa, como en las encuestas, no sabe. Aclara algunos puntos oscuros de la Historia que ya deben ventilarse: es hora de darle gusto a Kant y pasar de menores a adultos, en un país donde serlo no es virtud; aprovechando, desde luego, que por nanoenésima vez, la noticia proviene del Norte. Es hora de renunciar a ocultar evidencias, a tragar entero, a respirar porquería; de criticar con sentido y sin miedo, con el argumento como autoridad y no al revés, de cambiar sin reparos y con decisión, de crecer con ímpetu y sin demora, como forma complementaria, no antitética, a la actitud del Oskar Matzerath que con tres años deja de crecer en rechazo al mundo adulto. Para ello, no se hará una hagiografía: no se trata de un santo sino de un ser contradictorio, con sus miserias y riquezas, reveses y logros. Pese a su aparente derrota por la muerte, sentenció: “¡Por fin libres!, ¡por fin somos libres!”

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(7) Algo que en el fondo contenía su más íntimo credo: la muerte como redención, en un país q ue como EE.UU sólo parece tener en ella la única tierra de esperanza para los negros.

Años de aprendizaje y de formación

Nacido en Atlanta, GA, 15/ene/1929, hijo mayor de un ministro baptista, fue bautizado Michael Luther, como su padre y como él rebautizado a los seis, MLK, en homenaje al teólogo y fraile católico agustino que inició e impulsó la reforma en Alemania y en cuyas teorías se inspiró la doctrina teológico/cultural luterana. A esa edad va a la escuela pública
Young Street Grade y a los 15 al Morehouse College, liceo para negros, de Atlanta. Tres años atrás EE.UU había entrado en la Guerra, a raíz del manipulador incidente de Pearl Harbor (8). El lanzamiento de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, produjo en el joven Martin un total rechazo al conflicto y un rasgo indeleble en su carácter: la no violencia. Aunque antes quiso ser médico, abogado y profesor, fue ordenado ministro baptista tres años después. En su decisión influyeron el ambiente del College, sus profesores, en especial Benjamin Mays, rector, y George Kelsey, de filosofía, quienes le inculcaron que pastor no reñía con intelectual. Pero, lo esencial de su ejemplo estuvo en convencerse de que en el mensaje de Cristo, Gandhi, y antes en Thoreau, estaba el misterio de la justicia; y de que la lucha tenía sentido si era a favor de todo hombre, no solo negro sino de cualquier color, no raza (la única es la Humanidad), credo, condición social, política, sexual y económica. 

Desde temprano dejó testimonio de su credo cristiano, impregnado de budismo, si se atiende a los complementos, no opuestos, cielo/tierra, pensamiento/acción, filosofía/praxis, en una forma dialéctica casi pura, para referirse a las religiones que necesitan transfusión:

 “Como cristianos no debemos pensar solo en nuestros tronos del cielo, sino también en los tugurios y guetos que atrofian el alma; no sólo en los caminos del cielo por los que corren torrentes de leche y miel, sino también en los millones de hombres que, por toda la Tierra, se acuestan cada noche sin haber saciado su hambre. Toda religión que se preocupa por el alma de los hombres y no por las condiciones sociales causantes de la corrupción y por las condiciones económicas que paralizan el alma, es una religión ineficaz que necesita una transfusión de sangre: tal religión olvida que el hombre es un animal con exigencias físicas y materiales”. 

Mientras el 30/ene/48 Vinayak Godse asesina a Mahatma Gandhi, en el otoño de ese año MLK ingresa en el Seminario Teológico Crozer, de Chester, PA, uno de los estados del norte. Allí se gradúa en 1951, con el objetivo previo de enfrentarse a la sociedad blanca, a la que desde pequeño odió, con odio jarocho, al que luego renunció cuando advirtió que no podía caer en el juego de los blancos. Tras regresar en bus con su profesor y la conferencia El negro y la Constitución de un concurso de oratoria en una ciudad de Georgia, el chofer los conminó a ceder sus puestos cuando más pasajeros, blancos, subieron: los dos jóvenes debieron viajar de pie los 140 kms que faltaban para llegar a Atlanta. Al recordar esa afrenta infantil, dijo:

“Estaba decidido a odiar a todos los blancos”. Odio que se disolviera hasta agotarse en los grupos en que había integracionismo durante sus años de universidad. No puede pasarse por alto que Georgia es uno de los estados más racistas de la Unión: el tema Georgia on My Mind, de Ray Charles, estuvo prohibido más de 30 años allí; a partir de 1979, por manes de la política, es el himno del estado. Se trata de un tema musicalizado por Hoagy Carmichael con letra de Stuart Gorrell y dedicado no al Estado homónimo, como se cree, sino a la hermana de Carmichael, que se llamaba así, Georgia.

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Un episodio, en Crozer, le marcaría cierta insatisfacción respecto a las mujeres, hecho que lo llevaría a ir de una a otra, presa de sus propios miedos y pasiones, olvidando que sólo quien no tiene ningún tipo de miedo puede amar libremente. Siendo presidente del Consejo Estudiantil y cuando ya empezaban a gustarle el billar, la cerveza, las cartas, así como el cigarrillo (que no fumaba en público) por el resto de la vida (al morir llevaba uno), retomó su carrera amorosa, iniciada en Atlanta, hasta que en el tercer año el cazador fue cazado.
Entonces, se abandonó al más febril romance con la hija de una inmigrante alemana, cocinera en la cafetería, ya en relaciones con un profesor cuando se fijó en ella. Todos sus amigos intentaron disuadirlo de su afán por sellar un lazo interracial, no sólo por la reacción blanca sino porque así arruinaba su sueño de ser pastor de una iglesia sureña; pero, como buen ciego enamorado se negó a dejar su idilio para acabar en la angustia. El hombre va al
encuentro de la desdicha con los ojos abiertos, reza Corazón de cristal, de Herzog, y olvida así a Shakespeare: “El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen”. Luego de una cita furtiva con la amada y de regresar a su cuarto, despertó a un amigo y llorando le confesó que aunque se sentía capaz de retar la ira paterna no sabía cómo soportar el dolor materno y, más allá, sin ánimos de renunciar al amor de su vida. Seis meses después, pensando que pasión podría matar ministerio, rompió con ella en medio de la tristeza, contribuyendo a la alegría de un cornudo anónimo profesor de Crozer. 

En el Chevrolet verde que le regaló su padre por su éxito, no amoroso, en Crozer, MLK partió a la aventura en dirección norte, donde se matriculó en los posgrados de Boston University. Se instaló en un apartamento frente a la sala de baile Savoy, la más famosa de la historia del jazz, en el 596 de Lenox Avenue, entre calles 140 y 141, en Harlem (9). La música retumbaba contra las ventanas de su cuarto, mientras él estudiaba con avidez a Platón, Agustín, Rousseau, Hobbes, Locke, Nietzsche, hinduismo, jainismo e islamismo; tras leer a Marx, cuenta su biógrafo Frady, “King se sintió tan fascinado por su titánica acusación contra el capitalismo que desarrolló lo que habría de ser una antipatía de por vida por las cualidades del sistema, frías y propias de Moloch”. (Frady: 37) Éste, el dios (malvado) de la secta hebrea de los amonitas al que se sacrificaban principalmente niños. 

Pero, MLK no se dejó absorber por el estudio; sacó tiempo para la vida social. El ilustre estudiante, joven y dandy/flâneur, cual Wilde o Baudelaire, pronto halló salida a su despecho a través de su amiga Mary Powell, quien le presentó a Coretta Scott, estudiante de canto en el New England Conservatory. Tras conocerse, sin dejarle respirar, le soltó: “Las cuatro cosas que busco en una esposa son carácter, inteligencia, personalidad y belleza. Tú las posees todas.” (10) Ambos, coincidían en su origen de clase y actitud vital. Rápido los identificó la búsqueda de una vida más elevada que la de aquel mundo represivo/desolador en el que crecieron. Luego de la retadora arremetida inicial, pasaron a un idilio sosegado que matizaban con obras teatrales y conciertos. Para casarse, no sólo rompió su pacto con otra joven de Atlanta, cuya familia era amiga de la suya: con el recuerdo de aquélla hija de alemana que lo hacía ir de una a otra mujer hasta casi llegar a un metafórico furor uterino. 

Coretta Scott nació en Marion, AL, y pertenecía a una familia de recursos gracias al oficio de su padre, dueño de una aserrería. El enlace lo celebró el pastor M. L. King Sr., en casa paterna de la novia, en jun/53. El comienzo de la pareja no fue auspicioso: con todos los hoteles del vecindario cerrados para ellos por caprichos raciales, “la pareja pasó la noche de bodas en el cuarto de huéspedes de la vivienda de una funeraria”. (Frady: 43) Dos años (5) después nació el primero de cuatro hijos: Yolanda Denise, Yoki, 1955-2007; ML III, 1957; Dexter, 1961; y Berenice, 1963. Sus ancestros por la línea materna estaban entre los indios Creek, que fueron masacrados por el general Andrew Jackson y obligados a pedir la paz, la que se les concedió tras entregar más de la mitad de sus antiguos territorios, lo que significó la pérdida de casi nueve millones de hectáreas tras la batalla de Horseshoe Bend, Alabama, en marzo/1814. En su autobiografía, Marlon Brando nos revuelca la amnesia: 

“Desde las novelas baratas hasta las películas, la cultura popular ha reafirmado nuestra falsa caricatura de los indios; el convertirlos en demonios los ha deshumanizado y, por añadidura, ha elevado a la categoría de héroes populares a asesinos de indios como Daniel Boone, Andrew Jackson y Kit Carson. Desde su nacimiento, Hollywood difamó a los indios en películas como El prófugo. 

John Wayne probablemente causó más daño a los indios que el general Custer en toda su vida, al proyectar la imagen estúpida de un blanco valiente que lucha en la frontera contra los salvajes ateos. Hollywood necesitaba malos, y los indios pasaron a ser la personificación del mal.” (11) Coretta parecía la mujer perfecta para el díscolo Martin, quien ya tarde vino a entender que en la búsqueda espiritual nunca se debe avanzar hacia una ilusión sino hacia sí mismo. Sus
estudios en Crozer y Boston lo llevaron a investigar la obra del nacionalista Mohandas Gandhi, Mahatma o alma grande, cuyas ideas se convirtieron en el centro de su propia filosofía de protesta pacífica: la satyagraha, en sánscrito verdad y firmeza o persuasión no violenta. Su interés por aquél surgió luego de asistir en 1950 a Howard University, para negros, en la que su presidente, Mordecay Johnson, quien había estado en India, en una charla explicó en detalle la obra del Mahatma y la forma como había mudado el principio de resistencia individual no violenta de Thoreau, tanto como la negativa a pagar impuestos a un Estado ladrón (Gran Bretaña) o a colaborar con un Estado que mantenía la esclavitud y  emprendía guerras injustificadas, v. gr., contra México; y quien reclamaba “no la ausencia de todo gobierno, sino, enseguida, uno mejor”, lo que desmitifica todo nexo peyorativo con el anarquismo; ser que, en fin, pensaba “el mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto”, lo que lo hacía deudor del Tao:

“Si el pueblo es difícil de gobernar es porque su superior interviene y actúa demasiado; de ahí vienen las dificultades del gobierno” (12). 

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Motivado por Mordecay, MLK se metió de cabeza a estudiar a Gandhi. Ya conocía La desobediencia civil de Thoreau, lo que condujo a la base de su ideología, que heredó del cristianismo, y de su acción no violenta, vía Gandhi. Lo que no le hacía gracia a su antípoda temporal MX, para quien el movimiento por los derechos civiles era un llamado cobarde a
la integración, fruto de una necesidad perversa del oprimido por unirse a sus opresores: 

“Me parece un crimen que alguien a quien están tratando con brutalidad, acepte esa brutalidad sin hacer nada para defenderse. Es posible que vean a esos negros que creen en la no violencia y que nos confundan con uno de ellos y nos ataquen pensando que pondremos la otra mejilla, pero los mataremos sin pensárnoslo dos veces”. (Frady: 177) Para él, era imposible dicha integración y decía, por ejemplo, que “la única cosa integrada que me gusta es el café con leche”, aunque también otras menos humorísticas y, por contraste, más graves y profundas, como se verá. Aquí, en dichas palabras, comienza a vislumbrarse la identidad entre el pensamiento de aquél y el de MLK que años más tarde tendrán cuando éste se radicalice frente al Establishment y en particular contra Vietnam, al plantearle, además, la Campaña del Pueblo Pobre: la que equivale a su muerte anticipada.

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En enero del 54, dio su primer sermón en la Iglesia Baptista de la Av. Dexter, Montgomery, y el siguiente en mayo; de ahí hasta septiembre predicó cada semana. Pese a su juventud, su verbo fácil y persuasivo, su fuerza expresiva le ganaron el respeto y el aprecio comunal. En la capital de AL alternaban, no convivían, 50 mil negros y 80 mil blancos: su relación, una de las peores del país. En tal caldo de cultivo para el separatismo conoció a su mejor aliado temporal en la lucha anti segregacionista: Ralph D. Abernathy (1926-1990), el principal pastor allí. Sin embargo, para decepción del propio King así como para los que ignoren el papel de su sucesor en la Southern Christian Leadership Conference (SCLC), y su escudero desde los días de Montgomery, tras la muerte de MLK fue retirándose “a na oscuridad desvaída que alcanzó el cénit de la ignominia”, según otros colaboradores y la mayoría de líderes negros, “al apoyar de forma oportunista la campaña presidencial de Reagan en 1980, después de lo cual fue rechazado categóricamente por su administración.” (Frady: 277) Como pensaba MX, una vez más el negro utilizando al blanco: algo claro también para King. Poco después de que Stokely Carmichael, primer presidente del Comité Coordinador de Estudiantes No Violentos (SNCC), retara su no violencia con gritos de ¡Black Power! y luego le confesara:

“Martin, decidí plantear ese problema durante la marcha [en Greenwood] para darle un foro nacional y obligarte así a tomar partido…”, éste le respondió al líder de las recién creadas Black Panthers, con una sonrisa entre afligida e indulgente: “No es la primera vez que me utilizan. Una más no importa.” (Íbid.: 244) De ahí que el mismo Carmichael asumiera una postura radical, lúcida, frente a los blancos: “Si intentas trabajar desde adentro te engañarán. La única forma en la que el negro puede ser eficaz es causando estragos desde afuera.” (Íbid.: 201). El dúo MLK/MX se acerca cada vez más, aun con la postura que hacia afuera los diferencia, pero que hacia adentro los identifica, con lo que se reitera que la diferencia es el más expedito camino a la igualdad.

Los comienzos del boicot 

El mismo año 54 el Tribunal Supremo prohibió la educación pública segregacionista vigente en muchos estados del Sur. En 1955 se pidió a MLK boicotear una compañía de transporte público en Montgomery, a raíz del arresto de Rosa Parks (1913-2005), negra costurera de 42 años, por no ceder su asiento a un blanco el 1°/dic de ese año (13). Durante
la protesta de 382 días, fue arrestado, agredido, encarcelado 12 veces, su casa destrozada y ultra amenazado. El boicot acabó en 1956 cuando se prohibió la secesión en los buses de la ciudad; lo que abría el camino para lo que sucedió años después y en múltiples puntos del país. El detonador para la conciencia política de los negros tenía nombre: Parks, King, MX, entre muchos otros borrados de la historia oficial. Cuando alguien preguntó si Parks habría
seguido consignas de la NAACP, MLK le salió al paso para disipar conjeturas: “Pero la acusación era totalmente injustificable como revelan los testimonios de la Sra. Parks y de los dirigentes de la NAACP. Realmente, nadie puede comprender la acción de la Sra. Parks, a menos que se dé cuenta de que, a la larga, la capacidad de aguante se agota y el ser humano no puede evitar exclamar: ‘No puedo sufrirlo por más tiempo’. La negativa de levantarse de la Sra. Parks fue una intrépida afirmación personal de que ya tenía bastante. Era una expresión individual de un sinfín de
anhelos de dignidad humana y libertad. No había sido ‘enviada’ allí por la NAACP o cualquier otra organización; ella se mantuvo allí por su sentido personal de dignidad y pundonor. Permaneció pegada a su asiento por las acumuladas indignidades de días pasados y por las inmensas aspiraciones de generaciones aún no nacidas. Era víctima a la vez de las fuerzas de la historia y de las fuerzas del destino. Había sido marcada por el Zeitgeist, el espíritu del tiempo.” (14) 

La lucha por los derechos civiles

En una visita a la India en 1955, MLK pudo desarrollar más claramente su comprensión del Satyagraha de Gandhi, que aquél había determinado usar como arma clave de protesta social. Al año siguiente dejó su tarea evangelizadora en Montgomery para ejercer con su padre en la Iglesia de Ebenezer, Atlanta, lo que le permitió participar más activa y
eficazmente en el liderazgo del próspero movimiento por los derechos civiles, que en ese momento sufría una transformación radical. En un principio centrado en la reconciliación, ahora pedía un cambio “por cualquier medio posible”, expresión parecida a la del radical Malcolm X quien reclamaba solucionar el problema del racismo y su postura separatista “por todos los medios que sean necesarios”, como de forma dialéctica siempre lo practicó. 

Poca gente en EE.UU entendió la filosofía que animaba la acción política de Gandhi y que podría resumirse con un ejemplo literario de otro pacifista, Camus: en El primer hombre, tras la pelea que, en apariencia, Cormery le gana a Muñoz, el narrador dice: “Y así supo que la guerra no es buena, porque vencer a un hombre es tan amargo como ser vencido por él.” (15) La devoción de King llegó al paroxismo cuando ya cansado sostuvo que podría retirarse y ayunar “hasta la muerte”, como hizo el líder indio 17 días antes de la suya, cuando N. V. Godse, le pegó tres tiros con una pistola Beretta calibre 38 y cuyo cómplice principal, se dice, fue Narayan Apté: ambos, tras largo juicio, fueron ahorcados en la cárcel de Ambala el 15/nov/1949. Un tercer conspirador, Savarkar, fue absuelto y liberado (16). 

Las diferencias ideológicas y jurisdiccionales entre la SCLC y otros grupos, Black Power, Black Panthers y Black Muslims, creado por MX cuando se separó de la Nación del Islam por choques con Elijah, fueron inevitables, por la acción solapada de la maquinaria blanca que divide para vencer y obtener rentas; pero, el prestigio de King aseguró que la no violencia siguiera siendo la clave de resistencia. En 1963 lideró una masiva campaña en Birmingham para lograr la inclusión en el censo de los votantes negros, acabar con la  segregación y lograr escuelas y viviendas dignas para los negros en el Sur. Fue arrestado 12 veces: ¿la razón? Para la Administración Kennedy, sus voceros los medios y la clase media, era visto como relativamente progresista, provocador y extremista (Frady: 141). A los pocos días de la batalla allí, iniciada el 2/may/63, cuando el jefe de policía y comisionado de la seguridad de la ciudad por 23 años, Eugene Bull Connor, echó sus pastores alemanes y mangueras de agua a los manifestantes, King dijo: “Cuando joven los perros me mordieron por nada. Así que no importa que me muerda un perro por defender la libertad.” 

Las protestas tuvieron un profuso impacto. Según datos oficiales, hubo 758 manifestaciones contra el racismo y 14.753 detenidos en 186 ciudades, en las diez semanas siguientes a lo de Birmingham (17). Pero en esas protestas no solo debió enfrentar a Connor: el gobernador de AL, George Wallace, segregacionista, demagogo exaltado y antagonista visceral, había hecho un trato con Connor para mandar a la policía estatal y, como en Colombia con el ESMAD, “aplastar rápidamente [violentamente, agrego] las manifestaciones” (Íbid: 144).

King dirigió la histórica Marcha a Washington el 28/ago/63, donde pronunció su discurso Tengo un sueño. Entre muchas cosas dijo, primero, algo relacionado con el integracionismo que, ahí sí, se distancia del pensamiento y, ante todo, de la acción de MX: “Siempre debemos llevar nuestra lucha por las elevadas esferas de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra reivindicación espiritual degenere en violencia física. Una y otra vez hemos de elevarnos hacia las esferas en que se une la fuerza física con la fuerza espiritual. La excepcional nueva militancia que ha revolucionado a la comunidad negra no ha de llevarnos a desconfiar de todo el pueblo blanco, puesto que muchos de nuestros hermanos blancos, tal como lo evidencia su presencia hoy aquí, se han dado cuenta de que su destino está atado al nuestro y de que su libertad se encuentra inextricablemente enlazada a la nuestra. No podemos caminar solos.” (18) 

Frente a esto, MX era no sólo muy radical sino bastante lúcido y objetivo, con respecto a la historia concreta, no ideal, y por eso hablaba tácitamente de separatismo:

“Mis bellos hermanos y hermanas, miren sus pieles. Para el hombre blanco, todos somos negros, pero en realidad somos de mil y un colores diferentes. Dense la vuelta, mírense los unos a los otros. Durante la esclavitud era muy poco habitual que nuestras abuelas negras consiguieran escapar del amo blanco violador. El amo violador castró al hombre negro con amenazas y miedos, hasta el punto de que aún hoy el negro tiene en su corazón miedo al hombre blanco. ¡Reflexionen sobre esto! Piensen en el esclavo negro temeroso, escuchando los gritos de su mujer, de su madre o de su hija mientras las violan en el granero, en la cocina o entre los arbustos, demasiado aterrorizado para reaccionar. Todos los blancos de [EE.UU], al mirar a un hombre negro a los ojos, deberían caer de rodillas y decir ‘Lo siento, lo siento, los míos han cometido el mayor crimen de la historia contra ustedes. ¿Me puedes dar la oportunidad de resarcirlo?’ ¿Pero alguno de ustedes, hermanos y hermanas, espera que el hombre blanco haga eso? No, no lo esperan. Saben lo que hay. Cada vez que vean a un blanco, piensen en lo que están viendo. Piensen en cómo fue sobre las espaldas sangrientas y sudorosas de sus ancestros esclavos que construyó su imperio el que hoy es uno de los países más ricos de la tierra, mientras que su maldad y avaricia le han llevado a ser odiado en todo el mundo.” (19)

En tal sentido, el del separatismo, un lustro antes de caer, en su discurso I Have a Dream del Lincoln Memorial, MLK dijo algo mucho más moderado que lo dicho por MX y aun así se percibe un dejo cómplice respecto a la insatisfacción del negro por el maltrato blanco: 

“Y a medida que vamos caminando, hemos de prometernos que continuaremos adelante. No podemos volver la vista atrás. Los hay que preguntan a los partidarios de derechos civiles: ‘Pero, ¿cuándo van a estar satisfechos?’ Nunca podremos sentirnos satisfechos mientras nuestros cuerpos, que cargan con la pesada fatiga del viaje, no encuentren reposo en los hoteles de caminos o ciudades. Nunca podremos sentirnos satisfechos mientras la movilidad básica del negro se reduzca a salir de un gueto pequeño para meterse en uno mayor. Nunca podremos sentirnos satisfechos mientras el negro de Mississippi no pueda votar y el negro de Nueva York crea que no tiene nada por lo que merezca la pena votar. No, no estamos satisfechos, y no lo estaremos hasta el momento en que la justicia fluya como el agua y la libertad como un caudaloso río.” (20) 

Y al final de su discurso cantó los versos del spiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! ¡Gracias, Dios Todopoderoso! ¡Somos libres al fin!”, esto es, las mismas palabras del epitafio en su tumba en el South View Cemetery, de Atlanta. Menos de un mes después del discurso, el 15/sept/63, el sueño de King se resquebrajó: 12 tacos de dinamita fueron puestos en el sótano de la Iglesia Baptista de la Calle 16 de Birmingham. A las 10:25 a. m., la pólvora explotó matando a cuatro niñas negras de once a 14 años, Denise McNair, Addie Mae Collins, Cynthia Wesley y Carole Robertson, e hiriendo a 20 personas más, en un acto organizado por racistas blancos, apoyados por las autoridades, en su afán por aterrorizar a los manifestantes pro derechos civiles que a esa hora colmaban la zona. El asesino, Thomas Blanton, quien apenas en 2000 vino a ser juzgado, en mayo/01 fue condenado a cadena perpetua y Bobby Cherry murió en la cárcel en 2004. En todo caso, “los cuatro asesinos no eran más que agentes al servicio de la estructura de poder racista que imperaba en el Sur.” (21). Aunque Hoover quiso desistir de las investigaciones, por cuanto las pruebas eran “circunstanciales”, un oficial disidente del FBI siguió adelante, junto a grupos de derechos civiles y a nuevas generaciones de fiscales, logrando, en 1977, la cadena perpetua para otro cómplice de Blanton, Robert Dynamite Bob Chambliss, quien murió en prisión en 1985. No contentos con el resultado, fueron por el resto de la banda: Herman Cash murió en 1994 sin ser procesado. Y Blanton, comenzó a purgar su pena, con 62 años, el 2/mayo/01 (22). 

El día posterior a la masacre, Coltrane acudió a la Iglesia de la Calle 16 y poco después escribió Alabama en respuesta a la agresión. Con su saxo imitó la cadencia del discurso leído por King en el funeral. A la mitad de la plegaria, en actitud reflexiva frente al sermón en el que aquél convirtió su dolor en tea de lucha contra el racismo, la batería pasa del delicado murmullo a la rabia suprema. Con tal crescendo quería significar el ascenso del movimiento por los derechos civiles. Alabama, dentro del jazz, expresa a la perfección sentimientos y emociones de la época. Tema grabado en NY el 18/nov/63, por un cuarteto a cuya cabeza estaba San John Coltrane, saxo tenor; McCoy Tyner, piano; Jimmy Garrison, contrabajo; y Elvin Jones, batería. Alabama contiene toda la emoción, la ternura, la furia de un músico, un artista, cuando se indigna por la afrenta a un menor, cuando se levanta contra una injusticia cometida en cualquier lugar de la Tierra, cuando comprende que pese a todo la única salida es seguir batallando por lo que se cree, hasta la victoria final.

El discurso de King despertó al Mov. por los Der. Civiles, las protestas allanaron el camino a una nueva legislación e influyeron positiva y masivamente en la actitud de blancos y negros. Una encuesta de la conservadora Newsweek, arrojó que el 80%, incluido un 60% de blancos sureños, “creía que los negros recibían un trato injusto y merecían tener derechos civiles” (23), lo que a su vez influyó sobre la música. Los blancos empezaron a identificarse y a elegir música negra, Soul Music, la de A. Franklin, O. Redding, W. Pickett, entre otros, y no de Ray Charles pues él no hacía parte de esa música que impulsó la Motown Rec. para “favorecer a la música negra”, cuando en realidad de forma disimulada explotaba a sus músicos: Ray, es el Rey del R&B: “La verdad es que el mío era otro mundo, y si alguna etiqueta se ajusta a lo que hago, es la del R&B” (24). La música de Trane, por su parte, reflejó el malestar de la época: y aunque muchas veces negó que fuera una declaración pública de rabia política (“si se identifica con rabia es que no se entiende”, JC), las palabras contradecían sus acciones: también lo homenajeó, justo, en Reverend King e hizo parte de actos del SNCC y de la SCLC, del mismo King. McCoy Tyner expresa esto de otra forma: 

“Para Coltrane, lo más importante era la música, no le importaba nada más. Era un hombre humilde. Seguramente creía de verdad que actuar en algunos conciertos para recoger dinero no era nada comparado con lo que King y los demás estaban haciendo en Birmingham.” (25)

Del álbum Cosmic Music, Reverend King, con Alice Coltrane, piano; Pharoah Sanders, saxo tenor y voz; Jimmy Garrison, contrabajo; y Rashied Ali, batería. Trane toca saxo tenor en la apertura del tema y clarinete bajo en su solo; y canta, con Sanders, el mantra budista om-mani-padme-om. 

Yasuhiro Fujioka recopiló y grabó todas las composiciones de Coltrane, en las que él tocó, y sus conciertos. Él confirma que éste actuó en un concierto para recaudar fondos para la SCLC en Chicago (15/feb/64) y en otro a favor de CORE en el Five Spot de Nueva York (19/abr/64), tocó en un acto de Freedom Ways o Caminos de Libertad con Max Roach, el baterista y líder de los Jazz Messengers, en el Village Gate (27/dic/64) y sacó tiempo para organizar cuatro talleres en centros comunitarios negros. La imagen se repite en 1961, 62, 63 y 65, aunque a Trane le interesara más la espiritualidad que la política. Pero, igual que Kafka, quien creía que el arte es para el artista una pena, a través de la cual se libera para una nueva pena, Coltrane interpretó e interiorizó el mundo que lo rodeaba ya sea de forma consciente o inconsciente. Birmingham sería el inicio de la toma de conciencia por los jazzmen y la partida de una fructífera eclosión musical, de la que poco se habla respecto a los derechos civiles por aquello de que es mejor (?) que el arte no se tiña de política, como si fuera posible, y que encarnó en figuras como Coltrane en Alabama y Reverend King; Sonny Rollins en el álbum Freedom Now; Ch. Mingus en la potente canción Fables of Faubus, con sus dardos sonoros al racista gobernador de Arkansas, Orval Faubus; Max Roach, tanto en Deeds Not Words (1958), un irónico llamado a los políticos, como en We Insist!, Freedom Now Suite! (1960), reiteración en la que canta Abbey Lincoln, su esposa de entonces; por último, la Reina del Soul, A. Franklin, en esa declaración que recoge el más caro anhelo de la comunidad negra: Algún día todos los hombres serán libres. Someday We’ll All Be Free, tema tomado de la b. s. o. de Malcolm X, de Spike Lee. 

La razón de incluir piezas de jazz no es casual ni gratuita, mucho más si de por medio está la figura cimera de un miembro de la comunidad negra como MLK. Además, en concepto del saxo, pianista, cantante y creador Archie Shepp (26), en la naturaleza del jazz está el aporte a la liberación de los pueblos y la paz, desde lo social y estético, su rechazo a la guerra y su hondo sentido político; en sus palabras debe leerse EE.UU en lugar de América: 

“El jazz es una de las aportaciones sociales y estéticas más significativas de América. Y muchos lo aceptan por lo que es: una aportación significativa, profunda, de América… Está en contra de la guerra, en contra de la del Vietnam; está a favor de Cuba; está a favor de la liberación de todos los pueblos. Esta es la naturaleza del jazz. No es necesario ir a buscar más lejos. ¿Por qué? Pues porque el jazz es una música nacida de la opresión, nacida de la servidumbre de mi pueblo.” (27) 

Birmingham también fue germen para las revueltas que tendrían su clímax en el verano/67, en 23 ciudades (Frady: 240), entre ellas Los Ángeles, Detroit, Chicago, Washington, NY. Un ejemplo de verdad incómoda basta citar, el informe sobre Detroit en Time el 4/ago:

“Durante el violento verano de 1967, Detroit se convirtió en escenario de los levantamientos más sangrientos del último medio siglo, y de los más costosos en términos de pérdidas materiales de la historia de EE.UU. Al final de la semana, se habían contabilizado 41 muertos, 347 heridos y 3.800 detenidos. Unas 5.000 personas se quedaron en la calle, mientras 1.300 edificios fueron reducidos a montones de ceniza y ladrillos y 2.700 negocios fueron saqueados. El cálculo de daños ascendía a 500 millones de dólares.” (28) 

El baterista de Trane, Rashied Ali, resume esta época de agitación, calor e inconformismo: 

“Los 60 fueron tiempos de experimentación. Teníamos todo el tema de los derechos civiles, estaba King, estaba Malcolm, estaban los Panteras Negras. Había mucha diversidad a la vez. La gente estaba exigiendo sus derechos y queriendo ser igual, ser libre. Y naturalmente, la música refleja todo ese periodo, todo ese tiempo influyó definitivamente sobre nuestra forma de interpretar. Creo que es ahí donde incorporamos formas realmente libres. Todo el mundo quería escapar de lo rígido, de lo que había antes; quería relacionarse con lo que estaba pasando. Y estoy seguro de que la música salió de todo eso.” (29) 

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En 1964, estando en el hospital de Atlanta con gripe viral, supo que había obtenido el Nobel de Paz; la envidia blanca en persona del director del FBI, J. E. Hoover (1935/72), brincó para denunciar ante sus súbditos la “farsa” que suponía que un “gato callejero” fuera así dignificado. Ya antes protestó por su visita a Pablo VI: “Me sorprende que el Papa conceda una audiencia a un degenerado como él.” (Frady: 204) No siempre las cosas están en lo visto, sino en quien ve. Y a ese degenerado, Hoover, no sin la ayuda del Fiscal y de su brother Prez, lo voyerizó/persiguió hasta la muerte, por sus devaneos sexuales y nexos con comunistas: estos, que jamás tuvo. Para la derecha, quien disienta es calumniado. La ficción aporta reveladores datos: el lector puede hallar cables de la época, con porquerías de Hoover sobre intimidades de King, en Seis de los grandes, de James Ellroy. Como los trucos iniciales le fallaron, atacó directamente, lo que es igual pero no éticamente. Cuando la campaña de Selma se encarrilaba, Coretta abrió un correo, dirigido a King, en la SCLC y rotulado “el paquete suicida del FBI”: una de las formas prístinas como actúan las democracias frente a quien no traga el diktat oficial. Un video y una carta anónima, en la que el cazador es cazado por su propio veneno, con el que pretende conmover, calumniar, disociar, sembrar cizaña, desprestigiar, incitar al suicidio, eufemismo por crimen represivo: 

“King, mira en tu corazón. Sabes que eres un traidor completo y un gran lastre para nosotros los negros, un imbécil disoluto y moralmente anormal. El público [gringo], las organizaciones eclesiásticas que han estado ayudando, sabrán quién eres en verdad. Sólo tienes un camino para acabar con todo. Será mejor que lo tomes antes de que tu yo mancillado y traidor sea expuesto ante la nación.” 

Para completar el show orquestado en las entrañas oficiales, cuando puso la cinta reconoció trozos de las obscenidades lujuriosas en cuartos de hotel junto a sus allegados: había confusos jadeos, gritos y otras expresiones, eso sí, de orden personal, no público. El humor, negro, de Coretta, iba en serio: “No pude sacar mucho en claro de todo aquello, era un galimatías”. Aunque “descifró lo bastante para hacer una llamada aturdida a su marido para que regresase a casa”. Cuando éste oyó la cinta se sacudió: “Están ahí para destrozarme”. (Frady: 214) Para eso ya habían estado los Kennedy con ocasión de Albany, que supuso una resonante derrota: asistidos por la prensa, le jugaron sucio al líder negro. El Fiscal, ante una delegación de derechos civiles en Washington y con el fin claro de que se difundiera la noticia, instigado por el presidente, señaló que su retadora presencia debía desaparecer antes de que el gobierno local se sentara a negociar con los líderes negros (Frady: 131). Sin superar el trauma de su primera reclusión en una cárcel sureña, fue arrestado a su llegada y transferido al pueblo de Americus, donde fue custodiado por el sheriff Fred Chappell, hosco, de mal humor y ojos saltones: “el hombre más mezquino del mundo”. Renunció a pagar fianza; muy rápido cambió: “No querría interponerme en ninguna negociación importante”. Tras cancelarse los mítines, regresó a Atlanta para esperar el fruto de los acuerdos; los responsables de Albany, no tardaron en desautorizar cualquier entendimiento: había sido burlado y la prensa refería una “derrota apabullante” y una “devastadora pérdida de prestigio”, a la que con sus oscuras maniobras los Kennedy habían contribuido.

Las mismas oscuras maniobras que ya habían hecho en Birmingham cuando con motivo de la detención de 2.500 manifestantes negros, Robert, de nuevo azuzado por John, empezó a buscar “discretamente” los 160 mil dólares necesarios para pagar las fianzas que, en lo fundamental, salieron “de las arcas de los principales sindicatos del país”. (Frady: 161) Por último, Hoover sacó de su amarga chistera el conejo de la acusación por comunismo contra King y de forma más precisa contra tres de sus colaboradores: Stanley Levison, Hunter Pitts O’Dell y Bayard Rustin. El periodista David Garrow, autor de la biografía Bearing the Cross (1986) o Soportando la cruz y redactor del Atlantic Monthly, señala: “La interminable crisis de Birmingham empujó a Hoover a filtrar a los medios la noticia de que subversivos comunistas estaban manipulando a King en Alabama” (Dallek: 622). 

Si los hechos descritos no constituyen terrorismo de Estado, acoso e intimidación, entonces que hable una vez más la ficción. James Baldwin en Sobre mi cabeza, sostiene algo revelador, de cara a estos tiempos de inquietud e ignominia y, claro, de amenazas terroristas y narcoterroristas, en lo que respecta a los orígenes del terrorismo y sus reales inspiradores: 

“Viajaba antes de la época de los controles electrónicos, antes de que surgieran los atracadores y los terroristas. De cuyo surgimiento los únicos culpables son quienes detentan el poder. Por ej., ¿quién ha realizado más atracos que Inglaterra? ¿Quién tiene mayor pericia en la utilización del terror que mi propio desventurado país? Sí, ya lo sé; pero, lo que sale retorna, lo que enviamos nos es devuelto. Un terrorista recibe ese nombre sólo porque no está avalado por el poder estatal; es terrorista porque no pertenece a ningún estado. El estado, cuando la suerte está echada, gobierna en el fondo por medio del terror legalizado, y es por eso que Franco gobernó tanto tiempo, es una verdad absoluta con respecto a lo que acontece ahora en Sudáfrica. Nadie llamó terrorista al difunto J. Edgar Hoover, aunque fuera exactamente eso, y si en este contexto alguien desea hablar de democracia o de ética, perdonen a este pobre negro por taparse la boca con la mano para disimular que se está riendo.” (30) 

Pero el acoso tras lo de Selma no paró ahí. Cuando el NYT le enrostró su esfuerzo por enturbiar el movimiento por los derechos civiles con la agitación antibelicista, al hacer en la Iglesia Riverside, NY, “imprudentes comparaciones de los métodos militares gringos con los de los nazis”, fue asaltado de nuevo por la paranoia difamante de Hoover, quien ahora lo acusaba de traición a la patria; en un informe privado, no dejó escapar la ocasión para exhortar a LBJ: “Dadas las recientes actividades de King y sus declaraciones públicas es obvio que es un instrumento en manos de fuerzas subversivas cuyo objeto es menoscabar a nuestra nación.” (Frady: 250) Por todo esto, incluso contra su buena voluntad, aunque aún se le guardara respeto, nuevos héroes lo estaban remplazando, por ej., Huey Newton, de los Black Panthers. Éstos tenían armas y creían y decían que el negro debía defenderse (31). A finales del 64, MX habló ante estudiantes negros de Mississippi que visitaban Harlem: 

“Conseguirán la libertad dejando saber al enemigo que harán cualquier cosa para lograr la libertad, entonces la conseguirán. Es la única manera de conseguirla. Cuando logren esa clase de actitud, los tacharán de negro loco o de loco morenito porque ellos no dicen Negro. O los llamarán extremistas o subversivos o sedicioso o rojos o radicales. Pero cuando lleven suficiente tiempo siendo radicales y cuando consigan que suficiente gente sea como ustedes, conseguirán su libertad.” (32) 

Para entonces, MLK comenzó a preocuparse por problemas hasta ahora no contemplados por la ley de derechos civiles: los que se originaban en la pobreza, no solo de los negros pobres sino de los blancos, así como de las minorías excluidas. En la primavera del 68 comenzó a hablar de modo diáfano, pese al consejo de líderes negros temerosos de perder amigos en Washington, contra la guerra de Vietnam. Así, al tiempo que asociaba la guerra a la pobreza, permitía inferir que el miedo inoculado entre la población, especialmente negra, era proporcional a los desafueros, al despilfarro y a la corrupción que rodeaba a la industria armamentística y, en particular, a la de los amos de la guerra. A los que por esa época les cantó el Nobel 2016, Bob Dylan, entonces simple aprendiz de Leadbelly, Woody Guthrie, Buddy Holly, Sonny Terry, Brownie McGhee, y de quien no puede ignorarse su tema Masters of War, diatriba contra violencia, armamentismo, guerra, industria militar, terror.

“Vengan, amos de la guerra/ Ustedes los que fabrican todas las armas/ los que fabrican aviones de muerte/ los que fabrican las grandes bombas/ los que se ocultan más allá de los muros/ más allá de los escritorios/ sólo quiero que sepan/ que puedo verlos a través de sus máscaras// Ustedes que nunca han hecho más que/ fabricar para destruir/ juegan con mi mundo/ ponen una pistola en mi mano/ y se ocultan de mi vista/ y se vuelven y escapan lejos/ cuando vuelan las rápidas balas// […] Ustedes no valen ni la sangre/ que corre por sus venas.” (Traducción: LCMS) 

En acuerdo tácito con la letra de Dylan, sin saberlo quizás, King se va contra la guerra, la pobreza de blancos/negros/minorías, para señalar una verdad de esas jamás aceptadas por los gobiernos, siempre sabidas por el pueblo: “Estamos gastando todo este dinero en muerte y destrucción y no el dinero suficiente en la vida y en el desarrollo constructivo.” (33) Como dice H. Zinn, “en 1976 un informe del Senado sobre el FBI, [muestra que] esta institución intentó ‘destruir al doctor MLK’.” Estaba frente a cuestiones duras: planeaba, sin la venia paternal kennedyana, la Campaña, para la que se requería una ayuda de 100 mil millones de dólares y él se conformaría con 30 mil. Corrió a apoyar una huelga de basureros en Memphis y allí, mientras fumaba su último cigarrillo, en el Motel Lorraine sufrió un ataque disfrazado del “loco que actuó solo”, J. E. Ray (34). Pero no fue así: luego, el NYT informó que el pastor Ronald D. Wilson contó que su padre H. C. Wilson fue quien asesinó a King: dijo que no por motivos racistas sino políticos pues lo creía comunista. (35) El 3/abr/68, un día antes de caer, dirigió sus últimas palabras al saxo Ben Branch, presente esa noche en reunión a la que iría. King le pidió tocar de la manera más hermosa su gospel preferido.

Con Presence of the Lord Winwood/Clapton encontraron “una manera de vivir”. A MLK le dieron una de morir (36). Como relata H. Zinn, su crimen causó nuevos disturbios en todo el país con 39 muertos, 35 de ellos negros. “Se amontonaban las evidencias de que incluso con todas las leyes de derechos civiles reconocidas los tribunales no iban a proteger a los negros de la violencia y la injusticia.” Dos ejemplos: en Jackson, MS, primavera del 70, la policía tiroteó por 28” el campus del Colegio Estatal para negros, usando escopetas, rifles y una ametralladora. 400 perdigones alcanzaron el dormitorio de las chicas y murieron dos. Un jurado local justificó el ataque y el juez del Tribunal del Distrito, Harold Cox (nombrado por JFK) declaró que los estudiantes que tomaban parte en disturbios no debían sorprenderse si eran heridos o asesinados. En abril, un policía mató a un negro desarmado, paciente de un ala del Boston City Hospital. Hizo fuego cinco veces luego de que el negro lo golpeara con una toalla. El juez principal del tribunal local exculpó al policía. (37) 

“Esperar ha significado casi siempre nunca”

Cuando King se radicaliza frente a Vietnam y decide dirigir la Campaña del Pueblo Pobre aumenta la opción de una muerte violenta. La guerra en el país asiático, para él más que un hecho brutal era represión colonialista de la super potencia blanca en perjuicio de un pueblo de color, amarillo, no de distinta raza. Otro ejemplo del arte ilustra esta idea: en Full Metal Jacket (bala del M-14), de Kubrick, la primera víctima en su afán por acabar al pelotón enemigo, una solitaria/valiente vietnamita, es Bola Ocho, quien al caer como carne de cañón gime con ironía pero no sin humor: “Pon al negrillo tras el gatillo”. De los 500 mil desertores de Vietnam, imperdonablemente imperdonados, la mayoría era negra. La guerra era ante todo enemiga de los negros, más que por lo dicho porque absorbía recursos, voluntad y energía que podrían servir para erradicar la pobreza: pobreza, de los negros. Que lejos de colaborar, la combatirían por todas las vías, incluyendo la resistencia al reclutamiento: o la objeción de conciencia que puso a su Gobierno el campeón pesado Muhammad Ali, ex Cassius Clay, cuando en 1964 le quitaron el título por no ir a Vietnam, para él “una guerra del hombre blanco”. En 1967, King habló en Riverside, NY: 

“Esta locura debe cesar de alguna manera. Debemos parar ahora. Hablo como un hijo del Señor y hermano de los pobres que sufren en Vietnam. Hablo por aquéllos cuyas tierras están siendo devastadas, cuyas casas están siendo destruidas, cuya cultura está siendo aniquilada. Hablo por los pobres de EE.UU que están pagando el doble precio de las esperanzas destruidas en casa y la muerte y la corrupción en Vietnam. Hablo como ciudadano del mundo, por el mundo que contempla horrorizado el camino que hemos tomado. Hablo como un estadounidense a los líderes de mi propia nación. La gran iniciativa en esta guerra es nuestra. La iniciativa para detenerla debe ser nuestra.” (38) 

El paso de la masa negra a la oposición se volvió el mayor temor para el guerrerista texano y dueño del 20% de acciones de Helicópteros Bell: en Dallas, su principal reducto de votantes, fue asesinado, curioso, su Prez; LBJ era co-dueño de la empresa citada que se oponía a la decisión de JFK de retirar mil oficiales de Vietnam y acabar la guerra. Aparte de un problema para Johnson, en tanto sus intereses estaban en Vietnam, Laos, Francia, Alemania, América Latina (Cuba), la Campaña representaba un reto para la voluntad y una inversión para el fisco. Según cálculos de James Reston, cercano a King, sólo para eliminar los barrios negros, los más pobres de NY se requerían 17 mil millones de dólares (39). Una cifra no inferior a los 100 mil millones costaría de manera tentativa la guerra a la pobreza: King, bajo el lema ¡Arrepiéntete, EE.UU!, exigiría 30 mil millones de inversión federal para acabarla, lograr pleno empleo, garantizar ingresos mínimos anuales y construir 300 mil viviendas de protección oficial cada año. Se trataba de extirpar en una “nación enferma y neurótica, al menos cierta parte de su enfermedad” y en esa ocasión, “irían por todas”.

King fue asesinado, pero no por Ray sino por Wilson. Sus restos reposan en el cementerio de la Iglesia Baptista Ebenezer, parte del Centro para el Cambio Social No Violento MLK, de Atlanta, en el que se guardan sus escritos, entre ellos Marcha hacia la libertad (1958), sobre el boicot de buses en Montgomery y Por qué no podemos esperar (1964), sobre el Mov. de Der. Civiles. Muchos de los supuestos otros libros no son suyos y de ello hay no pocos testigos, señala M. Frady. En el lugar que Wilson le disparó con un fusil Remington de mira telescópica desde el cuarto 5B de una pensión situada frente al Motel Lorraine, en su homenaje, hacia 1991 se construyó el Museo Nal. de los Der. Civ. Muchos años antes, el 19/sept/58, se disponía a firmar ejemplares de Marcha hacia la libertad en los almacenes Blumstein, de Harlem. Entonces ocurrió algo que recuerda que, en asuntos de política, el enemigo casi siempre está adentro: o lo ponen allí desde afuera para que parezca que… lo que no excluye al externo, claro: de repente, la negra enferma mental Izola Curry, se acercó al líder y le clavó un bisturí en el tórax: “King no permitió que nadie lo tocara y permaneció absolutamente inmóvil. Esto le salvó la vida puesto que el arma rozaba la aorta.” (40) Así, hubiera podido decir: “Contra nosotros [los negros] está la ley con su inmensa fuerza y poder” como Joan Báez en su Balada de Sacco y Vanzetti, sobre los dos inmigrantes que en 1920 fueron acusados de comunistas, siendo anarquistas, y quemados en la silla eléctrica, en 1927, por un crimen y un robo de los que estaban tan ausentes como distantes (41).

Lo invitamos a escuchar: Yo confieso- Capítulo 1 (Hágase tu voluntad) - Audionovela

El 3/abr/68, bajo gran tensión, en el Mason Temple reiteró su fatal premonición: “He estado en la cima de una montaña y he visto la Tierra Prometida”, una alusión más respecto a que su fin estaba cerca. Hoy, la única Tierra Prometida para los negros es la de la muerte. En la ciudad donde murió Elvis Presley (42), el 4/abr fue asesinado por un demente, como dice la historia oficial. James E. Ray, preso blanco, escapado de la cárcel, fue arrestado por el crimen, declarado culpable y en 1969 condenado a 99 años. En abril de 1998, a petición de la viuda, Coretta, y de sus hijos, Clinton instó a la Fiscal General Janet Reno, a reabrir el caso. Poco después, falleció Ray. El 8/dic/99, un jurado popular determinó que hubo una conspiración y no un asesino/solitario/demente. Así, debió esperar 31 años para que se acercara la justicia pues hasta 2002 surgió el nombre de H. C. Wilson, quien ahora figura como nuevo victimario. MLK sabía por qué esperar era igual a imposible para los negros:

“Esperar casi siempre significa nunca. Cuando tengan ustedes que luchar eternamente contra una agotadora sensación de inexistencia entonces comprenderán por qué nos resulta tan difícil esperar.” (Dallek: 623) 

He ahí una síntesis de la experiencia negra frente al abuso del blanco, a su perversa actitud de invisibilizarla, a la desmoralizante prueba de tener que esperar sin obtener respuesta. Esa sensación no proviene sino de la penosa categoría de hombres invisibles que la sociedad blanca les ha aplicado históricamente y en la que se incluye, obvio, a los blancos moderados. De quienes King tenía un singular concepto dados su paternalismo, su complicidad con el statu quo, su prepotente/detestable impresión de superioridad, su mayor devoción por el orden, la palabra preferida en el diccionario de la tiranía; y su menor interés por la justicia, que debe ser también social si se busca una sociedad equitativa: 

“Casi he llegado a la lamentable conclusión de que el mayor escollo que encuentran los negros en su camino hacia la libertad no es el miembro de los White Citizens ni el del Ku-Klux-Klan, sino el blanco moderado, más devoto del orden que de la justicia, que dice constantemente: ‘Estoy de acuerdo contigo en el objetivo que persigues, pero no estoy de acuerdo con tus métodos de acción directa’, y que cree, con su característico paternalismo, que puede elaborar el calendario para la libertad de los demás hombres.” (Dallek: 623)

El concepto sobre los blancos moderados, King lo extendía a los negros, empezando por el Black Power, al que le reprochaba un nihilismo de cuño ultra negativo, a la vez que planteaba la necesidad de encontrar una síntesis para satisfacer a militantes y a seguidores moderados de ambos lados: pese a que criticó sin parar al Poder Negro como “una filosofía nihilista nacida de la convicción de que el negro no puede ganar”, dijo a un periodista: 

“En algún lugar tiene que haber una síntesis. Tengo que ser lo bastante militante para satisfacer al militante y, sin embargo, tengo que imponer suficiente disciplina en el movimiento para satisfacer a los seguidores blancos y negros moderados.” Lo que decía pensando en el papel que quizás le quedaba en el cisma racial del país: el de mediador, porque, “en su búsqueda de los cambios profundos que una integración completa implica, los negros necesitan el apoyo continuo de la mayoría blanca.” (Frady: 245)

Contra la opinión de King, iría MX para recordar que el blanco jamás se hincará ante el negro para disculparse por el mayor crimen en su contra, ni buscará resarcirlo. Basta pensar en cómo sobre las espaldas sangrientas del esclavo el blanco hizo su imperio en el que ya no es el más rico país de la Tierra, sino el de mayor deuda externa y el más grande parásito, que no manufactura y vive de tráfico de drogas, pornografía, producción y venta de armas y de la guerra como primer renglón económico con su saldo de piltrafas humanas, niñas y niños violados, violencia y destrucción, manicomios y cementerios, huérfanos y viudas: las que entran a engrosar el ejército inerme de la prostitución, el desamparo y la inseguridad social planetaria; a la que para completar la faena se suma el complejo militar/industrial carcelario, ya instalado en Brasil, v. gr., por vía del golpista Temer, del que habla Angela Davis. Esto dijo ella en sept/16 sobre la cultura como forma de sacudirse frente al hombre ahíto de mercancías, para poder ser libre de las cortapisas que la privatización le impone:

“Lo que el reino del capitalismo ha sofocado completamente es nuestra capacidad colectiva de imaginar una vida que no esté repleta de mercancías. Es por esta razón que necesitamos el arte, la literatura, la música y otras prácticas culturales, para educar nuestra imaginación de manera que consiga liberarse de las restricciones impuestas por la privatización.” (43)

Antes de ir con la idea de la muerte como redención, en MLK, no podría omitir citar a uno de los hombres que en Colombia mejor entendió el lío de las restricciones impuestas por esa espuria sociedad de mercado y los problemas nacionales como el del hambre, esa partera natural de la violencia; la Salud Pública, un bien en sí mismo para todo ser; la educación, vía expedita al saber y de ahí a poder enseñar, que antes es aprender del Otro. Para no seguir lamentando la violencia que nos abruma y que, pensamos, podría acabar con el cese parcial de la guerra firmado en La Habana, hay que considerar a Héctor Abad G. en su Manual de tolerancia (44): “Porque no es matando guerrilleros, o policías, o soldados, como parecen creer algunos, como vamos a salvar a Colombia. Es matando el hambre, la pobreza, la ignorancia, el fanatismo político e ideológico, como se puede mejorar este país”. El símil con MLK y su afán por mejorar a EE.UU es claro. La voz clave, en ambos casos, tolerancia. La que H. Abad G. definía así: “La tolerancia —el festejo de la diversidad de opiniones, creencias y maneras de habitar el mundo— nace de una certidumbre de profunda sabiduría: la de reconocer con modestia la posibilidad de equivocarse”.   

La muerte como redención

El delirio del hombre invisible en busca de ser aceptado por la sociedad blanca y parte del american dream, más bien pesadilla gringa, podría ser la de King, MX, Parks, Meredith, Chaney, Newton, Cleaver, Evers, respecto a un medio excluyente (45). Su actitud por mostrarse distante, altivo, podría representar el disfraz del que otrora engañó a su amo y al blanco en general: ardid para sobrevivir y que responde a lo que J. Lee Greene llamó en la narrativa afroamericana la “estrategia de la máscara” (46). En su afán por engañar sin querer y querer sobrevivir, King debió ponerse tantas máscaras que terminó destruyendo lo único que le aseguraría seguir vivo: su condición de negro no blanqueado; al que Ellington transformó en Black, Brown & Beige, antes que Mailer en El negro/blanco. Estado al que nunca renunció MX y del que también se enorgullecía King cuando emprendió la lucha por la justicia social. Al final, poco importó que El-Hajj Malik El-Shabazz, proviniera de los bajos fondos, respondiera a “la creación más peligrosa para cualquier sociedad, la del hombre que no tiene nada que perder”. (Frady: 177) King, salido de un ámbito solvente, terminó encarnando para el Establishment igual peligro al de su ya homólogo militante: 

“Como David Halberstam observó, la derrota en Chicago llevó a King ‘más cerca de Malcolm X de lo que nadie habría podido predecir cinco años atrás, a la vez que lo alejó mucho de algunos de sus partidarios más tradicionales’.” (Frady: 240) Lo mismo dirá James Baldwin, como se puede comprobar en el documental I Am Not Your Negro (2017), de Raoul Peck; y Miles Davis, en su autobiografía: “King era algo así como el santo de América [léase, EE.UU] y los blancos lo mataron porque les asustó que cambiara su mensaje, que pasara de hablar solo a los negros a hacerlo en general sobre la guerra del Vietnam y la clase obrera y muchos temas conflictivos. Cuando murió estaba hablando a todo el mundo; a los poderes que controlan el país no les gustó. Si hubiera seguido hablando únicamente a los negros, la cosa habría sido tolerable, pero hizo lo mismo que Malcolm [X] cuando volvió de la Meca, razón por la cual lo mataron a él también. Estoy seguro”. Davis, Miles y Troupe, Quincy. MILES, Autobiografía, Ediciones B, Primer Plano, Barcelona, 431 pp.: 293.

Así, aunque MX hubiera pensado que MLK era “un traidor para el pueblo negro”, c. 1967 la frase resulta arbitraria: no puede ser traidor quien muere por su pueblo o actúa a nombre suyo para erradicar la injusticia, el racismo, la intolerancia. Y por eso, no murió en vano; su obra fue un premio al esfuerzo por querer mejorar una nación enferma. Así, asumió la muerte como posibilidad de redención, no viendo en ello un sino trágico trazado por el blanco o un incierto designio divino; sin cejar jamás por cambiar las condiciones del pueblo pobre y excluido: negro, hispano, oriental, judío, homosexual. Osadía que el Gobierno y la sociedad blanca y, más allá, el Sistema no podían permitirle, perdonarle. En discurso postrero en Ebenezer, declaró que sólo esperaba dijesen de él: “MLK Jr. trató de dar su vida al servicio de los demás. Quiero que ese día alguien diga que MLK trató de amar a alguien, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, amar y servir a la humanidad.” (47) Y en 1967, en la iglesia Riverside, de NY, se vio obligado a recordar sobre Vietnam: 

“Nuestras almas y lealtades son más amplias y van más allá del nacionalismo. Sé que jamás podría volver a alzar la voz contra la violencia de los oprimidos en los guetos sin haberme dirigido primero de forma clara al máximo inductor de violencia en el mundo actual: mi propio gobierno. […] La guerra en Vietnam no es más que un síntoma de una enfermedad mucho más arraigada en el espíritu estadounidense”, [con implicaciones calamitosas para el futuro del país]. Si queremos estar del lado justo en la revolución mundial, debemos, como nación, someter nuestros valores a una revolución radical. Tenemos que pasar sin dilación de una sociedad orientada a las cosas a otra orientada a las personas.” (Frady: 248) 

¿Sueño inacabado, labor incumplida, esperanza insatisfecha? Alguna vez pensé la respuesta la tendría Obama, al ser ungido primer presidente negro de la historia gringa; antes de su reelección, ya el tecnócrata era una simple ficha de los dueños del dinero: el sueño de King, terminó con Obama en Nightmare, parodia, caricatura, de aquel otro sueño con el que expresó su anhelo más sentido de democracia real, no de papel como la de Obama: el gerente del patrón dólar-dólar, flamante Nobel de Paz 2009, en solo 2016 soltó 26.172 bombas en siete de los 52 países que EE.UU ha invadido entre 1945 y 2017: Siria, Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Somalia y Pakistán; sin hablar de los 18 más que desde su creación saqueó con la rodilla en tierra del resto del mundo; no solo una pena sino un guiño a la mala fe de los bienpensantes a los que les llegan tarde las news o no desean oírlas (48). Su otro anhelo era el de un pueblo con justicia, libertad y cultura, sin mengua de la dignidad/individualidad, no del individualismo que junto a la competencia y al éxito tanto pregona el capitalismo. Su postura frente a la democracia coincide con la de Gaitán (49): una basada en el constituyente primario, de ahí: “El pueblo es superior a sus dirigentes”; y con la de Gandhi, quien pensaba que en ella la gente no va adonde apunta Vicente ni Carlos ni Mancuso, ni su ex jefe, aliado y hoy enemigo, Uribe: 

Si le interesa, lo invitamos a leer: Veo a Jean-Luc Godard (Diario de la peste, del escritor Gonçalo Tavares)

“¿De qué le sirve al hombre dominar todo el mundo y perder su alma? A niveles modernos rebaja la dignidad humana el perder la propia individualidad para convertirse en una simple ruedecilla del engranaje. Quiero que cada individuo se convierta en un miembro de la sociedad perfectamente desarrollado y pletórico de vida. […] Ninguna sociedad puede construirse sobre la base de la negación de la libertad individual. Es absolutamente contrario a la propia naturaleza del hombre. Al igual que a ningún hombre puede crecerle cuernos o rabo, tampoco puede existir como hombre si carece de mente propia. [Por tanto] la democracia no es un estado en el que la gente actúa como un rebaño. […] Debemos aprender a establecer un vínculo entre libertad individual y freno social.” (50) 

Louis Fischer, biógrafo de Gandhi, al recoger el pensamiento del hombre menudo que hizo temblar al imperialismo europeo, así como King al estadounidense, dice que tal vínculo: 

“Puede lograrse mediante la autodisciplina. Si el individuo no se impone a sí mismo la disciplina, el Estado tratará de hacerlo por él, y un exceso de disciplina oficial acaba con la democracia.” (51)

Y ese exceso de disciplina oficial cundía no sólo en tiempos de Kennedy, LBJ, Nixon, sino que va desde el neoliberal Reagan y de ahí a Bush I y II, Obama hasta el plutócrata Hitler Trump, ése híbrido entre la abstracción/especulación financiera y la economía real, que ha sido sacrificada en el altar del dólar (52); pasando por el inspirador del auto-tumbe de las Torres Gemelas y su émulo suramericano víctima del síndrome del capataz, del que en su época hacía gala el forzado sucesor del Rey de Camelot (53). A King se le pueden aplicar las mismas palabras que de Gandhi vivo dijo el poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941): 

“Acaso no logre el éxito. Acaso fracase como fracasó Buda y como fracasó Cristo [en caso de que hayan existido] en apartar al hombre de sus inequidades. Pero siempre se le recordará como aquél que hizo de su vida una lección para todos los tiempos por venir.” (54)

Epílogo: el capitalismo o el lucro sin trabajar

El destino de MLK nunca fue un lugar sino una forma singular de ver las cosas: que esa diferencia no la hayan sabido apreciar los demás, en especial sus verdugos, no quiere decir que sea su problema o que se trate de un sueño irrealizado, de una labor fallida, de una esperanza insatisfecha: el problema es de quienes ignoran que la diferencia es el mejor camino a la igualdad y que para eso se necesita tolerancia, paciencia y ética por honestidad. Sabiendo que todo está conectado y siendo uno parte del mundo, MLK tal vez ignoró muchos años, que cualquier cambio personal/interno hace progresar al mundo: el yo verdadero, el que la persona es, tiene la paz del silencio, la calma del vacío y conserva la ecuanimidad, la paciencia y la sobriedad sin dejarse irritar por la estulticia. Por la de tanto Hitler que a diario surge en el lóbrego panorama vital: al que hay que derribar, bajarlo a la tierra algún día, como cantaba el gran bluesman Huddie Leadbelly Leadbetter (55).

Si le interesa, lo invitamos a leer: Postales desde casa (Tintas en la crisis)

Pero, dado que los verdugos nunca duermen y los hombres duros no bailan, el yo auténtico del ser tiene también la tranquilidad del sepulcro, el lugar postrero de quienes luchan por el bienestar de la Humanidad, el de los justos ajusticiados, cuya sangre, aun así, jamás corre en vano porque al cabo es el alimento medular y venerado de las futuras generaciones, los que no cesan en su empeño de que los hombres tengan una segunda oportunidad tras más de 2.000 años de explotación/violencia/muerte, y así puedan bajar mansamente a su territorio del recuerdo (56). Para que eso sea posible, como buscaba MLK, hay que criticar el juego de las instituciones, crear la visión de una sociedad menos injusta, ver con claridad la naturaleza de poder y opresión, represión y miedo, terror y destrucción que sin queja de nadie, o de muy pocos, muestra la sociedad capitalista hoy. Engels: “En el capitalismo, los que trabajan no se lucran y los que se lucran no trabajan.” MLK y MX intentaron voltear la sentencia y por eso el Estado les dijo kaputt, “están muertos”, para el deleite mudo/mierda e hipócrita de los amos de la guerra, los nunca saciados devoradores de carroña. Frente a esto, quizás sirva de consuelo que MX y MLK jamás guardaron silencio sobre las cosas que verdaderamente importan y que sus vidas no cesaron de germinar el día que los asesinaron.

Dedicado a mis hijos Santiago & Valentina, por aceptar a su padre con todas sus fisuras y por hacerme  notar que creo en lo que digo y hago, aunque a veces exagere.

A Guillermo González U. porque pese a su esfuerzo, al retractarse de publicarlo en su revista luego de que lo había aceptado, no pudo impedir que este número, jejeje, saliera a la luz.

Y a Sean Martin Cranley, por creer en mis sueños de una sociedad mejor para todos y por entender, antes que mis connacionales, el inconformismo que me habita, reflejado, no por joder, en todo lo que escribo y hago.  

Notas:

(1) Además, los ha habido, y no pocos, injustos, arbitrarios e incluso ofensivos, como los de Kissinger (1973), compartido con el vietnamita Le Duc Tho, quien lo rechazó; Beguín (1978), ex aequo con el egipcio Al-Sadat, y sus hordas sionistas que nunca respetaron los acuerdos de Camp David; Gorbachov (1990), responsable de la masacre de Minsk, donde cayeron miles de bielorrusos; Arafat, Rabin, Peres (1994), injusto en especial por los dos últimos, vinculados al Shabak y al Mossad, que pasaron a la historia como pacifistas pero son pacificadores, al estilo Morillo o Uribe; Carter (2002), cacahuetes’ king, por “promover la democracia y los DD.HH” y “el desarrollo económico y social”; Obama (2009), quien durante 2016 lanzó más de 26 mil bombas en siete países y Santos (2016), quien convocó al pueblo a un innecesario referendo y, además, no hizo ningún Acuerdo sino un cese parcial de la guerra, con más de 200 líderes asesinados hasta feb/18: dos lobos que pasan por ovejas, pero que son unos cabros grandes: gracias al sistema financiero, el primero; al sistema petrolero, bancario, empresarial y, cómo no, al apoyo paramilitar, el segundo. Responsable, además, junto a su jefe Uribe, de las miles de ejecuciones extrajudiciales como Min Defensa (2006-2009) y por las cuales hasta ahora ninguno de los altos mandos responde. 

https://www.youtube.com/watch?v=BBSqvzU3GsA We Shall Overcome (subtitulado español)

http://cambio.bo/?q=node/19994 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=222754    

(2) Quien nació Malcolm Little, apellido que consideró esclavista y que luego cambió por X, como símbolo de anonimia, para más tarde pasar a llamarse El-Hajj Malik El-Shabazz, cuando se hizo musulmán. Otro líder víctima de las implacables matemáticas del crimen oficial/clandestino gringo, asesinado, como Patrice Lumumba, el Che Guevara, Martin Luther King, antes de cumplir 40 años. 

(3) Como en los casos de JFK, Malcolm X, Bobby Kennedy, Marilyn Monroe, amante de ambos miembros del clan del tráfico de alcohol que en la década de 1930 lideraba su abuelo Patrick J. Kennedy. En el primer caso, basta revisar el libro Teoría de la conspiración. Deconstruyendo un magnicidio. Dallas 22/11/63, de Javier García S. para comprobar que las teorías de la Comisión Warren jamás pasaron de ahí, o el artículo en el que afirma que “A Kennedy lo mató la mafia bajo la supervisión de la CIA, y el FBI lo sabía semanas antes.” https://actualidad.rt.com/actualidad/239946-kennedy-mato-mafia-supervision-cia-eeuu. En el segundo, basta conocer la persecución postrera del FBI, recopilada en más de 2.200 páginas de documentos y cartas, cuyo pdf es: http://web.archive.org/web/20040627105744/http://foia.fbi.gov/malcolmx/malcolmx1.pdf; a Louis Farrakhan, quien acusó a Malcolm X de traidor y dejó escrito que “ése hombre se merece la muerte”; o ver Malcolm X (1992) de Spike Lee, en el que no es claro que el crimen sea resultado de unos traidores a su causa ni a la del movimiento musulmán. En el tercero, basta conocer los nexos de Robert Kennedy, Fiscal General, con la mafia y, en particular, con Sam Giancana o con el sindicato de Transportes, liderado por el hasta hoy desaparecido Jimmy Hoffa. En el cuarto, haber leído el único libro que hasta ahora habla de homicidio: Marilyn Monroe – Investigación de un asesinato (Emecé), del guionista gringo Donald Wolfe. Hecho que los distintos gobiernos, la Industria Cultural hegemónica gringa y el mundo del cine han callado durante 55 años.

(4) Como queda claro en el filme/biopic Lumumba (2000), del haitiano Raoul Peck.

https://www.youtube.com/watch?v=fcYIpTQaHFM  

(5) Hess, Henner. Mafia. Akal, Madrid, 1976, 235 pp.: “Como crímenes represivos quisiera designar aquellos que se cometen para la preservación, fortalecimiento, sobre todo, defensa de posiciones privilegiadas, en particular las de poder y propiedad.” (p. 9) “[…] el crimen represivo va desde la represión política ilegal hasta el crimen económico, desde la lucha guerrillera y el robo hasta hechos que, como el crimen sexual, solo suponen una rebelión muy mediatizada contra coacciones estructurales que estabilizan la distribución existente de los privilegios.” (p. 11)

(6) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223056  

(7) Martin Luther King – Un sueño de igualdad. Diario Público, 2010, 171 pp.: 163.

(8)  El ataque a Pearl Harbor en los Juicios de Tokio fue considerado un crimen de guerra: ¿por qué los de EE.UU jamás son juzgados como tales? https://disenso.wordpress.com/2013/09/17/estados-unidos-ha-invadido-70-paises/ 

(9) Clayton, Peter y Gammond, Peter. El Jazz A-Z, Taurus, Madrid, 1990, 317 pp.: 251.

(10) Frady: p. 42. En Forjadores… Tomo 4, p. 360, se dice, en cambio: “Quisiera volver a verla; dígame cuándo.” 

(11) Brando, M., con R. Lindsey. Las canciones que mi madre me enseñó, Anagrama, Barcelona, 2000, 465 pp.: 384. 

(12) Lao-Tsé. Tao Te Ching, Ediciones Orbis, Bs. Aires, 1984, 144 pp.: 141.

(13)https://elpais.com/diario/2005/10/26/agenda/1130277608_850215.html?id_externo_rsoc=FB_CM&fbclid=IwAR36tqat_wmzOpA7n7_LwUIlWOd2pOrXfnjziBxqHAGUt2UeVUZAECNh4Y0  

(14) M. L. King – Un sueño de igualdad, 2010: p. 10. 

(15) Camus, Albert. El primer hombre, Tusquets, Barcelona, 5ª edición, 1995, 299 pp.: 135.

(16) En su defensa ante la Corte, Godse, tratando de justificar por qué tuvo que matar a Gandhi, dijo: “No tengo ninguna mala voluntad con nadie individualmente, pero sí digo que no tenía ningún respeto por el gobierno actual debido a su política, que era injustamente favorable a los musulmanes. Pero al mismo tiempo pude ver claramente que la política se debía totalmente a la presencia de Gandhi.” 

http://www.vijayvaani.com/ArticleDisplay.aspx?aid=365 

(17) Smith, Martin. John Coltrane – Jazz, racismo y resistencia. Retratos del Viejo Topo, 2004, 143 pp.: 86.

(18) M. L. King – Un sueño de igualdad, 2010: p. 159.

(19) Revista El viejo topo, N° 208, julio/2005, pp. 14 y 15.

(20) M. L. King – Un sueño de igualdad, 2010: pp. 159-160.

(21) http://keikai.blogspot.com.co/2007/09/cuatro-nias-de-birmingham.html 

(22) http://elpais.com/diario/2001/05/03/ultima/988840801_850215.html 

(23) Smith, 2004: pp. 86-87.

(24) Charles, Ray y Ritz, David. Brother Ray – La autobiografía de Ray Charles. Global Rhythm Press, Barcelona, 361 pp.: “Me he dedicado a experimentar del mismo modo que los negros en general lo llevan haciendo desde hace años: tocando el blues con diferentes ritmos. En este estilo hay que cantar desde el corazón. Más tarde se le llamó soul, pero los nombres no importan. Es la misma mezcla de gospel y blues, quizá con alguna melodía dulce para rematar la mezcla. Un tipo de música en el que los sentimientos no se pueden fingir.” (p. 189).

(25) Smith, 2004: pp. 88-89.

(26) Archie Shepp nació en Fort Lauderdale, Florida, el 24/mayo/1937.

(27) Archie Shepp en Down Best Music’ 66, Chicago, 1965: Philip Carles y Jean-Louis Comolli, en Free-Jazz/Black Power, Anagrama, Barcelona, 1973, p. 19.   

(28) Smith, 2004: p. 106. 

(29) Shipton, Alyn (2001), A New History in Jazz, Continuum: p. 798: en Smith, 2004: p. 103. 

(30) Baldwin, James. Sobre mi cabeza, Bruguera, Barcelona, 1982, 590 pp.: 348.

(31) Lo mismo que sostenían Stokely Carmichael y Malcolm X, también víctimas del racismo de la época, como el que se vio entre 1963/66 y entre 1967/75 en EE.UU tal como lo muestra este documental del sueco Göran Hugo Olsson sobre el Black Power y los Black Panthers. https://archive.org/details/11e471c6bc.480#

(32) Zinn, Howard (2004). La otra historia de Estados Unidos – Desde 1492 hasta el presente: pdf 512 pp.: 348. 

(33) Íbidem: p. 349.

(34) Igual ocurriría en 1980, con el loco Mark Chapman, lector de Salinger y de El guardián entre el centeno que asesinó, a quemarropa, a un inmigrante más que también iba, como King, contra Vietnam: John Lennon. Después se supo que era un ex veterano y que si no se arrepintió al comienzo, lo hizo en ago/2010, ante la Junta de Libertad Condicional que negó su excarcelación: “Siento que ahora, a los 55, tengo una mayor comprensión de lo que es una vida humana, he cambiado mucho. Estoy avergonzado. […] Lamento lo que hice.” Fuente: Wikipedia.

(35) Dana Canedy, 5/abr/02. http://www.nytimes.com/2002/04/05/us/a-minister-says-his-father-now-dead-killed-dr-king.html?rref=collection%2Ftimestopic%2FRay%2C%20James%20Earl&action=click&contentCollection=timestopics&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=6&pgtype=collection 

(36) Sirva esto de homenaje a Eric Clapton, hoy en silla de ruedas por neuropatía periférica, insuficiencia de los nervios que llevan la información desde/hasta el cerebro y médula espinal, lo que causa dolor, pérdida de la sensibilidad e incapacidad para controlar los músculos. http://www.elpais.com.co/mundo/el-drama-de-eric-clapton-el-dios-de-la-guitarra-que-le-dice-adios-a-la-musica.html Además, se está quedando sordo a causa del tinnitus, enfermedad por la cual escucha golpes o sonidos en el oído sin que provengan del exterior.   

https://www.elespectador.com/entretenimiento/musica/eric-clapton-me-estoy-quedando-sordo-articulo-732987 

(37) Zinn, 2004: pp. 349-350. 

(38) Íbidem: p. 367. 

(39) Calderazzi, A. Massimo. La revolución negra en los EE.UU, Bruguera, Barcelona, 1ª Ed., 1970, 331 pp.: 306. 

(40) Planeta Editorial. Forjadores del mundo contemporáneo, Bogotá, Tomo 4: p. 364.

(41) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55254 

(42) El blanco que tras usurpar la música de Big Mama Thornton, Joe Turner, Fats Domino, Chuck Berry, fue declarado a instancias de otro blanco, Alan Freed, dj de Chicago, Rey del R&R, eufemismo con el que de momento se pretendió, lográndolo, ocultar al R&B, su real padre sonoro.

(43) http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/09/15/ee-uu-raza-genero-y-clase-son-elementos-entrelazados-entrevista-con-angela-davis/

(44) Abad Gómez, Héctor. Manual de tolerancia, Editorial U. de Antioquia, Medellín, 142 pp.: p. 72.

(45) https://archive.org/details/blk399.00 I Am Not Your Negro (2016), de Raoul Peck.

(46) El Sur de los Estados Unidos – Retrato de una cultura. Selección y prólogo de Louis D. Rubin. El Áncora Editores, Bogotá, 1994, 451 pp.: 330.

(47) Palabras que, además de asumirlas, pondría en práctica en Colombia Camilo Torres R., cuyo cadáver, por decisión unilateral y arbitraria del general Á. Valencia Tovar, apodado en su época Violencia por aplicar todas las formas de lucha contra un supuesto enemigo, jamás entregó a sus familiares: menos a su hermano Fernando, toda vez que éste ya había muerto, cuando dice que lo hizo. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223056  

(48) https://disenso.wordpress.com/2013/09/17/estados-unidos-ha-invadido-70-paises/   

(49) Fischer, Louis. Gandhi. Plaza & Janés, Barcelona, 1ª edición, 1982, 366 pp.: 217.

(50) Íbidem: p. 217.

(51) Íbidem: p. 217. 

(52) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=222476 Esos excesos, ya no sólo los de la disciplina oficial, llegaron hasta Obama y Trump, pero nadie se quiere dar por enterado, máxime en tiempos en que los empresarios manejan al Poder, secundados por los medios y el sistema judicial, para designar o tumbar gobiernos. Como se ve en Brasil con la caída provocada de Dilma y el ascenso premeditado, por el aparato gringo/sionista, de Temer; como lo está buscando, ese mismo y siniestro aparato, en Venezuela con el Golpe Suave, de G. Sharp, para acabar con Maduro y de paso con la herencia política de Chávez, a quien desde 2005 el obispo Pat Robertson le había decretado kaputt. http://www.voltairenet.org/article143578.html 

(53) Se da el nombre de ‘Camelot’ a la presidencia de J. F. Kennedy en EE.UU (1961-63). El sucesor forzado: LBJ.  

(54) Fischer, 1982: p. 250.

(55) Cuyo nombre verdadero es Huddie Leadbetter y a quien Bob Dylan agradeció su influencia en el Discurso del Premio Nobel de Literatura 2016, porque fue su registro musical el que le cambió la vida al escuchar Cottonfields. 

https://www.facebook.com/notes/dar%C3%ADo-rodr%C3%ADguez/discurso-del-premio-nobel-bob-dylan/10154398902971916/  

(56) Fragmento del poema del maestro Luis Vidales (1904-1990) ORACIÓN A LA PAZ: No más guerra./ Un muerto deja de tener partido./ Pregúntale al obrero que está inerte./ Inquiérele al que yace, si es soldado./ Al campesino si quedóse yerto./ Cada uno es un muerto de la Patria,/ uno menos de los suyos,/ y no hay uno que no le duela en sus entrañas./ La paz los quiere ver de pie. Que a nadie de los millones de Colombia/ les cercenen sus pasos…/ Que no se sienta mútila/ en su existencia laborante/ ni en una sola de sus manos,/ ni en uno de sus frutos, ni en sus sueños,/ ni siquiera en un árbol./ Que sea intacta en su belleza,/ y en el culto a los muertos. Y que mansamente sigan bajando las criaturas/ a su territorio del recuerdo. (Poemas del abominable hombre del barrio de Las Nieves, Eds. Aurora, Bogotá, 1985, 89 pp.: 73)

(57) https://www.youtube.com/watch?v=nF53sXwlOCs We Shall Overcome (Venceremos) – Roger Waters (2010)

Temas musicales y otros asuntos:

https://www.youtube.com/watch?v=0k7Ir1bWjyM ¿Por qué Dios es blanco? - Muhammad Ali (subts. esp.) 

https://www.youtube.com/watch?v=0zxQRHJJuXU I Have a Dream 28/ago/1963: 17:27

https://www.youtube.com/watch?v=glggureA_Kk Ray Charles – Georgia on my Mind (Live) HD

https://www.youtube.com/watch?v=saN1BwlxJxA John Coltrane – Alabama

https://www.youtube.com/watch?v=npKzP-16xw8 John Coltrane – Reverend King

https://www.youtube.com/watch?v=m1JtfRqpkXo Aretha Franklin – Someday We’ll All Be Free 

https://www.youtube.com/watch?v=LW45OBaF-tE Bob Dylan – Masters of War

https://www.youtube.com/watch?v=1AxmlDCy6AM Steve Winwood & Eric Clapton – Presence of the Lord

https://www.youtube.com/watch?v=wbFn1gKldWA Joan Báez - Balada de Sacco y Vanzetti

https://www.youtube.com/watch?v=tlL162kCyFk Joan Báez – Here’s To You Nicola and Bart (2007) 

https://www.youtube.com/watch?v=HDqmJEWOJRI Angela Davis 

https://www.youtube.com/watch?v=RHELGcJbadU Lead Belly – Mr. Hitler (1942)

 

Otras notas: 

https://www.youtube.com/watch?v=oMIXlpBsnO4 Frente a frente – MX vs. MLK (esp. latino): 48:34

https://www.youtube.com/watch?v=a8z9CMdKaKA Malcolm X – Biografía (Documental completo): 44:01

https://www.youtube.com/watch?v=_8upZzGyy_w Entrevista a Malcolm X U. C. Berkeley (subts. Español): 40:22

http://www.elespectador.com/opinion/esclavos-en-ee-uu-emancipacion-sin-libertad-columna-709184 

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236048&titular=frantz-fanon-en-canto-y-alma- 

http://elmolinoonline.com/recordando-a-martin-luther-king-jr/  

https://blogdaboitempo.com.br/2016/04/04/martin-luther-king-por-uma-verdadeira-revolucao/ 

Bibliografía:

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Shipton, Alyn (2001). A New History in Jazz. Continuum.

Smith, Martin (2003). John Coltrane – Jazz, racismo y resistencia. Retratos del Viejo Topo, Barcelona, 143 pp.

* (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y de jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector. Colaborador de El Magazín, desde 2012, y columnista de EE, desde el 23/mar/2018. Corresponsal de revista Matérika, Costa Rica. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por Martin Luther King: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, en el XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Invitado por UFES, Vitória, Brasil, al III Congreso Int. Literatura y Revolución – El estatuto (contra)colonial de la Humanidad (29-30/oct/2019). Autor, traductor y coautor, con Luis Eustáquio Soares, en Rebelión. E-mail: lucasmusar@yahoo.com

 

Por Luis Carlos Muñoz Sarmiento

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