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El resultado de la unión musical entre Michel Camilo y Giovanni Hidalgo no podía ser algo distinto al sabor. El primero trata al piano como lo que es, un instrumento de percusión, y por eso lo golpea sin tregua. Sin embargo, algo pasa en el transcurso entre el impacto y la caja de resonancia porque el sonido que emerge es una muestra genuina de la existencia estética de la armonía. Mientras Camilo recorre la zona de las blancas y las negras, que desde hace varios años parece haberle quedado pequeña, Hidalgo conquista la parafernalia percutiva que lo rodea y sus palmas tienen contacto casi simultáneo con cueros y platillos. Son cuatro manos en permanente movimiento que hacen las veces de un ensamble orquestal.
Con Michel Camilo (República Dominicana, abril 4 de 1954) y Giovanni Hidalgo (Puerto Rico, noviembre 22 de 1963) sobre un mismo escenario se conjugan la potencia tradicional del pueblo boricua con la cadencia innegable del sonido dominicano. Pocos percusionistas tienen la capacidad de seguirle la huella a la velocidad interpretativa de Camilo, y a su vez son contados los pianistas que tienen la habilidad de mimetizarse entre los golpes de Hidalgo sin caer en la urgencia recurrente del tumbao facilista. La amistad consolidada durante varios lustros es el ingrediente más notable de este dueto que se comunica a través del lenguaje primario de la música.
Estos dos personajes han logrado eso y mucho más. Su álbum conjunto Hands of Rhythm, que en 2017 cumple dos décadas de publicación, abonó el terreno para el trabajo discográfico Mano a mano, eje del más reciente tour por el circuito del jazz colombiano, en la pareja artística incluyó Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Los años de experiencia y la sensibilidad le han dado al dúo el conocimiento para saber guiar al público por el sendero más adecuado. Ellos exponen a cualquier auditorio a una montaña rusa con subidas, bajadas y vueltas mortales, pero en el tema siguiente lo sumergen en un remanso de paz en el que el mundo parece distanciarse del caos cotidiano.
Merengue dominicano con tumbadora a bordo, estándares de jazz al mejor estilo de John Coltrane, una versión limpia de Alfonsina y el mar, compuesta por Ariel Ramírez y Félix Luna, y un abanico incomparable de influencias artísticas establecen el sello singular del performance de Michel Camilo y Giovanni Hidalgo. Con ellos el sabor no tiene techo ni pared, siempre crece y con su espiral envolvente realiza pinceladas de virtuosismo, se transforma en manifestaciones incuestionables del poder legítimo de la amistad y, finalmente, se consolida como una demostración de libertad.
Giovanni Hidalgo y Michel Camilo están Mano a mano desde hace más de 20 años cuando publicaron el registro Hands of Rhythm. Aquí no hay competencias, ni egos, ni mucho menos afán de fama. Ellos, los dos, ya están por encima del nivel.