¿Para usted qué es el vino?
Para mí el vino es la bebida más indicada para acompañar cualquier comida, sea almuerzo, cena, tapas... Es una bebida que une, reúne personas e invita a la convivencia. Siempre decimos “¿cuándo nos tomamos un vino?”. Siento que es una bebida que forma comunidad.
¿Cuál es el valor de tener una cultura alrededor de este producto en Colombia?
En Colombia es importante que tengamos esta cultura de vino y se siga desarrollando, ya que el vino es un actor principal en la escena de la gastronomía y esta es un actor fundamental en el turismo y consumo en la medida en que tengamos mejor oferta gastronómica, incluyendo aquí el vino, creo que vamos a poder ser más atractivos en el sector restaurantes y experiencias de turismo. Creo que el vino le da mucho valor agregado al sector de la hospitalidad.
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¿Cómo ve el panorama del vino en el país?
El panorama del vino en Colombia pinta bien. Justo hace unos días hubo una publicación en El Tiempo que dice que el vino, a pesar de todo, persiste. Ha sido objeto de muchos incrementos en su esquema tributario, lo que lo ha encarecido y, a pesar de esto, el consumo se mantiene.
¿Para usted qué representa ser “sommelier”?
Ser sommelier es mi pasión no solo por la bebida, como tal, sino por la posibilidad que este producto nos da a los sommeliers de compartir nuestro conocimiento, capacitar personas y darles momentos agradables en las catas que hacemos. Es una bebida que definitivamente me ha dado mucho, no solo trabajo, también muchas satisfacciones. Es importante hacer una distinción con los enólogos, porque existe esa confusión. Los sommeliers no elaboramos el vino, somos quienes lo vendemos. Los enólogos son quienes elaboran el producto.
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¿Qué desafíos hay en esta línea de trabajo?
En el trabajo del sommelier existen los mismos desafíos que en cualquier otra línea de trabajo. Hay que ser innovadores, seguir formándose y actualizándose, enfrentar una creciente competencia de más sommeliers en este y otros mercados; dependiendo del camino que uno elija, hay unos más exigentes en cuanto al tema de etiquetas, servicios... Es una profesión en la que hay que seguir entrenándose, pero diría que el mayor desafío es que para ser un buen sommelier hay que tomar vino y uno debe saber manejar esto con mucha sabiduría y mesura.
¿Qué se puede expresar a través del vino?
A través del vino principalmente se expresa todo lo que tiene un terruño para ofrecer, la naturaleza, el suelo, el clima, la altura. Para mí, la expresión del vino es la tierra. Hablando del servicio y su consumo, se pueden expresar muchos sentimientos. Por ejemplo, si quiero hacer saber a alguien lo especial que es, seguramente lo voy a invitar a compartir una botella que atesore y aprecie, con la que la otra persona puede sentirse especial. Por otro lado, para celebrar se puede abrir una botella de burbujas y nada más esto ya es un símbolo de celebración.
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¿Qué considera que es lo más importante al disfrutar del vino?
Lo más importante es estar presentes y hacerlo de manera consciente, porque muchas veces bebemos el vino sin reparar en él y no se tiene una experiencia con el vino, termina siendo un agente externo. Si queremos disfrutarlo es clave estar presente y concentrarnos, tener claro qué vino nos estamos tomando, de qué bodega, de qué país, qué cepa, que año, esto hace que la experiencia sea más divertida y significativa. Otra cosa muy importante es que, aunque haya vinos que se pueden disfrutar solos, un canapé, un bocado siempre va a hacer que se disfrute mejor. Y, por último, la mesura. Saber tomar sin exceso, el vino no es una bebida de excesos, se disfruta bien con un par de copas.